Modric rescata a Croacia y la mete en octavos
El capitán marca y asiste para vencer a Escocia y ser segundos de su grupo
Este lunes pasado se cumplieron tres años del Argentina–Croacia de la fase de grupos del Mundial de Rusia 2018 en el que los ajedrezados dejaron en shock a Messi y los suyos con un inapelable 3-0, golazo incluido de Modric. Ronda a ronda, Croacia alcanzó su primera final de una Copa del Mundo en la mayor gesta futbolística de la historia del país. Este martes, Luka Modric volvió a aparecer para evitar el desastre que hubiera supuesto la eliminación de la Eurocopa para los subcampeones del mundo.
El capitán marcó, asistió y lideró a los suyos en su victoria 3-1 ante Escocia en un Hampden Park encendido, con cerca de 16.000 espectadores que sonaban como si fueran 10 veces más. Los locales, de vuelta en una Eurocopa 25 años después y espoleados por su gente, saltaron al campo con una marcha más que su rival.
Con el agua al cuello en los primeros minutos, Croacia encontró un salvavidas en Vlasic. El extremo del CSKA consiguió marcar al cuarto de hora cuando peor lo estaba pasando su equipo. El gol fue un soplo de aire fresco para Croacia y un golpe en la línea de flotación de Escocia, que tardó unos minutos en reponerse. Más relajados, los croatas comenzaron a combinar y a llegar al área con más frecuencia, con su rival aún aturdido.
La primera parte discurría al ritmo que marcaba Modric pero sin movimientos en el marcador. Un primer arreón de Escocia pasada la media hora avisó de que no se les diera por muertos tan pronto. A tres minutos del descanso, pusieron patas arriba la defensa croata, incapaz de terminar de despejar un balón enredado en el área hasta que McGregor llegó como un tren en la frontal para enganchar un potente disparo que no pudo atrapar Livakovic.
Escocia, sin su estrella, el joven Billy Gilmour, positivo en covid, se vio por primera vez con opciones reales y salió valiente en los primeros instantes del segundo tiempo, con su afición cantando a pleno pulmón el Flower of Scotland (su himno nacional). El empate dejaba sin opciones a los dos equipos y Modric empujaba a los suyos, que conseguían quebrar a Escocia a cuentagotas, pero siempre se encontraban con el portero Marshall. Entonces, el centrocampista de 35 años se sacó de la chistera su última genialidad y dejó uno de los goles del torneo. Enganchó un disparo con el exterior desde la frontal que se coló por la escuadra contraria.
El tanto metía a los croatas como terceros de grupo en ese momento, pero eso no era suficiente para el Balón de Oro de 2018. En el minuto 77, colgó un córner al primer palo para que Perisic solo tuviera que rozar el balón y clasificar a los suyos como segundos gracias a la derrota de la República Checa ante Inglaterra. Los jugadores escoceses se despidieron ovacionados, con la esperanza de que no haga falta esperar otros 25 años para ver a su equipo en una Eurocopa.
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