Tosha Schareina se marca un Joan Barreda en el Dakar: dos duras caídas y una lesión encubierta le alejan de la victoria

Tosha Schareina irrumpió en la élite de las dos ruedas del Rally Dakar hace un par de años de la mano de Honda. La marca japonesa veía en este joven valenciano de 29 años a un potencial ganador del rally-raid más duro del planeta. Entre sus principales valedores se encontraba el piloto al que sustituía dentro del equipo de fábrica, su compatriota Joan Barreda. Del referente castellonense, un sufridor nato aficionado al secretismo, parece haber aprendido a tirar de ambigüedades y seguir adelante pase lo que pase en el transcurso de la prueba.

Schareina, que sufrió una aparatosa caída en los primeros compases de la novena especial entre Riyadh y Haradh, con 357 kilómetros cronometrados de caminos rápidos, lleva desde la quinta etapa del rally corriendo con la clavícula izquierda rota. Aunque el principal candidato español a la victoria lo niega, fuentes del vivac confirman a EL PAÍS que la lesión existe. El valenciano había obviado comentar ante los medios, al término de la etapa maratón del pasado jueves 9 de enero, un fuerte costalazo que le ha obligado a competir con el hombro izquierdo vendado y recurrir a infiltraciones desde entonces.

“Caí muy fuerte sobre el kilómetro 20. No tenía buena visibilidad con la luz del sol, pillé una piedra y caí muy, muy fuerte. No me he hecho nada, pero he perdido mucho tiempo. He intentado arreglar un poco la moto, me he quitado la visera rota y ha llegado Ricky [Brabec, campeón de la edición de 2024 y compañero en Honda] y hemos rodado juntos hasta el final”, comentaba Schareina sobre el percance de la jornada. Esta vez tenía el helicóptero de la organización encima cuando se produjo la caída y no tenía sentido esconder nada. “Hemos perdido mucho tiempo, pero es parte del juego. Después de una caída así, estar entero es positivo. Me duele todo el cuerpo, por supuesto, pero estoy listo para descansar ahora y dar gas mañana”, concluía.

A pesar del trompazo, el aspirante español a la corona cruzó séptimo la línea de meta a menos de siete minutos del argentino de KTM Luciano Benavides, el ganador con un tiempo de 3h15m38s. En su tira y afloja constante desde el inicio de la prueba, el líder Daniel Sanders pudo sacarle otros tres minutos y pico valiosos al valenciano, que llega en segunda posición a las tres jornadas finales de dunas en el desierto de Rub al Khali, a casi 15 minutos del referente en la clasificación general. “Cualquier accidente en el Dakar es fuerte, así que espero que se encuentre bien”, deseaba el australiano tras conocer el revés sufrido por su principal rival. No muy lejos, el francés de Honda Adrien Van Beveren aspira también a intentar dar el golpe en la tabla y llevarse su primer ‘Touareg’.

Schareina, que de pequeño creció idolatrando a pilotos como Nani Roma y Marc Coma, último vencedor español del Dakar a dos ruedas en 2015, siempre se fijó mucho en el estilo de su vecino Barreda, el tercer piloto con más victorias de etapa (29) en la historia de la prueba. El castellonense, en su día, fue un especialista en esconder fuertes golpes para intentar seguir en carrera. En más de una ocasión, sufrió conmociones cerebrales que obvió para sortear los protocolos médicos habituales y evitar retiradas prematuras. En 2022, precisamente, Barreda completó la segunda semana del Dakar con la clavícula izquierda rota, la misma situación que enfrenta ahora el heredero de su moto en Honda. “Todos corremos con cosas, pero de momento solo he de decir que estoy más o menos entero y no llevo nada roto”, se limitaba a comentar Schareina a los medios españoles desplazados a Arabia Saudí, sin querer entrar en más detalles sobre el asunto y negando la fractura.

El revuelo por la clavícula magullada de Schareina y las infiltraciones coincidió con un control antidopaje de la Federación Internacional de Motociclismo (FIM), que el organismo calificó de rutinario. Los seis primeros clasificados de la octava etapa celebrada el lunes, entre ellos el español, fueron reclamados por el ente en una ocasión sin precedentes en el Rally Dakar, pero habitual en la disciplina desde la creación del Mundial de rally-raids (W2RC) en 2022. El candidato de Honda, por ejemplo, ya había pasado dos controles en pruebas anteriores, y los resultados no se darán a conocer hasta la finalización del evento.

En categoría de coches, Nasser Al-Attiyah logró su 49ª victoria de etapa en el Dakar con un tiempo de 2h52m59s. El catarí dio así la primera victoria en el rally a Dacia y se acerca al récord absoluto de triunfos en especiales del finlandés Ari Vatanen, que en su día dejó el listón en la media centena. El cinco veces ganador de la prueba logró recortar más de 15 minutos al anterior líder de la general, un Henk Lategan que cedió la cabeza de carrera al saudí Yazeed Al Rajhi, compañero suyo en Toyota. El multimillonario ídolo local aventaja en siete minutos al sudafricano y cuenta con 25 minutos de margen sobre Mattias Ekstrom (Ford) y Al-Attiyah, cuarto en la general.