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Ni memes ni héroes, los jugadores de la selección que se reivindicaron en la Eurocopa

El triunfo de la Roja en Alemania no se podría explicar sin la apuesta de Luis de la Fuente por Laporte, Cucurella, Fabián, Oyarzabal, Morata, Lamine y Nico Williams

Jugadores Eurocopa
Morata y Lamine Yamal frente Bellingham, en la final de la Eurocopa de Alemania.Matthias Schrader (AP)
Juan I. Irigoyen

A Mikel Oyarzabal no le tocaba ser capitán. Según el protocolo establecido por Luis de la Fuente, el mismo que había utilizado en las categorías inferiores de España, los líderes del vestuario se erigirían no por edad sino por partidos con la selección. Y así fue como Morata, Rodri, Carvajal y Dani Olmo llevaron la voz cantante en el grupo. Sin embargo, De la Fuente tenía un concepto extra para elegir a sus capitanes: su propia voluntad. Si el técnico observaba a un jugador con capacidad para liderar, lo sumaría al grupo de líderes. El elegido por el seleccionador fue Mikel Oyarzabal, justamente el futbolista que le dio el cuarto título de Europa a España. No fue el único caso, el técnico no solo apostó, sino que también luchó, para que determinados jugadores tuvieran su lugar y su peso, tanto en el campo como en el vestuario. Algunos de ellos, incluso, cuando todo parecía indicar que el preparador estaba equivocado. Tenía razón De la Fuente, ellos también: el técnico los cuidó; Laporte, Cucurella, Fabián, Morata, Nico Williams y Lamine Yamal se reivindicaron.

El ritmo perfecto. A Laporte todo le costó en España. De entrada, las dudas llegaron respecto a su origen. ¿Sería un francés capaz de defender la Roja? “Yo estoy aquí para competir al máximo nivel y mi objetivo es el mismo de España. Nadie tiene que dudar de que lo voy a dar todo para ganar”, respondía. Cuando el debate sobre su lugar de nacimiento quedó apartado, surgió un nuevo dilema. ¿Tiene ritmo competitivo una futbolista que juega en la liga saudí? “La gente que me critica no sabe si yo entreno bien o mal. No tienen ni idea del trabajo que yo hago y lo que hice para llegar aquí”, se quejaba Laporte en la intimidad de la Roja en Alemania. Después de perderse el primer duelo por problemas físicos, el defensa fue titular frente a Italia, jugó solo 45 cuando la Roja ya estaba clasifica contra Albania y disputó todos los minutos en las eliminatorias. Tenía razón Laporte.

Con el pelo rojo. Tras el adiós de Jordi Alba, la nómina de laterales izquierdos de España estaba cubierta por Alejandro Balde y Gayá. Sin embargo, los dos estaban lesionados. A De la Fuente, entonces, no le quedó más alternativa que convocar al chico de moda en Europa, Grimaldo, imprescindible en el Leverkusen de Xabi Alonso, y a Cucurella, que buscaba reencontrarse con su nivel en el Chelsea. La potencia de Grimaldo para atacar contrastaba con el orden de Cucurella. La apuesta de De la Fuente fue por este último. “Creo que Cucurella es una de las razones por las que España se puede quedar fuera”, se burlaba Gary Neville. Y hasta la afición alemana señalaba al lateral después de que el árbitro no le pitara una mano en el área en el duelo ante la Mannschaft en cuartos. Cucurella solo se perdió el duelo ante Albania y unos minutos contra Georgia cuando el partido ya estaba definido. El resto, siempre presente en el once. Y hasta de sus botas nació la jugada del gol de Oyarzabal. Ahora le tocará teñirse el pelo de Rojo como prometió hacer si España ganaba la Euro.

Rescatando a Fabián. Jugador clave para De la Fuente en las categorías inferiores de España, Fabián también lo era para Luis Enrique. Hasta que el asturiano se cansó de él y lo borró de las convocatorias. Pero De la Fuente tomó el mando de la absoluta. Entonces, el jugador del PSG, que ya había logrado el perdón de Luis Enrique en el club parisino, se adueñó del centro del campo junto a Rodri. Se convirtió en el complemento perfecto de Rodri, MVP del torneo. “Si no se llamara Fabián y se llamara Fabinho, hablaríamos mucho más de un jugador como él, es extraordinario”, soltó el seleccionador.

El eterno Vía Crucis del capitán. Morata aterrizó en Alemania después de un año complicado en el Atlético, en el que tuvo que sortear problemas físicos y emocionales. Pero resulta que la Roja no es la medicina de Morata, ni mucho menos. “La mejor situación para mí es irme a jugar fuera de España”, explicó en la Cadena Ser el capitán que había sido pitado en el último partido de la Roja en el Bernabéu ante Brasil. Y hasta planteó dejar la selección: “Puede ser mi último gran torneo”. Pero De la Fuente se entregó a Morata, también el grupo. “Refuerza la teoría de que en España desgraciadamente nos cuesta reconocer lo bueno que tenemos. Morata tiene números de súper crack mundial. Este jugador sería un mito en otro país con prestigio reconocido”, lo elogió De la Fuente. Morata respondió con el primer gol de la Roja en Alemania, un jugador clave para el éxito de Lamine y Nico Williams.

Los chavales al poder. Revoltosos y divertidos, Nico Williams (22) y Lamine Yamal (17) llegaron con un estigma a Alemania: no se le puede dar el peso de ataque a dos niños, por entonces, antes de llegar a Berlín, ninguno había cumplido años. ¿Qué más daba? “Yo no miro el DNI, miro el fútbol de los jugadores”, justificaba el seleccionador. Lamine Yamal se fue de la Euro con todos los récords de precocidad de Pelé en un gran torneo, además de marcar un golazo (Francia) y repartir cuatro asistencias, mientras que Nico Williams firmó dos dianas (una en la final) y otro pase de gol. El poder de España estaba en las alas, el poder estaba en los chavales.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.
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