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Mavi García y el despertar de las ciclistas españolas

Gracias a la corredora balear, de 41 años, y a Paula Ostiz, de 18, y Paula Blasi, de 22, el ciclismo español ha conseguido cuatro medallas y un arcoíris en los Mundiales de Ruanda

Carlos Arribas

“Ya está todo hecho”, dice Mavi García, que tiene 41 años y ha estado 10 buscando la que ya se bambolea en su pecho colgada del cuello sudado, una medalla en un Mundial de ciclismo. “Ya lo he hecho todo”, repite la mallorquina, que ha terminado tercera en la colina de Kimihurura, meta del circuito del Mundial de ciclismo que ha invadido Kigali, la capital de Ruanda. “Quiero disfrutar el año que viene haciendo bici, que es lo que más me gusta, ayudando a otras…” Mavi García, la única luz durante una década del mortecino ciclismo femenino español, quizás no es consciente de que, en realidad, ya ha ayudado a otras, y solo tiene que mirar alrededor para verlo. Su bronce es la cuarta medalla del ciclismo femenino español esta semana. Las otras tres, y un arcoíris, las han ganado dos jóvenes con edad para ser sus hijas casi, y si no biológicas, sí hijas deportivas, pues quizás no serían ciclistas si ella no hubiera existido. Es su mayor contribución a un ciclismo español que, falto de grandes estructuras, equipos, carreras, falto de casi todo, da a la luz regularmente a genios surgidos de la nada.

Unas horas antes, al amanecer del sábado casi, Paula Ostiz, navarra de 18 años, rizos y rabia competitiva única, conquistó la medalla de oro y el jersey arcoíris de campeona del mundo —el azul, el amarillo y el verde de la bandera de Ruanda más el rojo y el negro, cinco franjas con los colores de los aros olímpicos— en la carrera en línea júnior. Es su segundo podio, después del segundo lugar alcanzado el miércoles en la contrarreloj de su categoría. Y otra Paula, la catalana Blasi, de 22 años, consiguió el jueves el bronce en la carrera en línea sub-23.

Cada una de las tres es una historia diferente.Paula Ostiz, que encarna el futuro más brillante, alma de clasicómana, clase para contrarrelojear en un cuerpo compacto de apenas 1,56m, es ciclista pura sangre desde los seis años que en la escuela competía con los chicos y los desazonaba. Es de Orkoien y vive en San Jorge, a las afueras de Pamplona, con su madre, Jennifer, ecuatoriana de Guayaquil, y sus dos hermanos son también ciclistas. Ninguno como ella, un diablo en bicicleta. Corre en el Movistar. Gana el Mundial un año después de ser segunda en la cita de Zúrich. Predestinada. Son 73,8 kilómetros de espera y desgaste y 150 metros de explosión. Con la paciencia de una araña vieja que desdice sus 18 años fogosos y la determinación de un mosquito que se lanza en picado sobre su objetivo destroza al final de la colina a las cuatro rivales con las que se jugó la victoria.

Mavi García llegó al ciclismo a los 31 años, después de aburrirse ganando pruebas de duatlón. El suyo es un ciclismo de dolor y resistencia, agonía plena. Fue la pionera que lideró la llegada el Movistar al pelotón en 2018, y después, cuando el equipo español decidió convertirse en la gran potencia del ciclismo mundial fichando a la neerlandesa Annemiek van Vleuten, siempre libre, peregrinó por los mejores equipos del mundo, el Alé, el UAE, y, finalmente, el Liv australiano, con el que ya triunfó este verano ganado una magnífica etapa el pasado Tour. Paula Blasi, catalana de Esplugues de Llobregat, fue atleta antes que ciclista. Mediofondista como su admirada Esther Guerrero, siempre en su corazón, con una tendencia excesiva a lesionarse. La frustración la condujo a la bicicleta ya cumplidos los 18. Es la mejor ciclista española del momento (cuatro victorias esta temporada con los colores del UAE. “Más que por las victorias que he conseguido, el ciclismo me llena por lo que me aporta. El atletismo me frustraba porque en el atletismo no podía llegar a mi límite de rendimiento, que es lo que me motiva, porque antes llegaba a mi límite físico en forma de lesiones”, dice. “La bici me ha abierto otra puerta. Puedo exprimirme bien entrenando y luego así ver resultados en carrera”. Es rápida, racional, fría. Y más que clasicómana, ciclista de fondo, de Tour y de montaña. Fue cuarta en el Porvenir del 2024 y sexta este año.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.
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