Españoles en el Tour de Francia: un ciclismo de peleones sin premio en 2024

A Raúl García Pierna, tan pálido de piel, le avisaron los del Arkea de que se preparara, que iba a debutar en el Tour, una semana antes del comienzo de la carrera, y un día antes de terminar, Yvon Ledanois, su director, declara entusiasmado: “Ya me gustaría tener 30 raúles en mi equipo”. “Está terminando muy fuerte”, añade el responsable del Arkea. “Le he dicho que el sábado se lo tome con calma, que guarde fuerzas, y que el domingo vaya a tope en la contrarreloj, que puede quedar entre los 15 primeros”. Una ley no escrita exige que un corredor no podrá llamarse ciclista hasta que no llegue a los Campos Elíseos, y aunque este año, por mor de los Juegos Olímpicos de París, el Tour no acabe en la capital por primera vez en sus 111 años, y haya que adaptar la norma, García Pierna, de 23 años, será uno de los tres españoles que reciba el carnet de ciclista el domingo en el paseo de los Ingleses de Niza. Y el hijo del histórico escalador del Festina Félix García Casas no estará menos feliz que Javier Romo, el toledano de Villafranca de los Caballeros que tanto ha lucido sus anchos hombros de triatleta en fugas y ataques, y Oier Lazkano, el vitoriano que ha deslumbrado con su fuerza y su deseo.

El cuarto debutante, Juan Ayuso, aquel en el que todas la complacencias se han depositado, debió abandonar por la covid antes de los Pirineos después de un comienzo atómico en el Galibier guiando el primer ataque de su jefe Tadej Pogacar y un amago de polémica y celos con su compañero portugués João Almeida, cuarto final en la clasificación.

Son el futuro de un ciclismo español, que en el Tour del 24 se ha manifestado entre la pelea y el deseo. Son la radiografía del ciclismo español que se va del Tour del cambio de era sin ningún triunfo de etapa, después de las tres victorias de 2023, Bilbao, Izagirre y Rodríguez.

El más visto con los buenos ha sido Mikel Landa, quinto en la general, quien ha interpretado en el pelotón el papel que mejor le va a sus años de experiencia ejerciendo de hermano mayor y consejero de Remco Evenepoel. Además de tranquilidad de espíritu, el ciclista de Murgia ha encontrado junto a Evenepoel a su entrenador neerlandés, Koen Pelgrim, que le ha enganchado al carro de la preparación moderna.

El más sólido de los esperados, Carlos Rodríguez, debilitado la última semana, ha comprobado que su distancia con los cracks que ocupan el podio no ha disminuido respecto a un 2023 en el que, además, debutante ambicioso, encontró una rendija en el surplace Pogacar-Vingegaard para ganar la gran etapa del Joux Plane.

Y el equipo que es el faro, el Movistar, se mueve también en terrenos complicados en un WorldTour de riqueza muy concentrada y en el que las grandes potencias económicas apenas dejan ni corredores de valor ni espacios de expresión a los demás. “El dinero hace decantar todo”, subraya Eusebio Unzue, responsable máximo del Movistar. “Tan importante es fichar bien para fortalecerse como para debilitar a otros equipos y el dinero les permite hacerlo. Lo hacen Visma, lo hace Ineos, lo hace UAE. Mira, Ineos, las barbaridades que han tenido que hacer para sujetar a Carlos Rodríguez y que no se viniera con nosotros… Y no tienen mucho más pese a su presupuestazo… Y no han hecho mejor Tour”.

Unzue, 42º Tour consecutivo, ninguno tantos como él entre los directores, acepta con cierto fatalismo una realidad ciclista global en la que su grupo, el de Perico hace 36 años, el de Miguel Indurain, que acaba de cumplir 60, entre 1991 y 1995, ya no tiene apenas peso. Ni siquiera es capaz de atraer a los mejores ciclistas españoles del momento, una etiqueta que era su marca de fábrica. Ni tampoco a proyectos que crecen, como Oier Lazkano, quizás la revelación del Tour, o Alex Aranburu, que no seguirán en el equipo en 2025. “Oier, con los 24 años que tiene, y la progresión que ha hecho, es la leche, pero se va. ¿Que qué vamos a hacer? Pues pelear cada día…”, lamenta con cierta ironía Unzue. “Los chicos se van por ahí y no cuidan lo de casa. Han tenido todos la oportunidad. Hemos intentado contratar a Ayuso, a Rodríguez. Ayuso, parece que ahora no está a gusto en UAE, pero podría haberlo pensado mejor antes de irse allí. No es que no hayamos peleado por tenerlo. No hemos llegado a querer romper la bolsa, no, porque a eso no hemos estado dispuestos nunca, sino simplemente a ayudar a que crezcan con espacio también. Eso también es importante. ¿Qué le hace más atractivo al UAE que a otros equipos? Que tienen 30 corredorazos y pueden ir a todas las carreras a ganar. Se pueden permitir el lujo de tener superestructuras”.

No es solo que el UAE contrate a todos los adolescentes de valor, y no solo es los sueldos lo que hace atractivos a los mejores equipos para los júniors de más talento; la revolución de los entrenamientos y la nutrición, el fin del ciclista como un deportista que se entrena alrededor de su casa solo, sustituido por largas temporadas de concentración conjunta en altitud, y vida de equipo todo el año, la carrera armamentística por tener la mejor tecnología… Los mejores equipos se han movido en el Tour con flotas de hasta 20 vehículos, incluida la furgoneta del Control Room del Visma. El grueso del presupuesto de un equipo ya no es el salario de los campeones. La brecha es cada vez más grande.

La pelea por la fuga y en la fuga, el aprendizaje de un ciclismo de guerrillas en el que nunca se vio involucrado, pues desde su segunda Vuelta, la de 2018, a los 23 años, ya fue figura, ha devuelto a Enric Mas la alegría y la frescura de sus primeros años en el pelotón, una cierta chispa apagada tantas Vueltas y Tours por la búsqueda siempre de un puesto en la general. “He disfrutado muchísimo esta semana de la carrera. Ha sido un Tour muy diferente para mí, muy difícil, pero me marcho contentísimo con estos últimos días y espero empezar aquí La Vuelta”, promete el mallorquín. “No hay tiempo de desconectar; vamos a por todas, a dar lo mejor posible en La Vuelta. El equipo espera el máximo de mí y así tenemos que rendir”.

Unzue cruza los dedos y espera. “A ver si por casualidad Enric… esperemos que en la Vuelta esté a nivel del año anterior [peleando en un segundo escalón con Landa y Ayuso tras los tres del Jumbo, Kuss, Vingegaard y Roglic, que dominaron]”, dice Unzue. “Es un poco a lo que podemos aspirar en este momento”.

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