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Alemania extrema la seguridad durante la Eurocopa por temor al terrorismo islamista y a los ‘hooligans’

Una mochila sospechosa obliga a desalojar parte de la zona de aficionados de Berlín. El torneo plantea un enorme desafío de seguridad con 22.000 agentes, el mayor despliegue de la historia de la Policía Federal alemana

Policías patrullan en la Milla de los aficionados en la avenida del 17 de Junio frente a la puerta de Brandeburgo, en Berlín.
Policías patrullan en la Milla de los aficionados en la avenida del 17 de Junio frente a la puerta de Brandeburgo, en Berlín.Lisi Niesner (REUTERS)
Elena G. Sevillano

“Alarma antes del primer partido de la Eurocopa en Berlín”, titularon este viernes algunos medios en lo que al final no fue más que una mochila abandonada a la entrada de una de las zonas de aficionados de la capital alemana. “No contenía ningún objeto peligroso”, confirmó una portavoz policial horas después. La gestión del incidente —que incluyó un perímetro de seguridad de 200 metros, la evacuación de una parte de la fan zone y la intervención de perros especializados en la detección de explosivos— es una muestra más de la importancia que Alemania está dando a la seguridad en la competición, que empieza este viernes con el Alemania-Escocia.

Durante un mes se jugarán 51 partidos repartidos entre 10 ciudades alemanas que atraerán a 2,7 millones de espectadores a sus estadios y a sus calles. Se calcula que otros 12 millones seguirán los encuentros en las zonas de aficionados. Un desafío en materia de seguridad que mantiene alerta a las autoridades pese a que, como dijo la semana pasada la ministra del Interior, Nancy Faeser, “no hay indicios concretos de amenaza”. Pese a ello el dispositivo policial es apabullante. Solo hay que acercarse a la zona de aficionados de Berlín, la “milla de los fans” (Fanmeile, en alemán) más grande del mundo, según presume la oficina de turismo de la ciudad, para comprobar los exhaustivos controles de mochilas en las entradas. Interior ha destinado a 22.000 agentes de la Policía Federal solo para tareas de vigilancia de la Eurocopa, el mayor despliegue desde su fundación en 1951.

Policías extranjeros para controlar a los ‘hooligans’

Además, alrededor de 350 policías extranjeros prestarán apoyo a la Policía Federal alemana, con otros 230 agentes internacionales desplegados en el Centro de Cooperación Policial Internacional (IPCC) en Neuss (Renania del Norte-Westfalia) para poner en común la información. Los agentes, que proceden de todos los países participantes en el torneo, formarán parte de patrullas conjuntas en estaciones de ferrocarril, aeropuertos y fronteras, y estarán encargados, entre otras cosas, de vigilar a sus hooligans más peligrosos para evitar enfrentamientos. La Policía Nacional española ha enviado a 31 agentes para colaborar con las autoridades alemanas.

Pese a no haber indicios concretos de amenazas, “nunca se puede garantizar la seguridad al 100%”, aseguró la ministra del Interior. Por eso la vigilancia es máxima para “reconocer y prevenir los peligros en una fase temprana”, añadió. Las amenazas van desde el terrorismo islamista hasta los ciberataques pasando por los choques violentos entre hooligans. Las autoridades se han preparado para intentos de sabotear el sistema de venta de entradas o ataques a infraestructuras críticas que podrían provocar el caos durante el torneo. “La seguridad es nuestra máxima prioridad”, ha insistido estos días Faeser.

Amenaza islamista

En Alemania preocupa especialmente la amenaza difusa que supone el grupo terrorista ISIS-K, la rama afgana del Estado Islámico, que ha estado incitando a sus seguidores a cometer atentados durante la Eurocopa. En una de sus publicaciones en redes sociales el grupo incluso mencionaba como posibles objetivos las sedes de Múnich, Dortmund y Berlín para marcar en ellas “el último gol”. Expertos en extremismo como Felix Neumann, investigador de Fundación Konrad Adenauer, alertan de que este tipo de propaganda podría inspirar un ataque: “La mayor amenaza sería un individuo con un arma ligera que planifique un atentado, porque es muy difícil de monitorizar”, señaló el experto a Deutsche Welle.

El pasado 7 de junio fue detenido un presunto seguidor del Estado Islámico en el aeropuerto de Colonia-Bonn que, según varios medios alemanes, había intentado entrar a trabajar en la seguridad de la Eurocopa. Según ha informado la fiscalía general del Estado, fue detenido por sospechas de que apoya a una organización terrorista extranjera. Entre otras cosas se han detectado transferencias de dinero a una cuenta del ISIS-K. A esta detención se suma una previa de dos personas en marzo también sospechosas de simpatizar con el Estado Islámico que al parecer querían atentar en Suecia como respuesta a la quema de coranes.

Alemania también ha impuesto controles fronterizos temporales, que empezaron hace una semana. No solo se llevan a cabo en las fronteras terrestres con Polonia, República Checa, Suiza y Austria, donde ya existen desde hace unos meses por el aumento de la migración irregular; sino también en los límites con Dinamarca, Francia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo, donde hasta ahora no habían existido por estar todos dentro del espacio Schengen. A los hinchas violentos conocidos por la Policía en sus países no se les dejará entrar. En el caso del Reino Unido, sus hooligans ni siquiera podrán salir de su país mientras dure la Eurocopa.

Cerveza baja en alcohol para el Inglaterra-Serbia

El partido más complicado desde el punto de vista de la seguridad será el Inglaterra-Serbia del domingo, que se jugará en Gelsenkirchen, en Renania del Norte-Westfalia. La Policía alemana ha exigido que a los aficionados de ambos equipos solo se les sirva cerveza baja en alcohol porque consideran el encuentro de “alto riesgo” debido a los muchos hooligans que se espera. Varios medios locales aseguran que podrían juntarse allí hasta 500 hinchas violentos de Serbia.

Con controles de seguridad tan estrictos, el incidente de la mochila en Berlín, que obligó a evacuar durante una hora el recinto para los aficionados frente al Reichstag, probablemente no será el último. “Si al final no ocurre nada, era mejor pasarse de prudencia que quedarse cortos”, ha dicho esta noche Faeser, antes de la inauguración de la Eurocopa en Múnich y del primer partido del torneo, el Alemania-Escocia.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.
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