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Bélgica derroca al campeón de la última Eurocopa

Un gol de Thorgan Hazard acaba con Portugal, que tiró de orgullo en la segunda parte para merecer al menos la prórroga. Los de Martínez se medirán con Italia en cuartos

Rafael Pineda
Los jugadores de Bélgica celebran su gol ante la mirada de Cristiano Ronaldo.
Los jugadores de Bélgica celebran su gol ante la mirada de Cristiano Ronaldo.Alejandro Ruesga (EL PAÍS)

La versión más práctica de Bélgica derrocó a la campeona Portugal, que cayó de pie, buscando hasta el final el empate en un ejercicio casi heroico, que no pudo consumar por la buena defensa de su rival, la mala suerte de un disparo al palo de Guerreiro y la excesiva ansiedad de sus atacantes. Bélgica se mete en cuartos y mostró un oficio digno de un gran competidor, el que quizás mostró la propia Portugal en la pasada edición. No fue una Bélgica muy brillante, pero sí bastante organizada, que le sacó un fruto tremendo al gol de Thorgan Hazard y que acumula su cuarta presencia consecutiva entre los ocho mejores de un gran torneo de selecciones. Fue Ceulemans, en 1989, uno de los protagonistas del último triunfo de Bélgica sobre Portugal. En 2021, en Sevilla, los belgas rompieron el maleficio. Ya les espera Italia en cuartos.

BELBélgica
Bélgica
1
Courtois, Vermaelen, Vertonghen, Alderweireld, Witsel, Tielemans, Meunier, T. Hazard (Leander Dendoncker, min. 95), Lukaku, De Bruyne (Mertens, min. 48) y Hazard (Carrasco, min. 86)
POR Portugal
0
Portugal
Rui Patrício, Raphael Guerreiro, Pepe, Rúben Dias, Diogo Dalot, João Palhinha (Danilo Pereira, min. 78), Moutinho (João Félix, min. 55), Renato Sanches (Sergio Oliveira, min. 78), Cristiano, Diogo Jota (André Silva, min. 69) y Bernardo Silva (Bruno Fernandes, min. 55)
Goles 1-0 min. 42: T. Hazard.
Árbitro Dr. Felix Brych
Tarjetas amarillas João Palhinha (min. 45), Diogo Dalot (min. 50), Vermaelen (min. 72), Pepe (min. 76) y Alderweireld (min. 81)

Habían tenido que pasar 98 años para que Portugal volviera a jugar un partido en Sevilla. La actual campeona sorteó con oficio el grupo de la muerte para enfrentarse con Bélgica, una de las favoritas, que llegaba a La Cartuja después de hacer pleno en la fase de grupos. A la hora de la verdad, quizás demasiado pronto, el torneo deparó un partido con tintes incluso de final. Dos selecciones con fútbol, jugadores y entrenadores de sobra para librar batallas de altísimo calibre. Ante tanta expectación, flotó cierta decepción. Portugal tiene un cuajo innato para competir, pero a veces disfraza esa cualidad con un exceso de conservadurismo. De él se contagió Bélgica, menos alegre que en otras ocasiones, bien posicionada con un doble pivote en el regreso de Witsel y con mucho miedo a perder el balón ante la indudable maestría de Portugal al contragolpe.

Tampoco los actores quisieron saltarse el guion establecido. Solo Renato Sanches, con sus arranques de furia, ponía algo de salsa a un partido donde existía mucho miedo al error. Privados de su capacidad para encarar, demasiado encorsetados por sus técnicos, los futbolistas fueron conservadores. En ese fútbol control se mueve mejor Portugal. La tuvo Jota a los seis minutos tras el primer demarraje de Renato y luego Cristiano, muy bien vigilado, lanzó una falta con cierta maldad que despejó Courtois. La versión más discreta de Bélgica avisó en un disparo con el exterior de Meunier mientras Lukaku, sin espacios para correr, le pedía el balón de forma insistente. El equipo de Roberto Martínez, sin embargo, ya había podido correr en un par de ocasiones, un oasis en un fútbol espeso donde apareció, por fin, De Bruyne.

El juego fue dadivoso con los belgas. Al filo del descanso, Rui Patricio se tragó el disparo de Thorgan Hazard. Su hermano, el capitán y estrella del Madrid, hizo un primer tiempo gris.

No hubo tiempo ya para la especulación en la segunda mitad. Portugal se rebeló contra el marcador y el conservadurismo que le ató con anterioridad. Fernando Santos metió a un delantero tras otro en el campo y el choque se convirtió en una delicia. Cristiano y Renato Sanches tomaron el mando, mientras que Bélgica se echaba en brazos de Eden Hazard, quien resucitó después de la lesión de De Bruyne y al final se retiró tocado de los isquios. La tuvo Jota, João Felix remató de cabeza y Portugal mostró la calidad que acompaña al campeón. Bélgica, con oficio, agarrado a un gran Tielemans, buscaba el contragolpe definitivo para amarrar los cuartos.

Portugal insistió e insistió, con un elenco de jugadores de enorme calidad del centro del campo en adelante, caso de Cristiano, Bruno Fernandes, André Silva y João Felix. Bélgica era incapaz de tener el balón, sostenida por Courtois, que sacó un remate de Rúben Dias. Nada podía hacer ante un disparo de Guerreiro con la derecha que acabó en el palo izquierdo de su portería. Se le iba el partido a la campeona, incapaz, por supuesto, de entregar el cetro sin darlo todo, reventando las pulsaciones de su gente en La Cartuja y de todo el país con un empeño encomiable en busca del empate. No llegó. La campeona rindió sus armas ante Bélgica.

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