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Futbolistas
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Del llanto de aquel día de julio de 2005 al del 22 de diciembre de 2024, una carrera de gloria

En una pachanga de entrenamiento con el Sevilla, Jesús Navas, 19 años entonces, salió corriendo y rompió a llorar víctima de la ansiedad: no podía estar lejos de casa. Dos décadas después, se retira como uno de los jugadores más importantes de la historia del fútbol español

Jesus Navas tras el partido en el Bernabéu ante el Real Madrid.
Jesus Navas tras el partido en el Bernabéu ante el Real Madrid.AFP7 vía Europa Press (AFP7 vía Europa Press)
Manuel Jabois

Fue un día de julio de 2005. El Sevilla estaba concentrado en Isla Canela para preparar la temporada. Cuando se estaba jugando una pachanga de entrenamiento, Jesús Navas, 19 años entonces, salió corriendo del campo ante la mirada de sus compañeros, se frenó en seco varios metros más adelante y rompió a llorar. No podía seguir, dijo. Le había ocurrido antes en la concentración del equipo juvenil de la selección para el Mundial sub-20: abandonó aquellos entrenamientos “destrozado anímicamente”, se informó entonces, cuando llegó a creerse que se trataba de un problema de salud de uno de sus familiares. Pero al llegar a Sevilla, llamó al club para ofrecerse a jugar con el Sevilla Atlético esas semanas. En 2006, cuando el Sevilla volvió a Isla Canela, en Huelva, para hacer la pretemporada, Navas no dormía allí: su padre le llevaba cada día para que entrenase con sus compañeros y pudiese dormir en casa.

“Jesús Navas, extraordinario extremo zurdo del Sevilla, sólo tiene 20 años. Y una recurrente dolencia. Cada vez que se aleja de su familia padece tremendas crisis de ansiedad que le impiden trabajar con el resto de sus compañeros”, publicó EL PAÍS en 2006. La impresión general era que aquel chiquillo enjuto y veloz, repleto de calidad, lo tenía todo triunfar menos lo más importante, la cabeza, la fuerza para soportar la presión de una vida hecha para nómadas. Podría preguntarse uno de qué manera iba un chico incapaz de dormir fuera de casa de romperle la cintura a Puyol en el Camp Nou o a Ramos, su colega, en el Bernabéu. Pero la impresión general de entonces sobre la salud mental estaba llena, en la plaza pública, de señales prejuiciosas y estigmas volubles. Navas, un extremo que derribó uno a uno a los mejores marcadores del continente y luego se convirtió él en uno de ellos ya en su madurez, también derribó el problema de ansiedad con el que lidiaba.

Si en 2006 le susurran a alguien que ese chico que rompía a llorar se iba a ir del fútbol, emocionado por supuesto, acaparando las miradas admiradas de medio mundo y ovacionado por un estadio rival, el Santiago Bernabéu, con la camiseta del equipo de su vida, el Sevilla, y a los 39 años después de ganar una Premier League y dos Copas de Inglaterra con el City, cuatro Europa League, dos Supercopas de España, dos Copas del Rey y una Supercopa de Europa con el Sevilla, y una Copa del Mundo y dos Eurocopas con la selección española, podría dudar. No tanto de Navas como de la selección, bien mirado. Pero si Navas ha sido pieza importante de esa selección, último superviviente de Sudáfrica 2010, y del mejor ciclo histórico del Sevilla, no fue casualidad. Hay en su desparpajo una determinación casi febril que le ha tenido jugando sin parar y a un ritmo frenético en la élite a una edad impensable.

En 2018, Jesús Navas dio varios pasos atrás en el campo. Lateral derecho. La de vidas que tiene en el césped un jugador que ha estado décadas en la élite es para estudiarlo. Pero Enzo Maresca, excompañero de Navas en el Sevilla y entonces segundo de Montella, el técnico que lo envió al lateral derecho (aunque el primero que probó con él fue Guardiola en Manchester), daba su particular visión a Rafael Pineda en EL PAÍS: “Es la única persona del mundo que no envejece. Es el mismo de hace 15 años y esa fuerza física que tiene hace que se adapte de maravilla al lateral. Su juego de ida y vuelta nos viene muy bien para nuestro sistema”, dijo. Si no envejecía viajando y jugando contra los mejores jugadores del mundo, si no envejeció en aquella final de Sudáfrica donde arrancó la jugada que dio origen al gol más importante de la historia del fútbol español, a ver qué va a ser de él, y de nosotros, sin tanto estrés.

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Sobre la firma

Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario de Pontevedra. Ha trabajado en El Mundo y Onda Cero. Colabora a diario en la Cadena Ser. Su última novela es 'Mirafiori' (2023). En EL PAÍS firma reportajes, crónicas, entrevistas y columnas.
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