_
_
_
_

Luis Enrique se estrena en el PSG con un tropiezo y Mbappé lo ve desde la grada

Dani Olmo se exhibe con tres goles en la Supercopa alemana para llevar al triunfo al Leipzig y quitar brillo al estreno de Harry Kane en el Bayern

Los jugadores del PSG al terminar el partido.
Los jugadores del PSG al terminar el partido.CHRISTIAN HARTMANN (REUTERS)

El París Saint-Germain es un polvorín, por más que el presidente Nasser Al-Khelaïfi y el gurú deportivo Luis Campos pongan cara de póker codo con codo en el palco presidencial. En el estreno de Luis Enrique en el Parque de los Príncipes, el equipo deparó un inocuo monólogo de retórica futbolística ante el Lorient (0-0). Sin colmillo ni profundidad, sin apenas recursos individuales ni, en una fecha tan temprana para un técnico recién llegado, engrase colectivo. Todo lo vio desde la grada Kylian Mbappé, acompañado de su hermano y de Ousman Dembélé, que ocupó también puesto en la bancada en su primer día en la oficina y cuya incorporación fue saludada en las redes sociales por el astro galo que pretende el Real Madrid. De Neymar no hubo más noticias que una publicación del club en la que aludía a que se recupera de un “síndrome viral” y otra suya en instagram en la que se le supone en el gimnasio del centro de entrenamiento del equipo. Por el Bois de Boulogne no se le vio.

La pobre exhibición del PSG advierte sobre las dificultades a las que se enfrenta Luis Enrique, cuyo equipo mostró similares defectos a los que mostró la peor versión de la selección española que dirigió en su amarga despedida en Qatar. Juntó pases el cuadro parisino, amasó la pelota en la búsqueda de espacios o superioridades que no llegaron porque el Lorient se plegó sin ambages e incluso en su única excursión atacante del partido logró disparar, por medio de un llanero solitario, al palo. No surtió efecto el plan de Luis Enrique ni a través del cansancio del rival, que lo pasó mal en los últimos minutos, sobre todo porque la entrada de Fabián al campo le dio un nuevo pulso al PSG. Pudo marcar al final el luso Gonçalo Ramos, que buscó posiciones de remate, pero encontró escaso suministro. Y sobre la hora casi rompe la paridad el abnegado mediocentro charrúa Ugarte. Hubo esfuerzo, pero faltó talento, desborde y ritmo en un equipo con demasiadas incertidumbres.

Mientras tanto, en Múnich uno de los favoritos de Luis Enrique durante su periplo en la selección se coló en la esperada fiesta de Harry Kane. Dani Olmo anotó tres goles en el repaso que le propinó el Leipzig al Bayern en la Supercopa germana (0-3). El artillero inglés, que apenas había completado un leve entrenamiento matinal con sus nuevos compañeros tras dejar Londres entre intrigas, dispuso de media hora. Apenas le llegó juego.

El partido lo gobernó el Leipzig, que marcó de inicio en una imprecisión defensiva del Bayern. Al filo del descanso Olmo se exhibió con una ruleta que fue el preludio de otro gol. Tuchel, que había querido respetar en el once la jerarquía de los futbolistas que ganaron la Bundesliga, llamó en el descanso al coreano Minjae en sustitución del holandés De Ligt, demasiado blando. Pero ni la fiereza socorrió al Bayern, que encerró a su rival en vano y acabó derrotado tras un penalti con el que Dani Olmo completó su gran noche.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_