La portera francesa de balonmano, un año bajo los efectos de una conmoción cerebral
La campeona olímpica Cléopatre Darleux, ausente del Mundial, siguió jugando tras el primer balonazo en la cara y recibió otros dos impactos en la misma semana
La portera de la selección francesa de balonmano Cléopatre Darleux (Wittenheim, 34 años) debió haber parado después del primer balonazo que recibió en la cara hace un año. El golpe le provocó dolores de cabeza y dificultades a la hora de mirar pantallas, sin embargo, continuó bajo palos. Y el infortunio (y la imprudencia) quisieron que la semana siguiente, todavía sufriera dos impactos más en la cabeza. La consecuencia es que la meta, vigente campeona olímpica, lleva de baja desde febrero por los efectos de una conmoción cerebral y su regreso a las pistas es una incógnita. “Ya no estoy en modo: ‘¿cuándo voy a volver?’, sino ‘¿voy a volver?’, confesaba hace 10 días en L’Equipe.
Ella es una de las ausencias más destacadas del Mundial que se disputa en Dinamarca, Suecia y Noruega, y su situación pone de nuevo sobre la mesa el peligro de este tipo de percances en el deporte. “Espero que mi caso sea útil. Cuando tienes dolor de cabeza [después de un accidente de este tipo], no es normal. Es importante frenar”, advertía Darleux en abril. Preguntada por El PAÍS en las últimas semanas, la guardameta ha rechazado hacer declaraciones, igual que su club, el Brest.
Si un golpe en la cabeza (con síntomas) es un riesgo, tres en una semana dispara las alarmas. El primero fue en Champions, el sábado 10 de diciembre, en un lanzamiento a quemarropa, y volvió al cabo de 10 minutos. Le causó dolores de cabeza y problemas cuando estaba delante de una pantalla, motivos para echar el freno; sin embargo, el miércoles siguiente jugó contra el Nantes y se golpeó de nuevo la cabeza. No sintió dolor en ese momento, pero en los días posteriores no se encontró bien, según el relato que ofreció. Y el sábado, a los tres días, durante el calentamiento, le dieron con otra pelota en la cara.
Cuando llegaron las Navidades, no podía conducir ni apenas concentrarse. “Era como si estuviera en la niebla, en otro planeta, y me molestaba cualquier ruido. Me encontraba mareada e irritable. Se notaba con mi hija”, confesó Cléopatre Darleux. Aun así, en enero intentó retornar a las pistas. Hasta que un neurólogo le dijo basta, dos meses después de los balonazos. En febrero, su equipo anunció una baja inicial de tres meses de la que todavía no ha salido. En julio, fue con la selección y volvió a tener dolores de cabeza. En la charla reciente con L’Equipe, contó que su preparación se reduce a ejercicios de cardio (nada de balonmano) tres días por semana, porque cuando ha subido la intensidad, han regresado los dolores.
“Pasan cosas”
“No puedes recibir tres balonazos en una semana. Alguien sensato tendría que haberle dicho algo”, subraya César Flores, el médico de la selección femenina española de balonmano. “El problema de una conmoción cerebral es que pasan cosas. Puede ser algo banal, como quedarse aturdido, o algo más importante. A veces se precipita la vuelta pese a que existen unas reglas médicas muy marcadas. En los casos leves, no se puede regresar hasta que el paciente completa una semana asintomático y sin medicación. Y en los más graves, como pérdida de conocimiento o amnesia, hay que esperar, por lo menos, un mes sin síntomas ni fármacos”, explica el doctor de las Guerreras, que insiste en que estos episodios son “algo muy serio” que cada vez están más estudiados. Sobre todo, en Estados Unidos debido al fútbol americano. “No existe ningún informe específico sobre el balonmano porque es un deporte, sobre todo, europeo y, por suerte, no hay un índice tan alto de impactos”, matiza el galeno.
Pero también se producen. Hace un año, Nikola Karabatic estuvo un mes fuera tras una acumulación de golpes. El también francés describió una sintomatología similar a la de Darleux, aunque se recuperó mucho antes. En la pasada Copa Asobal, el meta azulgrana Emil Nielsen fue baja en la final por un balonazo en la cara durante las semifinales contra Cuenca, y al portero internacional Rodrigo Corrales, que recuerda la preocupación que había en su etapa en el PSG (2017-20) por estos percances, le viene a la memoria lo que le ocurrió al lateral derecho sueco Johan Jakobsson, que “se retiró en 2019 al comprobar que no podría volver a la élite”. El de Cléopatre Darleux es el último caso y más grave en el 40x20, donde la pelota pesa entre 325 y 375 gramos en la modalidad femenina sénior, 100 menos que en la masculina.
Sin posibilidad de protección
La preocupación por este tipo de sucesos ha hecho que la normativa se haya endurecido. Un lanzador es excluido dos minutos cuando el disparo golpea en la cara del meta sin que haya un defensor en medio, y en los penaltis se contempla la roja si el portero no se mueve y la pelota le impacta en la cabeza.
De momento, el Mundial se ha quedado sin Cléopatre Darleux, muy reconocida en Francia también por su lucha en los derechos de la mujer y la maternidad en la alta competición, y una de las muchas deportistas que apoyó públicamente a Jenni Hermoso. Ha desvelado que está recibiendo ayuda psicológica y, según sus cálculos, en el primer trimestre de 2024 debería decidir si llega a los Juegos y qué hace con su carrera. Si lo consigue, eso sí, lo que no podrá es cubrirse la cabeza con ninguna protección. Las leyes de este deporte lo prohíben.
La segunda fase de España en el Mundial
Calendario
España-Argentina. Miércoles, 18.00
República Checa-España. Viernes, 18.00
Países Bajos-España. Domingo, 16.30.
Todos por Teledeporte
Clasificación
Países Bajos, 4 puntos
España, 4
República Checa, 2
Brasil, 2
Argentina, 0
Ucrania, 0
Pasan dos a cuartos
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