Davidovich vuelve a las andadas y se diluye ante De Miñaur
El tenista español sucumbe mentalmente ante el australiano (6-1 y 6-3) y dice adiós a la oportunidad de volver a la final de un Másters 1000
Nadie entendía lo que estaba pasando en la pista cental de Toronto. Todo el mundo esperaba al nuevo Davidovich que se presentó en Canadá con una aura nueva, sonriente y dominando a todos los rivales con los que se había enfrentado. Ha cambiado sus hábitos: menos redes sociales y más libros le abren una nueva oportunidad al malagueño de mostrar que su tenis es digno de los mejores del mundo, que puede ganar a cualquiera. Pero no lo logró en este Másters de Canadá. Apareció el Davidovich irregular e impotente que no era capaz de dar la vuelta a un partido que sabía que podía ganar. Perdió contra sí mismo y tambíen contra Alex de Miñaur (18º del ránking) que en 1 hora y 18 minutos vencía por 6-1, 6-3 y lograba el pase a su primera final de un Másters 1000.
Empezaba diferente a lo que había enseñado a lo largo de la semana porque nada más comenzar el encuentro le rompía el saque el australiano y se colocaba 3-0. Los nervios se apoderaron del malagueño. Además, un viento racheado dificultaba cualquier tipo de intercambio. Llegaba el viento y con él se esfumaba el nuevo Davidovich. En un abrir y cerrar de ojos, cuando todavía la gente se estaba colocando en las gradas, De Miñaur se llevaba el primer set por 6-1 en 30 minutos.
Davidovich necesitaba un tiempo muerto porque en media hora llevaba 19 errores no forzados y se iba a los vestuarios a reflexionar y a intentar encontrar la inspiración que los libros le están dando en su nueva rutina de hábitos. Pero las cosas seguían sin salir y donde antes había sonrisas ahora solo había un rostro de seriedad y preocupación, más aún cuando el segundo set se iniciaba con otro break del australiano.
Some classic @alexdeminaur defence to book a place in the final 😈#NBO23 pic.twitter.com/I5t9ODn1u9
— National Bank Open (@NBOtoronto) August 12, 2023
El partido estaba demasiado cuesta arriba así que empezó por lo esencial de este deporte; meter la bola para, al menos, intentar que el australiano se inquietará algo. Pero De Miñaur, con un set arriba, se notaba lo suficientemente seguro y fresco como para seguir la bola del malagueño. La desconexión mental de Davidovich solo hacía que crecer, se dejaba remontar un 40-0 a favor con su servicio, y De Miñaur sin apenas esfuerzo se encontraba 3-0 en la segunda manga.
El español, mirada al suelo, resoplido, no entendía nada. El partido iba a marchas forzadas y ni devolviendo los breaks a De Miñaur conseguía animarse. Otra vez, mirada al suelo. Dolido consigo mismo y convencido de que el partido lo estaba perdiendo él solo, lanzaba un remate fácil al pasillo consumando así su error no forzado número 38 y cerrando el partido en apenas 1 hora y 18 minutos. Sin mucho tiempo para reflexionar, se marcha rumbo a Cincinnati, donde le puede esperar en segunda ronda un tal Novak Djokovic.
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