Thorgan Hazard sale de la sombra de Eden

A lo largo de su carrera casi siempre ha sido llamado “el hermano de Hazard”, en referencia a Eden. Pero tras el disparo seco y de trayectoria impredecible con el que venció a Rui Patricio en los octavos de final de la Eurocopa y citó a Bélgica a jugar los cuartos contra Italia este viernes en Múnich, Thorgan Hazard ha salido de la sombra de su hermano, que le lleva dos años. Ha sido un camino largo detrás de la estrella del clan -ambos padres y otros dos hermanos menores también son futbolistas-, pero al fin, con 28 años, algo de atención se posa sobre él, un jugador versátil, trabajador y peligroso.

Desde sus inicios ha jugado en la misma zona del campo que Eden, dato que hizo inevitable que se le juzgase en relación a él todavía más. Sin embargo, a medida que ha madurado, Thorgan Hazard ha desarrollado su juego y hoy es capaz de ocupar cualquier posición del mediocampo ofensivo y con Bélgica está cumpliendo como carrilero izquierdo. Es disciplinado tácticamente y tiene un perfil más trabajador que su hermano mayor.

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Ha sido una pieza importante en el planteamiento de Roberto Martínez hasta ahora, encargado de hacer transiciones rápidas de defensa a ataque, estirar la zaga defensiva contraria con carreras hacia la línea de fondo, además de formar una línea de cinco cuando han tenido que defender un resultado. De los cuatro partidos de Bélgica en el torneo ha jugado 90 minutos en cada uno que ha disputado, descansando solamente en el último encuentro de fase de grupos ante Finlandia, cuando ya estaban clasificados.

La titularidad y el protagonismo en esta Eurocopa -también metió uno de los goles en la remontada ante Dinamarca en el segundo partido- son un premio a su esfuerzo por labrarse un camino futbolístico distinto al de su hermano, lo cual no siempre fue fácil. Los Hazard son hijos de dos futbolistas, por lo que siempre pareció que tenían el destino escrito aunque los padres, Thierry y Carine, aseguran que nunca los presionaron en ese sentido; aun así, nunca les faltó compromiso por su desarrollo y pasaron años conduciendo cientos de kilómetros por los entrenamientos y partidos de sus hijos. Crecieron en Bélgica cerca de la frontera con Francia, pero los padres consideraron que sería mejor que jugaran en clubes franceses, con mejores medios, y que no estuviesen juntos para que no tuvieran que vivir comparados en el día a día. Eden fichó por las inferiores del Lille, mientras que Thorgan por el Lens, los rivales locales.

Sin embargo, en el verano de 2012 los caminos de los hermanos se cruzaron. El Chelsea se había hecho con el fichaje de Eden, en aquel momento uno de los futbolistas más prometedores de Europa, y un mes después, lejos del foco mediático también fichó a Thorgan, que entonces tenía 19 años. Pero mientras que Eden ganó prácticamente todo en Londres antes de su traspaso millonario al Real Madrid, Thorgan nunca jugó para los blues. Primero estuvo dos años cedido en el Zulte Waregem de la liga belga -en la segunda de las cuales ganó el premio a mejor jugador belga del año- y tras una temporada de préstamo en el Borussia Mönchengladbach, fichó permanentemente por el equipo alemán.

En la Bundesliga es donde se ha curtido como profesional. Tras cinco temporadas como titular en el Mönchengladbach, fichó por el Borussia Dortmund en el verano de 2019. Allí, con el número 10 en la espalda, no se ha llevado muchos titulares pues está en el mismo equipo que Erling Haaland, pero sí ha terminado de pulirse. Como pide el fútbol alemán, y el Dortmund en particular, Thorgan Hazard presiona y es capaz de recuperar balones en el campo contrario. Pero también busca la línea de fondo o, como hizo ante Portugal el domingo pasado, se perfila desde la banda izquierda para rematar desde fuera o filtrar un pase por detrás de la defensa. Este verano, tras una temporada afectada por lesiones, ha explotado bajo el mando de Roberto Martínez y, mientras celebraba hombro a hombro junto a Eden en Sevilla, dejó de ser “el hermano de”, para dar un paso al frente.

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