Roglic: “Esto es una locura, es mágico”

Tras cruzar la línea de meta, Roglic alzó el brazo derecho mientras que con la izquierda manejaba la bicicleta ante la gente que ya le empezaba a envolver, deseosa de felicitarle. Acababa de hacer historia, cuatro Vueltas en el zurrón, a la altura de Roberto Heras, el tope de la competición. “Haber conseguido esto es muy bonito y una locura, es mágico. Estoy muy feliz. Es increíble ganar de nuevo”, acertaba a decir el esloveno, por una vez cierto atisbo de emoción en su discurso, ciclista de hielo en la carretera y hasta en las distancias cortas. Al menos con el pelotón y el aficionado, también el periodista, pero no así con su mujer y sus dos hijos pequeños, a los que abrazó y beso, el mayor ataviado con el maillot rojo que encumbró de nuevo al esloveno y el chico con zapatillas rojas, una réplica de las que usó en la contrarreloj el campeón.

No ha sido una Vuelta sencilla para Roglic, que la corrió con una vértebra rota, con dolores cuando la carretera se empinaba. “Después del Tour pude descansar unos días antes de volver a irme a entrenar en altitud. Los primeros días aquí me dolía, pero pensé que sería posible recuperarme y sí, ha merecido la pena el gran esfuerzo”, contaba después ante el micro, minutos más tarde de que sonara el himno de Eslovenia, la tercera vez en el curso y en las grandes porque su compatriota Pogacar venció el Giro y el Tour. No sabe, sin embargo, si volverá a celebrar un grande, ya con 34 años, o si dejará el ciclismo tras el contrato de un año que le queda con el Bora. “No sé qué pasará en el futuro. De momento disfruto, he ganado con este equipo y me toca celebrarlo”, remachó; “por ahora me quedo con estos triunfos y recuerdos”.

Por detrás quedó O’Connor, que pugnó con uñas y dientes por no perder el maillot rojo, incapaz al fin ante el empuje de Roglic. “No me esperaba ganar y que me lo quitara era algo que se veía venir a medida que pasaban los días. No me enfadé, porque no esperaba ponérmelo ni mantenerlo tanto tiempo”, convino el australiano, siempre con una sonrisa, atento y amable; “yo buscaba estar en el podio de una gran Vuelta en los últimos años y haberlo conseguido finalmente es fantástico. Estoy muy orgulloso”. También lo estaba Enric Mas, tercero en esta Vuelta y segundo en tres ediciones pasadas. “Estoy encantado con el resultado porque han sido 21 días de mucho desgaste, la grande con más desnivel y, sobre todo, porque llevaba un año que no encontraba sensaciones de estar súper. He podido disfrutar de ese sufrimiento”, señaló; “cuando tienes patas puedes ser mucho más ofensivo, algo que siempre se me ha reclamado, puede que haya encontrado mi mejor versión”. Aunque se marchó con un sabor agridulce tras la crono, donde tenía que recortar nueve segundos a O’Connor para ganar la medalla de plata y no fue capaz: “Ha sido el peor día de todos, se me ha atravesado la etapa, desde que he arrancado hasta el final. Era muy rápida y con mi poco peso…, pero no hay excusas, lo he pasado muy mal”.

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