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Joane Somarriba regresa al ciclismo 18 años después: “Cuando corría teníamos que escoger entre un mecánico o un masajista”

La mejor ciclista española de todos los tiempos trabajará como embajadora para el equipo Laboral Kutxa en este Tour

Miguel Indurain y Joane Somarriba
Los exciclistas Miguel Indurain y Joane Somarriba charlan durante su asistencia al homenaje rendido a los ciclistas vascos y navarros que alguna vez ganaron el Tour.Luis Tejido (EFE)
Jon Rivas

Joane Somarriba (Gernika, 50 años) vuelve al ciclismo. Y es una gran noticia. La mejor corredora española de todos los tiempos se retiró de los focos voluntariamente durante 18 años, “porque di prioridad a la familia”, y está de regreso. Sus hijos empiezan a volar solos. “Ama, me voy a la playa con los amigos”, le decía el martes Markel, de 16 años, el mayor, después de correr el fin de semana la Vuelta a Guipuzkoa. Regina, la pequeña, preparaba un bizcocho en la cocina de casa, porque por la tarde tenía entrenamiento en el velódromo de Berriz y ella y sus compañeras habían organizado una merendola.

Mientras, Joane le firmaba la autorización para viajar con su equipo a Cartagena, para el campeonato de España infantil en las mismas fechas en las que el Tour sale de Bilbao. “No me importa no verlo, prefiero correr el campeonato”. El mediano, Oinatz, pululaba por la casa de Gatika que vigila Zuribeltz, una seductora perrita a la que le encantan los mimos de los visitantes. El chaval, por cierto, también es ciclista. Es la tradición. Ramón González Arrieta, el marido de Joane, fue gregario de Indurain en cuatro de los tours que ganó el navarro. Todavía salen juntos con la bicicleta Joane y Ramontxu, a veces con sus hijos. “Pero empiezan a dejarnos atrás. Fuimos con la autocaravana al Tourmalet y Markel, que tiene trazas de escalador, subía como quien lava, y yo pensaba que cómo había sido capaz de competir allí en mis tiempos de corredora”.

El regreso de Joane se produce a través del equipo Laboral Kutxa de la Fundación Euskadi. Ejercerá como embajadora, aunque a ella, siempre discreta a pesar de su altura deportiva, ese nombre le suene un tanto pomposo. Será el puente de unión del equipo con las ciclistas. “Me llamaron para tomar un café, me explicaron el proyecto del equipo, planteado hasta 2029, con el objetivo de estar en el Tour, y pensé que tal vez había llegado el momento de volver después de tanto tiempo”. A Joane, ganadora de tres ediciones del Tour femenino, de dos del Giro de Italia y campeona del Mundo contrarreloj, además de plata el año de su retirada, la sedujeron con la Vuelta a España. “Me llevaron a las dos últimas etapas. Fue llegar a Castro Urdiales, ver todo el montaje y me volvió la ilusión. Íbamos en el coche, al lado de las corredoras, y sentía lo mismo que cuando estaba en carrera, me sentí fascinada”. Decidió que era el momento. “Sí que me hubiera gustado tener todas las posibilidades que tienen las chicas de ahora, pero no es envidia, me alegro de que ellas puedan disfrutar del gran avance del ciclismo femenino”.

Porque Joane Somarriba corría en Italia, ganaba el Giro, pero a mitad de temporada le decían que se había acabado el dinero y que no podían pagarle ni a ella ni a las demás. “Y no había forma de reclamar nada. Leías los contratos que habías firmado y eran basura”. Sólo en los últimos años de su carrera, con un equipo que montaron a su alrededor, pudo tener una estabilidad que se le había negado a pesar de su talla de campeona. Ahora es distinto. “Nosotras, con la selección, teníamos que escoger entre un mecánico o un masajista. No teníamos presupuesto para los dos. Cuando gané el Mundial, Faustino Muñoz, el mecánico del equipo masculino, me prestó un manillar para la bicicleta”. Ahora ha cambiado todo: “Me ilusiona ver que una chica puede soñar con ser ciclista profesional, y que en mi equipo, o cualquier otro, no le va a faltar de nada para correr en condiciones”. Para Somarriba ha sido un gran avance, “que los equipos profesionales tengan su versión femenina, y que las grandes carreras también, y que las puedas ver por televisión. A mí me encantaba Jeannie Longo, pero para verla correr tenías que ir a las carreras”.

Joane estará en primera fila en la salida del Tour de Bilbao, junto al campo de San Mamés. “Recuerdo cuando salió de aquí el Tour femenino. Salí del hotel, junto al Ayuntamiento, montada en la bicicleta, y empecé a ver gente y más gente, que me conocía y me jaleaba camino de la salida”, rememora. “Las demás corredoras se acercaban y me decían que no habían visto nada igual. Fue mi mejor día en una carrera”. Así que, “si la afición se volcó aquel día, el sábado va a ser una fiesta inolvidable”.

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