El arte de formar un equipo

En cuanto se dieron cuenta de que la fórmula funcionaba, se pusieron a buscar los ingredientes. Atraídas por las emociones que genera el deporte, las empresas comenzaron a trazar el camino para intentar convertir a sus clientes en fans. No solo seguirían dándoles su dinero -pensaron- sino que, además, ejercerían de embajadores de la marca. Para ello, copiaron sus dinámicas -sesiones de trabajo en grupo como si fueran entrenamientos- e, incluso, trataron de hacerse con sus palabras. Así, pocos departamentos hay hoy en el mundo que no se refieran a sí mismos como “equipos”. Otra cosa, claro, es que realmente lo sean.

Un buen equipo deportivo es un trabajo de muchos autores. Un nosotros real. Un colectivo en el que todos los elementos persiguen un mismo fin, entienden sus respectivos roles y se adaptan a los imprevistos que irán surgiendo en la competición. Un buen equipo deportivo es -más allá del talento- unión, coordinación, diversión, empatía y generosidad. Los equipos crecen cuando los entrenamientos se convierten en un trampantojo lúdico. Pero, sobre todo, los conjuntos se forman y crecen en torno a un concepto muy deportivo: las cenas de equipo.

La selección española de baloncesto llegó al Eurobasket de 2022 en un momento de cambio de ciclo. Sin la mayoría de los nombres que la habían aupado a ser uno de los mejores equipos de la historia, con una prometedora generación de jugadores en su mayoría aún por foguear, con la a priori polémica -también internamente- nacionalización de Lorenzo Brown, con la lesión de Sergio Llull, con grandes deportistas liderando a otras selecciones… con todos esos elementos, se hacía bastante complicado pronosticar el desenlace que finalmente tuvo la competición. España se alzó con el título. Y todo se empezó a forjar con una cena de equipo.

En El oro inesperado (Córner), Víctor Charneco narra desde dentro el recorrido de la selección desde el primer día de concentración hasta la final contra Francia. Charneco, escritor y director de comunicación de la Federación Española de Baloncesto, comparte su punto de vista privilegiado y ofrece al lector la posibilidad de vivir desde dentro la experiencia de formar parte de un equipo. La transmisión de unos valores -los de La Familia de esta selección-, la gestión de los momentos y de las personas, la parte didáctica de las derrotas, los tipos de liderazgo, la importancia de jugar y divertirse juntos -ya sea a la pocha o a una aplicación virtual-. Hacer un equipo. Tan fácil. Tan difícil. Tan especial.

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