_
_
_
_
España ESP
Francia FRA

Batalla por el estilo a un paso de la cumbre entre España y Francia

El vistoso equipo español y el funcionarial conjunto galo miden sus modelos por un puesto en la final de Berlín

Nico Williams y Lamine Yamal
Nico Williams y Lamine Yamal, durante el desplazamiento de la selección española a Múnich, donde se enfrentarán a Francia.Pablo García (RFEF/EFE)
David Álvarez

España y Francia juegan la semifinal de esta noche en Múnich (21.00, La1) por ellos, obvio, por estar el domingo en Berlín en la final, la que sería la quinta para la Roja, que acumula tres títulos, la cuarta para los bleus, que suma dos. Pero también la juegan en parte por dilucidar una pugna de estilos en la que tiene puesta la vista gran parte del panorama futbolístico neutral. Se miden la selección más propositiva de la Eurocopa, “el equipo que mejor ha jugado”, según el propio Didier Deschamps, con la suya, que ha representado en los últimos años la rentabilidad del control de riesgos y que ha acumulado seguidores devotos.

Los éxitos impulsan tendencias. Del mismo modo que los tres títulos españoles entre 2008 y 2012 sembraron el apetito por el pase, la Francia de Deschamps encontró después seguidores. Como el marroquí Walid Regragui, que tocó el cielo con su selección en las semifinales del Mundial de Qatar, alcanzadas por la senda del pragmatismo francés, influencia que celebró a menudo durante su trayecto en Doha. Regragui, que había comenzado su carrera con un planteamiento que él describió como guardiolista, abandonó esa vía por la ausencia de jugadores adecuados. El seleccionador de Francia, campeón del mundo en 2018, finalista en 2022, sobrado de talento en su plantilla, proporcionó cobertura discursiva a las fórmulas más funcionariales de afrontar el fútbol. Hasta la Inglaterra de Southgate, también semifinalista, se ha acercado a ellas con todo su brillante batallón de la Premier.

Si algo ha marcado futbolísticamente esta Eurocopa es el conservadurismo general en el que se han disuelto los grandes talentos. “Si se aburre, cambie de canal y ponga otro partido. No tiene por qué ver nuestros partidos”, se defendió ayer Deschamps de las acusaciones de aburrimiento. “Pero también tenemos la capacidad de hacer felices a muchos franceses y muchas francesas”.

El torneo, al que solo le quedan tres partidos, apenas ha dejado unos pocos instantes de los que hacen memorables los campeonatos. Quizá solo los destellos de Musiala y Wirtz, ya fuera de la contienda, y los de Lamine Yamal y Nico Williams de la España que reta la fórmula de Deschamps a partir de otra concepción, que explicó ayer Luis de la Fuente: “Nuestro modelo y nuestra idea se acercan más a un bonito espectáculo. Creo que somos un equipo muy vistoso, pero aquí se trata de ganar”.

Una anomalía en la Eurocopa en la que el fútbol ha virado hacia la cautela general: ha resultado ser la más pobre desde la de 1996, con una media de solo 1,02 goles por partido, como entonces. El desempeño de Francia parece casi caricaturesco: se ha plantado en semifinales sin marcar un solo gol en juego. Los rivales se metieron dos en propia puerta y Mbappé acertó con un penalti. Son los quintos del torneo que menos marcan (0,6 tantos por partido), mientras que España es la que más (2,2).

Aunque también es cierto que resulta difícil confiar que siga siendo así. Son la séptima selección que mejores ocasiones de gol genera, 1,3 goles esperados (xG) por partido, según el modelo de StatsBomb. Pero marcan la mitad. Mbappé, Griezmann y Thuram acumulan más de un gol esperado producido en juego sin haber conseguido acertar con la red. El flamante nuevo jugador del Real Madrid está lejos de su mejor versión, entre las lesiones, el poco rodaje con el PSG por su disputa con Al-Khelaifi para salir y por la incomodidad de la máscara que protege su nariz rota desde el primer partido. Enfrente tendrá esta noche los 38 años de Jesús Navas, por la sanción de Dani Carvajal por tarjetas. “No me fío mucho de lo que dicen. Sé que puede marcar las diferencias con mucha facilidad”, dijo Rodri, que pronosticó “una batalla física”.

El enfrentamiento remite a algunos momentos que han marcado a la selección española. En la final de la Eurocopa de 1984, a Arconada se le escurrió bajo el costado una falta lanzada por Platini. En 1992 Francia impidió a España clasificarse para el campeonato de Europa, el último gran torneo al que ha faltado. En 2021 le ganaron la final de la Nations.

Pero quizá el punto más determinante fuera el Mundial de 2006, también en Alemania, con enormes consecuencias estilísticas. Como lo que se atisba ahora. Tras caer en octavos, Luis Aragonés se convenció del viraje en la plantilla —desaparecieron elementos como Raúl— y en el juego, construido alrededor de las características de Xavi, Iniesta, Silva y Fàbregas, apuntalados luego con Marcos Senna. Sobre aquello se edificó el periodo dorado, y el éxito atrajo seguidores del estilo. Como los ha atraído Deschamps. Como quizá la España de De la Fuente.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

David Álvarez
Sigue la información del Real Madrid y la selección española en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de la sección de Deportes. Ha cubierto los Juegos Olímpicos, el Mundial de fútbol y la Eurocopa. Antes trabajó en ABC, El Español, ADN, Telemadrid, y La Gaceta de los Negocios. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_