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El UCAM Murcia sorprende al Unicaja y se adelanta en la semifinal de la ACB

El equipo de Sito Alonso jugó un partido que se hizo demasiado incómodo para los hombres de Ibon Navarro

UCAM Murcia
Howard Sant-Roos, del UCAM Murcia, penetra a canasta ante la defensa de Unicaja.Jorge Zapata (EFE)
Jon Rivas
ACB - semifinal - jornada 1
Unicaja
Unicaja
79 88
Finalizado
UCAM Murcia
UCAM Murcia

El UCAM lo volvió a hacer. Como sucedió en cuartos frente al Valencia, sorprendió a domicilio en el Martín Carpena a un poderoso Unicaja, líder de la liga regular de la ACB y que está en el alambre después de un partido magnífico en el rebote y en la defensa.

Tenía el UCAM Murcia, nuevo en estos pagos, un reto mayúsculo por delante, porque habían perdido los últimos seis partidos ante el Unicaja de Málaga, el otro aspirante a estar en la final de la Liga Endesa. Si para los murcianos el afán consistía en superar, en cancha ajena, a un rival que no les ha dado opción en tiempos cercanos, para los malagueños, la cuestión consistía en seguir con la racha y no caer en la tentación de sentirse superior por los antecedentes.

En la primera parte se cumplieron más los deseos del Murcia que los del Unicaja. Aunque el marcador no se disparó demasiado hacia ninguno de los dos bandos, fue el equipo de Sito Alonso el que se adaptó más a los requerimientos de su entrenador, que ordenó defensa en zona después de canasta, para ralentizar el juego de los malagueños. Se lamentaba Ibon Navarro, que los suyos estuvieron algo blandos en el primer cuarto, ninguna falta en contra pese a los 24 puntos murcianos, y pedía un poco más de dureza de sus jugadores, que permitieron que Sleva anotara con facilidad, de dos y de tres, para convertirse en el jugador más determinante de su equipo en el segundo cuarto. Para Unicaja, Barreiro, con ocho puntos, fue el máximo anotador (8), pero no fueron suficientes como para evitar que el UCAM se fuera al descanso con ventaja en el marcador, pese a la lesión de Diagné, que se retiró al vestuario, aunque regresó en la segunda parte, y que los murcianos se metieran en el bonus con más de ocho minutos todavía por jugarse.

Temía Sito Alonso que en la segunda parte el equipo de su colega Ibon Navarro cogiera su ritmo habitual, y por eso siguió tratando de que el juego no fuera fluido como quería Málaga. Consiguió a medias seguir neutralizando a su rival, porque nada más comenzar la segunda mitad, tuvo que parar, pedir un tiempo muerto y hacer reflexionar a sus jugadores, que mediado el tercer cuarto concedieron un parcial de 14-5 para Unicaja, que se puso cuatro puntos por delante (50-46). Las correcciones del entrenador madrileño consiguieron limitar los daños y cambiar la tendencia (50-53), después de anotar siete puntos por ninguno de los malagueños.

El Martín Carpena, con más de 10.000 fervorosos aficionados en las gradas, asistía a un duelo vibrante con intercambio de golpes para un lado y para el otro, pero el Unicaja tenía el problema de lidiar con el estadounidense Dustin Sleva, impecable en el lanzamiento de campo (5 de 5 en tiros de 2), tres de tres en triples y que solo fallaba en los tiros libres (2 de 4), aunque ese fallo doble lo compensó al recoger el rebote y anotar un triple. Era el mayor quebradero de cabeza para los locales, en los que Kalinoski trataba de dar réplica.

Murcia seguía por delante, aunque sin estirar las diferencias, así que cada arreón malagueño le acercaba, aunque los hombres de Navarro parecían jugar a tirones. Consiguieron ponerse por delante (71-69), a 7,15m del final, y empezó a volverse loco el partido con los bombarderos de cada equipo sacando sus mejores galas. Radeboug apareció con dos triples consecutivos para revitalizar al UCAM, que ya no volvió a perder el tino con una defensa inconmensurable, personalizada en Morin, y su poderío en el rebote ofensivo y defensivo, que les empujó hacia la victoria.

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