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FÚTBOL
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Nuestras futbolistas se pegan un tiro en el pie

La huelga tras el Mundial impide que se capitalice el gran momento del fútbol femenino español

Entrenamiento de pretemporada del FC Barcelona.
Entrenamiento de pretemporada del FC Barcelona.Alex Cruz Alex Cruz (EFE)

El título mundial de nuestra selección femenina, ya enturbiado por el delirante extravío de Rubiales que tan caro le va a salir, podría haber servido para relanzar la Liga F, nuestro campeonato nacional. Algo así podría provocar más asistencias, algún sponsor más, más abonos a DAZN. Con un poco de tiempo, claro. Las cosas no llegan de sopetón. Hay que dar tiempo al tiempo.

En lugar de eso, tenemos una huelga por la pretensión de una mejora en el salario mínimo que el sector no puede permitirse. El gran juego de las campeonas nada tiene que ver con la realidad del mercado, pero ha confundido a muchas cabezas. La primera, la de Yolanda Díaz, que reclamó para las futbolistas el mismo salario que tienen ellos. Aunque apuntáramos al salario mínimo por el convenio (180.000 euros, muy por debajo de lo que cobre el que menos cobra), estaríamos hablando de 3,6 millones de coste de plantilla, algo inasumible para la mayoría.

Porque la condición de profesional de la Liga F es sólo un desiderátum, un embolado póstumo de Irene Lozano y Carmen Calvo, que la anunciaron con un pie ya en el andén. Se activó con una partida de 16 millones del CSD para instalaciones más otro tanto para el funcionamiento de la organización los tres primeros años. Todo un esfuerzo si se considera que el CSD destina al atletismo 5 millones… para hombres y mujeres. DAZN pone 7 al año por cinco años. Apareció un patrocinio, Finetwork, que ponía 8; lo compró un fondo y dejó de pagar, pero ese dinero está garantizado por LaLiga. Y eso es todo, las taquillas son simbólicas. El fútbol masculino cobra 1.970 por derechos de televisión y la cifra total que mueve es de 4.300. Eso frente a los 7+8=15 de la Liga F. Pongamos 20, si sumamos los 5 anuales del CSD para organización.

De esos ingresos de televisión y marketing, que se distribuyen según audiencias, a un club medio le llegan 550.000 euros al año, y con un presupuesto por debajo del millón es difícil mantenerse. Lo demás lo saca como puede. Hay quien tiene una escuela de fútbol, hay quien tiene subvención de la comunidad autónoma, hay quien araña alguna publicidad. Y hay quien o quienes tienen que poner lo que falta.

Encima están penalizados por la ira de Rubiales, que como al hacerse profesional la Liga F vio que se escapaba de sus manos, pero retuvo algunas competencias (licencias, arbitraje, sanciones, calendario y horarios, y extranjeras), clavó todo lo que ha podido. Las licencias se han triplicado, las multas por tarjetas se pagan a precio de Primera del fútbol masculino y Rubiales multiplicó el precio de arbitraje el curso pasado bajo amenaza de huelga. Las que más arbitran ganan por encima del salario mínimo de las jugadoras, lo que alimenta esta demanda. Y tampoco es que sean las mejores del mundo, como sí las futbolistas. Ninguna arbitra en máxima categoría masculina, como muchas de las que fueron al Mundial. Por nuestra parte sólo fueron Marta Huerta de Aza, que arbitró el China-Haití, no estuvo bien y no repitió, y Guadalupe Porras, que sólo fue asistente. A todo esto, hace poco el CSD detrajo el 20% del patrocinio para pasárselo a la federación, cuando aún mimaban al hoy satanizado.

Tampoco es que los sindicatos estén pidiendo 150.000 como la vicepresidenta, aclaro. Empezaron por 30.000 y terminaron en 23.000. La patronal venía de 16.000 y llegó a 20.000, mejorables si crece el patrocinio. Por tan corta distancia se ha provocado esta huelga de las dos primeras jornadas que difícilmente creará alarma social. Una huelga un poco de aquella manera, porque el Levante tuvo ayer partido Champions y no renunció a él. Por este partido aplazó el de la primera jornada contra la Real. Cuando todo se despeje y toque jugarlo ¿qué se hará? Se tendrá que suspender, para que Levante y Real no acaben la liga con un partido más que el resto.

Al menos por esto podrían haber esperado una semana más, pero había ganas de pegarse un tiro en el pie.

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