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Higuita gana en Amorebieta en la previa del desenlace de la Itzulia

Jonas Vingegaard, que sigue como líder, pronostica que espera el “caos total” camino de Eibar

Vuelta al País Vasco
Sergio Higuita cruza la línea de meta en la quinta etapa de la Itzulia en Amorebieta, este viernes.Miguel Toña (EFE)
Jon Rivas

Llegará el sábado y será el apocalipsis, y no lo dicen los posos del café que analiza un vidente, ni las entrañas de un cordero sacrificado para conocer los augurios, sino un danés escuálido, de tez blanca, casi transparente, que lidera la Itzulia. Lo dice Vingegaard. “Siempre es así en la última etapa”, profetiza desde el estrado de la casa de cultura de Amorebieta, donde se sienta para desmenuzar la etapa. “Espero el caos total; que Landa dé todo lo que tiene”, pero también cree que el Jumbo, su equipo, responderá, “porque lo ha hecho toda la temporada”.

En Eibar se resuelve la Itzulia, y no en Arrate, donde acostumbra, sino en el centro de la ciudad, porque una competición hispano-francesa de tiro pichón impide que la carrera llegue allí, aunque las cargas explosivas que han colocado los organizadores durante el recorrido pueden reventar la etapa. Y Vingegaard es el dinamitero por antonomasia de la prueba, aunque Landa, a 13 segundos, solo perdió dos, porque los demás pertenecen a las bonificaciones.

Pero antes de la última etapa se corrió la penúltima, claro está, y en Amorebieta triunfó un colombiano. En los viñedos de Hika, el miércoles, a Sergio Higuita, que dice que es muy disciplinado, “como un alemán cuadradito”, y tal vez por eso corre en el Bora, un equipo de aquel país, se le amargó la tarde, porque sudaba por remontar el muro hacia la bodega que era meta de la tercera etapa, y se encontró junto a la valla, un mecánico, que no estaba allí puesto por el Ayuntamiento, sino por la UCI, con una bicicleta de repuesto.

Pero era un paso muy estrecho y no cabían todos. Con la sorpresa inesperada, el colombiano tuvo que soltar el pedal. Y volver a arrancar en una pared del 24% de porcentaje no es cuestión baladí. El mecánico empujó, pero Vingegaard ya volaba hacia la llegada.

Pero Higuita, que es capaz de hacer una oda al ciclismo en cualquier entrevista, que “es mi gran amor”, porque, “cada vez que monto en bicicleta me siento libre, me siento feliz”, no se resignó y en Amorebieta se tomó una revancha, que no una venganza, porque en ningún caso hubo dolo en Hika, sino una casualidad.

Así que ganó la etapa tirando de sus recursos para imponerse en la llegada al grupo de favoritos, y alguno más, que rompieron al pelotón a nueve kilómetros para llegar a Amorebieta, cuando Mas tensó al grupo y, como siempre, Jonas Vingegaard aceptó el reto. Lo aceptaron todos los que tienen algo que decir en la última etapa en Eibar; que no significa que lo vayan a decir.

“Es por lo que me muevo, es por lo que cada día amanezco”, dice Higuita de su deporte, que le costó enfocar cuando era un chaval, porque su padre trabajaba en una empresa por las mañanas, y por la noche en otra; y aunque su madre vendía cosméticos por catálogo, no les llegaba para la bicicleta. Y ahora que sí le llega, es feliz, y reconoce que ganó porque corrió muchas veces la Clásica de Primavera, que acaba en el mismo escenario, “y sabía que debía atacar desde lejos”. Le salió bien. Lo celebró, cenó y se fue a la cama, que llega Eibar con sus emociones, las estrechas diferencias en la General y el ojo puesto en Vingegaard y su anuncio de que el caos está al caer.

Clasificación 5ª etapa

PosiciónCorredorTiempo
1Sergio Higuita3:59:57
2Andrea Bagioli3:59:57
3Mattias Skjelmose Jense3:59:57
4Matteo Sobrero3:59:57
5Mauro Schmid3:59:57

Clasificación general

PosiciónCorredorTiempo
1Jonas Vingegaard21:08:52
2Mikel Landa+00:13
3Mattias Skjelmose Jensen+00:32
4David Gaudu+00:32
5Matteo Sobrero+00:34

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