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El Dakar más duro e incierto en Arabia

Carlos Sainz y Joan Barreda parten en un creciente grupo de favoritos con una decena de coches y más de 15 motos destacadas

Dakar
Carlos Sainz y Emil Bergkvist durante la sesión de fotos del equipo antes del Dakar.HAMAD I MOHAMMED (REUTERS)

Siempre es difícil prever cómo discurrirá exactamente la trama deportiva en el Dakar. El rally de rallies arranca hoy viernes a primera hora con una etapa prólogo que condensa todas las trampas habituales, con eslálones entre rocas, caminos arenosos y fuera pistas, en 27 kilómetros bajo el cronómetro. Esta primera toma de contacto, que pretende separar el grano de la paja según la organización, solo servirá para establecer el orden de salida el sábado. Será entonces cuando realmente empezará la batalla entre los grandes favoritos a la victoria final en Yanbu, a orillas del mar Rojo, el día 19. En el vivac todos coinciden en que será la prueba más dura desde el desembarco en Arabía Saudí hace cinco años.

Al-Ula, un desierto multicolor y escarpado, destacado por sus milenarios yacimientos arqueológicos, con espectaculares formaciones rocosas parecidas a elefantes y camellos, será el escenario de partida de la 46ª edición del rally. En total, los 770 competidores —70 coches y 132 motos— se enfrentarán a 7.891 kilómetros de recorrido, 4.727 bajo cronometro, que pretenden ser una dura e incierta concatenación de relatos. “La idea es contar distintas historias: está el rally más común, sin tiempo para respirar, en las tres primeras etapas, y luego otro cuento con más dunas que nunca y esa etapa de 48 horas que llevaba mucho tiempo imaginando”, explica David Castera, director del Dakar, a EL PAÍS. “La segunda etapa del año pasado, que fue demasiado selectiva en esa fase, será ahora la penúltima a propósito. Queremos que pasen cosas al final del rally, que pueda haber algún cambio de guion inesperado”, añade.

La 48h Chrono es la gran novedad de la presente edición, una especial de casi 600 kilómetros en pleno desierto de Rub al Khali, un páramo inhóspito donde deberán pasar noche en tienda de campaña y sin asistencia de ningún tipo los pilotos. Por no haber, no habrá ni baños. “No creo que la maratón de 48 horas lo vaya a cambiar todo, pero veremos”, opina el dirigente francés de 53 años, expiloto y podio en el París-Dakar de 1997. “En motos la cosa estará entre las Honda y las KTM, aunque están todas las marcas muy igualadas. En coches es más difícil de decir. Loeb y Al-Attiyah parten como principales favoritos, pero su vehículo ha tenido problemas de fiabilidad”.

Carlos Sainz, en el que apunta a ser el último año del prototipo híbrido de Audi, parte como gran baza española en la categoría Ultimate, la primera división en coches. Sus rivales en la carrera hacia su cuarto Touareg serán los de siempre, desde su compañero Stephane Peterhansel hasta Nasser Al-Attiyah, el piloto con mejor currículum desde el desembarco en Arabia Saudí hace cinco años. El catarí, vencedor de las dos últimas ediciones, ha cambiado su fiable Toyota por el Prodrive de BRX, quizás más rápido, pero también más endeble. Así lo demostró Sebastien Loeb, su nuevo vecino de carpa, batiendo el récord de victorias de etapa consecutivas (seis) tras quedar descartado por culpa de varios pinchazos en la escabechina de la segunda etapa de 2023. La ausencia de su puntal estos últimos años ha hecho que en Toyota apuesten por savia nueva con el brasileño Lucas Moraes y el estadounidense Seth Quintero a la cabeza de su nuevo proyecto.

“Mi experiencia me dice que muchas veces no se habla de una etapa y luego llegas y te encuentras una sorpresa, como ya fue la etapa dos el año pasado, donde se decidió quién no iba a ganar el rally por culpa de los pinchazos”, comenta el madrileño, bastante distendido en estos días de preparativos. “El Dakar es una caja de sorpresas y tienes que estar preparado para lo peor cada día, tanto tú como el equipo, esa es la mejor manera de afrontarlo. Ir reaccionando a lo que te vas encontrando”, agrega. El regreso de Nani Roma (Ford) tras su año apartado por culpa del cáncer y el ascenso a la categoría reina del jovencísimo Pau Navarro (Mini), de tan solo 19 años, son otros de los alicientes en las cuatro ruedas.

En cuanto a las motos, Joan Barreda vuelve una vez más de su hipotético retiro, pero cambia la Honda por Hero, una compañía india que quiere dar el paso definitivo con su incorporación. El grupo de favoritos es hoy en día una maraña inescrutable. “Hay 15 tíos que salen con la mentalidad de subir al podio, aunque quizás hay menos a quienes solo les vale la victoria final. Cualquiera de los pilotos oficiales tiene opciones, pienso, y a mí me gustaría estar peleando entre los cinco primeros”, apunta el castellonense. Su hueco en la marca japonesa lo ocupa el valenciano Tosha Schareina, de 28 años, la figura que promete un relevo español ahora que el veterano de 40 planea apartarse de forma definitiva, aunque con él nunca se sabe.

Sin españolas en moto

Los argentinos Kevin Benavides (KTM), último campeón, y su hermano Luciano (Husqvarna), triunfador en el Mundial de Rallies, encabezan el grupo de favoritos a la victoria después del final de foto finish vivido el año pasado. El primero, sin embargo, llega muy tocado tras encadenar tres roturas en distintos huesos desde su alirón. Este año no habrá mujeres españolas en la categoría por primera vez desde 2010. Sí estarán en cuatro ruedas Cristina Gutiérrez, que buscará despedirse de los vehículos ligeros con una primera victoria general en su categoría rumbo a una oportunidad histórica con Dacia en 2025, y Laia Sanz, que se marca como objetivo superar a gran parte de los más de 40 vehículos que cuentan con mejores armas de partida.

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