El Barça sufre para ganar al Maccabi en Belgrado
El Real Madrid cae en el WiZink ante el Fenerbahçe y el Baskonia sucumbe ante la pegada del Bayern
El Barcelona sufrió para ganar en Belgrado. Lo consiguió a pesar de su irregularidad durante el partido. Con 86-88, a falta de 13 segundos para terminar, la victoria pendía de un hilo, porque falló un tiro Punter y el balón salió por la línea de fondo, y quedó a merced del Maccabi, que se lio en el ataque y provocó un salto entre dos entre Parker y Shayok. Lo ganó el azulgrana y ganó el choque.
Ni el Maccabi ni el Barcelona salieron a la desangelada cancha de Belgrado, casi terreno neutral, con las mejores sensaciones. El equipo israelí hundido en la clasificación, muy lejos de los mejores, y el azulgrana en una crisis de resultados, y tras caer dos días antes en el OAKA Arena frente al Panathinaikos, después del hundimiento general en los últimos minutos, haciendo volar a Nunn, que con 29 puntos, apuntaló la victoria griega.
Tampoco la derrota en la ACB frente al Baxi Manresa contribuía demasiado a confiar demasiado en los hombres de Joan Peñarroya, que todavía no han alcanzado sus máximas revoluciones, y que sin Laprovittola, Brizuela, Metu y Neto para las rotaciones, llegaba debilitado a la cita de la Euroliga.
Pese a todo, comenzó bien el Barça en Belgrado, aplicado en defensa, alegre en ataque y abriendo brecha en el marcador. Con la defensa en zona que ordenó su técnico, el Maccabi no jugaba cómodo. Punter anotaba de inicio, le secundaba Parker y después apareció Vesely. Andaba siempre el equipo azulgrana por encima en el marcador, y llegó a ponerse con nueve puntos de diferencia, que se fueron a seis con la bocina.
Pero en el segundo cuarto espabiló el Maccabi y se durmió el Barcelona. Saltaron los fusibles. Sin números espectaculares, el equipo israelí fue creciendo mientras disminuía el juego del Barcelona, se hacía diminuto. Con un parcial de 22-11, el Maccabi tomó el mando del partido sin encontrar reacción en su rival, sobre todo en el rebote. Sumaron más en ataque que en defensa, lo que les daba dobles oportunidades para anotar. La aparición de Blatt y Rivero resultaron fundamentales para su equipo. Se fueron cabizbajos al descanso los jugadores de Peñarroya, se supone que con ánimo de redimirse, después de acabar con un parcial de 28-15 y solo tres anotaciones desde el exterior.
Sin embargo, la reacción no se produjo, al menos en el inicio de la segunda parte, que se estrenó con un triple de Blatt, que ponía diez puntos de diferencia a su favor (47-37), pero esa acción solo fue el inicio de una serie de despropósitos del equipo azulgrana, que permitió un parcial de 9-0 que amplió las diferencias para el Maccabi. En un instante, el marcador se fue al 53-37, y se encendieron las alarmas en el banquillo. Tuvo que conseguir Anderson un triple para aliviar un poco el escozor y cortar la hemorragia.
El Barcelona seguía teniendo problemas en el rebote defensivo. La zona con la que jugaba cuando atacaba el ataque israelí, le lastraba en ese aspecto, y el Maccabi seguía teniendo dos y hasta tres ocasiones de anotar. Faltaba intensidad en el juego para ponerse a la altura del rival. Consiguió al menos el Barça contener a su oponente y en la segunda mitad del tercer cuarto, devolvía en la canasta contraria cuando recibía en la propia. Fue recortando pasito a pasito, y a falta de 2,30m para el final, una falta antideportiva y un triple de Parker, acercaron al Barcelona a solo cuatro puntos (62-58), una diferencia que se redujo a dos antes del tiempo muerto que daba paso a los diez minutos decisivos (66-64).
Comenzaba en ese momento un partido de diez minutos para decidir al ganador, y en la dinámica positiva que había cogido para los culés, primero empató Hernangómez, machacando el aro, y después, Parker, en un tiro esquinado, puso de nuevo por delante al Barcelona después de muchos minutos. La solidez de Punter en el tiro y la de Willy Hernangómez en el rebote, comenzaban a dar rédito a su equipo. También los puntos de Satoransky, decisivos por momentos.
Jugaba con más sentido el Barça, aunque el Maccabi se apoyaba en Blatt para no quedarse fuera del partido, sus cuatro triples de siete intentos mantenían vivo el choque, pero Parker insistía. Un triple suyo amplió la ventaja a cuatro puntos (73-77), que no es una distancia llamativa, pero a la vista de lo que se había visto antes, era bastante significativa.
Para el Maccabi era más difícil defender. La fatiga empezaba a aparecer, y era más complicado hacerlo sin faltas. Trataba de estirar el marcador el Barcelona, pero seguía castigándole el rebote defensivo. La pelota caía, casi siempre, a manos de su rival. Aunque un triple de Juan Núñez amplió a cinco puntos la diferencia (77-82), De Julius, en su primera anotación, empató de nuevo el partido. Quedaban tres minutos, era volver a empezar un choque que se resolvió con un salto entre dos en el que se impuso Parker para devolver la sonrisa al Barça.
En el WiZink Center, el Real Madrid no pudo parar a Nigek Hayes-Davis, el hombre imprescindible del Fenerbahçe (70-82), que jugó más de 37 minutos, anotó 33 puntos, consiguió seis triples de diez intentos y acabó con una valoración de 30. Fue el catalizador del juego turco, que le dio un vuelco al marcador en el segundo cuarto. Terminó el primero con ventaja amplia del Real Madrid (20-12), pero un parcial de 0-13 en el segundo puso por delante al Fenerbahçe, que ya no abandonó el bastón de mando. El 11-25 antes del descanso hundió al Real. “Cada vez que tenemos problemas nos venimos abajo”, confesaba Chus Mateo. “Nos han puesto muchos problemas en defensa y nosotros no hemos estado muy clarividentes. No hemos sido capaces”. La frustración se plasmó en Mario Hezonja, descalificado por dos técnicas en la recta final. Con seis victorias y ocho derrotas, queda lejos de los puestos del playoff.
Por su parte, el Baskonia terminó perdiendo (94-80) con un marcador que no refleja lo que sucedió en la cancha, en un partido muy igualado casi siempre que se decantó tras un parcial de 16-0 para los alemanes en un bajón baskonista. La pegada del Bayern decidió.
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