Réquiem por el estadio de Berazubi, templo del atletismo nacional
El primer estadio construido en España dejará de ser apto para las competiciones oficiales tras la decisión del Tolosa CF de sustituir el césped del campo de fútbol por hierba artificial
El atletismo va a perder uno de sus tesoros más valiosos. El estadio de Berazubi, en Tolosa (Gipuzkoa), es el más antiguo de España. Fue construido en 1923 y el próximo 24 de junio cumplirá 100 años. Es historia viva de este deporte, pero corre el peligro de poner fin a una trayectoria centenaria. Los socios del Tolosa Club de Fútbol han decidido en una asamblea sustituir el césped del campo por hierba artificial, más resistente y económica de mantener. Ya no se podrán disputar más pruebas de lanzamientos en Berazubi, será el fin de las reuniones atléticas oficiales, su muerte como estadio. El fútbol engulle al atletismo. Atletas veteranos como el velocista Armando Roca, los saltadores Luis Felipe Pipe Areta y Ramón Cid, o el mediofondista Jorge González Amo lamentan la pérdida de uno de los santuarios de su deporte. “Si viviera nuestro Roberto Cabrejas —saltador olímpico fallecido en 2001—, esto no habría pasado”, afirma el exatleta Xabier Ayerza.
Un siglo da para mucho. El Tolosa CF se fundó en 1922 y un año después comenzó a construirse el estadio en la vega del río Oria, en una plantación de nabos, maíz y alfalfa. Se necesitaron varios viajes de camiones cargados de ceniza, donada por un mecenas local, para cubrir las cinco calles de una pista de 400 metros de cuerda. El Ayuntamiento avaló un préstamo de 50.000 pesetas concedido por el Banco de Tolosa. El arquitecto Adrián Lasquibar dirigió la obra desinteresadamente, muchos tolosarras prestaron ayuda en auzolan (trabajo vecinal). A los cinco meses se inauguró el complejo deportivo, aunque las pistas se estrenaron en noviembre de 1923.
Berazubi ha sobrevivido a inundaciones y al incendio de su tribuna en los años cincuenta. Ha sido remodelado y modernizado en varias ocasiones (la ceniza se sustituyó por el tartán) sin perder su categoría de estadio, que hoy es propiedad de la Fundación Muñoa. Un convenio firmado con el Ayuntamiento y el Tolosa CF cede el uso del campo de fútbol a este club hasta 2059, mientras que el resto de instalaciones se integran en la red municipal de equipamientos deportivos.
Fútbol y atletismo han convivido en armonía durante décadas. Ese entendimiento se ha roto ahora en el seno del Tolosa CF con la decisión de autorizar el cambio de la hierba natural por material sintético. Los socios aprobaron dar ese paso (102 votos a favor, 65 en contra y uno en blanco) el pasado 10 de mayo. La directiva del club considera que Berazubi está infrautilizado por el mal estado del césped y que el complejo deportivo de Usabal (otra instalación que utiliza para sus 27 equipos de fútbol), está saturado. La sección atlética atiende a unos 260 practicantes y es la gran damnificada: “Berazubi no es cualquier estadio, es la cuna del atletismo. Está en el corazón de muchos atletas. Estamos en contra de esta decisión”, afirma Ramón Goikoetxea, presidente de la Federación Atlética Guipuzcoana.
Antiguos atletas, exdelegados de atletismo del Tolosa CF, exjueces de atletismo, aficionados y amantes del estadio guipuzcoano han lanzado una recogida de firmas en change.org que suma ya más de 1.900 adhesiones. Esta campaña está impulsada por Ayerza, excorredor del club: “Berazubi es patrimonio del pueblo, del País Vasco y de España. Poner hierba artificial supondrá el fin de las competiciones oficiales porque no admitirá organizar pruebas de lanzamientos” de martillo, peso, disco y jabalina.
Armando Roca, arquitecto jubilado y velocista en activo a punto de cumplir 89 años, propone “declarar el estadio tolosarra bien cultural” para blindar su protección: “Esto trasciende de un simple cambio de césped. Hay un enfrentamiento entre fútbol y atletismo que no conduce a ninguna parte. Los poderes públicos deben implicarse y dar una solución. Berazubi cumple un siglo. ¿Cuántos edificios llegan a los 100 años? Yo solo pido un esfuerzo de todos para que pueda seguir otros 100″.
El Ayuntamiento no ha intervenido, asegura el concejal responsable de Deportes, Joxemari Villanueva, del Partido Socialista de Euskadi, que gobierna Tolosa en coalición junto al PNV, que ostenta la alcaldía. El cambio de hierba natural por la artificial supondrá un desembolso de entre 400.000 y 500.000 euros. El edil sostiene que “el fútbol arrastra a más gente y tiene más necesidades de equipamientos, sobre todo tras la incorporación de la mujer al deporte. El atletismo, en cambio, ha ido languideciendo. No se puede hipotecar una instalación por unos pocos practicantes”.
Lander Gil, responsable del área de atletismo del Tolosa CF, lamenta que “el club va a incrementar el uso de Berazubi para el fútbol a costa de perjudicar a los atletas”. El pasado domingo se disputó el Campeonato de Gipuzkoa escolar con casi 500 participantes, destaca Gil. Esta provincia se está quedando sin instalaciones aptas para organizar reuniones oficiales. Ordizia también eliminó la hierba, ahora lo hará Tolosa. Solo quedan Anoeta (San Sebastián) y Eibar.
Berazubi acogió varios campeonatos de España el siglo pasado (1924, 1925, 1926, 1932, 1934, 1935, 1944 y 1959). En estos últimos participó Pipe Areta (81 años), sacerdote afincado en Pamplona, entonces especialista de longitud y triple salto: “Se va a perder una tradición, estoy apenado porque lo llevo en el corazón. Yo bendije las nuevas pistas de tartán. En mi tiempo era un estadio muy reconocido a nivel nacional. Se respiraba atletismo puro”. El mediofondista madrileño Jorge González Amo (78 años) también se calzó las zapatillas de clavos en la ceniza de Tolosa: “En los sesenta y setenta estaba considerada la mejor pista de España porque tenía una orientación favorable para la velocidad y los lanzamientos. Perder las raíces de nuestro deporte es un golpe muy duro. No sé si las actuales generaciones son conscientes del valor que tiene Berazubi”. Ramón Cid, triplista y exdirector técnico de la española, confía en que la situación se pueda reconsiderar porque “perder Berazubi sería irreversible”.
Roca, catalán de nacimiento pero residente en Tolosa desde hace 60 años, acude todas las semanas a entrenar al estadio. En la asamblea que dio luz verde al cambio de superficie del campo, animó a las instituciones públicas a “implicarse económicamente en poner un nuevo campo de hierba natural”. Lo contrario, apunta Goikoetxea, supondría “quitarle a Berazubi toda su esencia”. Sería, apostilla el presidente de la guipuzcoana, como tener “un campo de fútbol sin porterías”.
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