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El golf como terapia: así ayuda a deportistas en activo y tras la retirada

Varios atletas de élite practican este deporte para cuidar su salud mental durante sus carreras y para mantener la llama competitiva al retirarse

Golf
Pau Gasol, jugando al golf en Pebble Beach en 2023.EZRA SHAW (AFP)
Juan Morenilla

¿Se imaginan que todos estos jugadores coincidieran en un torneo de golf? Y ya puestos, que así fueran los emparejamientos. Un mito al lado de otro: Pau Gasol y Rafa Nadal. Rivalidad futbolera: Morata y Raúl, y Bale con Aduriz. Dos leyendas del baloncesto: Rudy y Sergio Rodríguez. Alumno y su profesor en el tenis: Carlos Alcaraz y Juan Carlos Ferrero. También andarían por el green Ricky Rubio, Carlos Sainz, César Azpilicueta, Casper Ruud, Mathieu Van der Poel, Lando Norris, Fabio Quartararo… La idea no sería tan descabellada, porque todos ellos, algunos deportistas de élite en activo, otros ya retirados, se han enganchado al deporte de los 18 hoyos. Unos, los que siguen en la brecha, como “terapia” para cuidar su salud mental y rebajar la presión de sus disciplinas, desconectar del duro mundo de la alta competición; y otros, los que acabaron sus carreras, precisamente para revivir esas viejas sensaciones y mantener encendida la llama competitiva, una adrenalina adictiva.

Después de 22 años de vida profesional dedicada al baloncesto, Pau Gasol ha descubierto en el golf un alimento con el que rellenar el vacío de la retirada. “He encontrado una cierta paz que me ha venido muy bien y a la vez el reto de aprender un nuevo deporte que tiene muchas capas. Cuando he tenido tiempo para dedicarle, me ha atraído muchísimo. Se ha abierto una puerta y he entrado en un mundo fascinante. Para mí es un desafío competitivo que me ha permitido recobrar las ganas de mejora, de trabajo y esfuerzo”, comenta a EL PAÍS el expívot, quien como aficionado ha pisado dos templos como Augusta, sede del Masters, y Saint Andrews (Open Británico).

Álvaro Morata, jugando al golf en octubre de 2023.
Álvaro Morata, jugando al golf en octubre de 2023.CHEMA DIAZ (DIARIO AS)

Gasol fue el cabeza de La Familia, la gran generación del baloncesto español, y entre sus antiguos colegas no es el único enganchado al golf. “Ahora tengo un reto, jugar igual de bien que Pau”, comentó Rudy Fernández al retirarse este verano; “nos iremos el Chacho y yo a practicar”, añadió sobre su antiguo socio en la pista y ahora compañero con los palos. También Ricky Rubio aprovecha cada ocasión que puede para afilar el swing, como el seleccionador nacional, Sergio Scariolo. El preparador italiano recuerda cuando, durante una de sus prácticas, se fijó en un hombre que daba clases junto a él. “¡Y tenía 96 años!”, rememora el técnico; “¿qué otro deporte te da la posibilidad de seguir a esa edad desafiándote a ti mismo y queriendo mejorar? El golf es el único deporte que podrá acompañarme siempre. Ese cuidado del gesto técnico, tan detallado, no lo había tenido nunca. Y la capacidad de concentración, de aislarte de cualquier cosa…”.

Esa obligación de dejar la mente en blanco y centrarse al máximo en cada uno de los golpes y movimientos que componen el golf es justamente lo que aprecian los deportistas de otras disciplinas que se acercan a un campo o una cancha de prácticas. El golf les obliga a aparcar cualquier pensamiento, a una limpieza mental. Así lo señala el futbolista Álvaro Morata. “Es una de las cosas que los psiquiatras te recomiendan. No necesitas pensar en nada, puedes ordenar tu cabeza y, sobre todo, manejar tus emociones solo. Eres tú contra un espejo. Eso es lo más importante de todo. No puedes poner excusas de que no me han puesto el balón bien, de que si el césped está seco… Nada. Eres tú con tu palo. Si la lías, la has liado tú. Y, si lo haces bien, pues lo has hecho tú. Me ayuda a controlar mis impulsos. Te ayuda a focalizar. Escuchas el silencio, la respiración, es increíble”, contaba el delantero a este periódico durante la pasada Eurocopa. El hoy jugador del Milan ha compartido campo con el castellonense Sergio García en Valderrama (“estaba nervioso como si fuera a jugar una final”, afirmó) y acaba de invertir en la app Golf Game Book, una especie de red social para apuntar las rondas, seguir a otros jugadores y buscar recorridos.

Como el golf, el tenis es otro deporte de una gran dureza psicológica. De ahí que Rafa Nadal y Carlos Alcaraz se hayan refugiado también en su práctica. El joven tenista murciano se enganchó gracias a su técnico, Ferrero, que se lo recomendó como terapia, y hoy es habitual verle en los entrenamientos pateando la pelota de tenis con la raqueta hacia un ángulo o sobre la línea, un divertido ejercicio de precisión con la gente de su equipo. “Hablamos mucho sobre lo bueno que es el golf para nosotros, para nuestra mente, solo para desconectar y apagar nuestra cabeza”, cuenta Alcaraz; “eso ayuda para luego ser mejor en los torneos. No podemos pensar 24 horas al día en tenis, siete días a la semana… Hay que pensar en otras cosas para luego rendir al 100%, ser mejor en la cancha y sentirse mejor. El golf nos ayuda a pensar más claro”.

El estudio Golf y salud mental, publicado hace unos días como parte de la Cátedra UCM-RFEG Comunicación y Golf, señala que el 92% de los participantes considera que este deporte mejora su salud psicológica, y concluye que los golfistas presentan un menor porcentaje de alteraciones en la salud mental que el resto de la población, sobre todo en el caso de la depresión. La doctora Pilar Martín Escudero, una de las firmantes del estudio, y médica del equipo olímpico español en tres Juegos, explica: “Los deportistas de élite sufren mucha presión, viven un examen continuo. Y sus deportes los viven como un trabajo, no como algo placentero. En el golf encuentran entonces esa relajación y a la vez les permite seguir compitiendo”.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.
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