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Hamilton ya gana con Ferrari

El británico vence su primera prueba al sprint, en China, tras mantener a raya a Verstappen y el deterioro de sus neumáticos. Piastri se lleva la ‘pole’

Lewis Hamilton celebra subido a su Ferrari la victoria al sprint en Shangháis, su primera como piloto de la Scuderia.
Oriol Puigdemont

Una semana ha tardado Ferrari en comenzar a amortizar la contratación de Lewis Hamilton, la operación de mercado más relevante de la última década tras el regreso de Fernando Alonso a McLaren (2015), escapado precisamente de la Scuderia tras caer en la cuenta de que no tenía nada más que ofrecer a la tropa de Maranello. Recién enfundado en el mono de Il Cavallino Rampante, Hamilton está de subidón a pesar de su atropellado estreno del domingo pasado en Australia, donde comenzó el octavo y cruzó la meta el décimo, agobiado por la cantidad de mensajes que le mandaban por la radio y confundido por una estrategia errónea, nada nuevo tratándose del equipo italiano. Pues bien, seis días después de aquello Hamilton ganó en China la primera sprint de su vida, dándoles a los tifosi un inesperado chute de energía que les pone a fantasear con quién sabe qué objetivo. Quién sabe qué puede pasar en un campeonato en el que Red Bull no ha empezado fino y McLaren sigue empeñado en acribillarse el pie a balazos.

A la espera de ver qué ocurre en la prueba larga de este domingo (08:00, Dazn), en la que arrancará el quinto —la pole se la llevó Oscar Piastri, la primera del australiano en la F1—, Hamilton ya sabe qué se siente al ganar subido al coche de la marca más universal del mundo de las carreras, por más que lo consiguiera en una cita programada solo a 19 vueltas, y que únicamente le añadió ocho puntos a su casillero. Con todo lo anterior en mente, el británico estuvo genial en un circuito de los que mejor se le dan, en el que hasta este sábado ya acumulaba seis victorias.

Oscar Piastri, en su McLaren nada más conseguir la pole para la carrera del domingo.

La razón de ser de las sprint pasa por ser su supuesta pureza; exactamente de lo que adolecen los eventos convencionales, en los que la gestión, sobre todo en el caso de los neumáticos, prevalece muy por encima de las prestaciones máximas que pueden ofrecer los monoplazas. Todo esto en cuanto a la teoría, porque Shanghái dejó claro que correr a fuego puede llevarle a uno hasta el precipicio. Le ocurrió a Lando Norris (octavo), a Fernando Alonso (décimo), a Carlos Sainz (17º) y hasta a Max Verstappen (tercero), que en un par de vueltas pasó de plantearse el ataque a Hamilton por el liderato, a quedar completamente a merced de Piastri (segundo), quien le adelantó a cuatro giros del final sin que el actual campeón pudiera decir ni pío.

Como toda la parrilla, Hamilton también sufrió de graining, especialmente alarmante en el compuesto delantero izquierdo. Este fenómeno provoca que las virutas de goma, que normalmente se adhieren al asfalto, se acumulen por el contrario en el área exterior de la banda de rodadura, causando un granulado que se deriva en una sensación de deslizamiento que el piloto percibe. A pesar de ello, el multicampeón se las apañó para sufrir cuando Mad Max se le echó encima, para abrir hueco en la segunda mitad y cruzar la meta con casi siete segundos de margen. Una muestra del oficio que no ha perdido y que le permitió achantar las voces que se alzaron tras el debut en el Albert Park. “Sinceramente, creo que mucha gente subestimó el arduo camino que supone entrar en un nuevo equipo; aclimatarse, entender las dinámicas que existen allí, la comunicación y todo este tipo de cosas”, se reivindicó Hamilton, que no pudo dar la campanada unas horas después, en la cronometrada, en la que McLaren se corrigió y colocó a sus dos prototipos entre las tres primeras posiciones, con George Russell en medio (segundo) y Verstappen, el cuarto. Fernando Alonso no pudo meterse en la tercera criba y se posicionó el 13º, mientras que Carlos Sainz lo hizo el 15º.

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Sobre la firma

Oriol Puigdemont
Tras licenciarse en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, entró en la sección de Deportes de EL PAÍS en 2005 para cubrir el Mundial de MotoGP, en plena efervescencia por la irrupción de Dani Pedrosa, y de otras disciplinas de motor, como el Rally Dakar. Desde 2010, año en que Fernando Alonso fichó por Ferrari, se encarga de la Fórmula 1.
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