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Carlos Alcaraz, o soñar y jugar a lo grande: “Quiero ser uno de los mejores de la historia”

El número uno firma un estreno brillante en Miami (6-0 y 6-2 a Bagnis), mientras Evert no detecta “ninguna debilidad” en él y Murray le augura un dominio tiránico

Carlos Alcaraz firma pelotas a los aficionados tras vencer a Bagnis en Miami.
Carlos Alcaraz firma pelotas a los aficionados tras vencer a Bagnis en Miami.CLIVE BRUNSKILL (Getty Images via AFP)
Alejandro Ciriza

Desde que empuñó por primera vez una raqueta, Carlos Alcaraz actúa en consecuencia. Es decir, sueña a lo grande y, en consonancia, juega de tal forma. “Si trabajo duro, creo que puedo llegar a lo más alto. Mi objetivo es ser el número uno del mundo y por eso entreno todos los días a la máxima intensidad posible”, comentaba a EL PAÍS en un encuentro mantenido en Villena (Alicante) hace tres años, cuando apenas empezaba a romper el cascarón y aseguraba no sentirse un elegido. Los hechos, sin embargo, dicen todo lo contrario. A sus 19 años, el murciano –6-0 y 6-2 a Facundo Bagnis en su estreno en Miami, tras 64 minutos– es el tenista más joven en alcanzar la cúspide del circuito y ya ha conquistado ocho trofeos, entre ellos el US Open y tres Masters 1000 (Miami, Madrid e Indian Wells).

No concibe Alcaraz los términos medios sino que dice aspirar, sin tapujos, a dejar una huella imborrable en su deporte. Se expresaba estos días a través del espacio Player’s voice (La voz del jugador), del canal Eurosport. “Quiero ganar a Nadal y Djokovic, pero no para quitarles ningún Grand Slam o evitar que ninguno sea el mejor de todos los tiempos, sino para escribir mi propia historia, mi propio camino. Quiero ganar muchos grandes y mi objetivo es muy ambicioso, no voy a mentir; mi sueño es ser uno de los mejores de la historia, acercarme de alguna forma a ellos. Sé que es muy complicado, incluso imposible, pero ese es mi sueño hoy día”, transmitía el de El Palmar, que en apenas un mes de competición –permaneció cuatro en la reserva, debido a las lesiones– ha logrado incorporar otros dos trofeos a su expediente y elevarse, dispuesto a comerse el mundo en un curso que puede marcar un giro histórico en el relato del tenis.

Primero venció en Buenos Aires, luego firmó la final en Río –perjudicado por una dolencia en el isquio derecho– y posteriormente se exhibió en Indian Wells, donde su triunfo llegó en forma de mensaje: sí, Alcaraz lo quiere todo. Y lo quiere ya. El triunfo le devolvió el número uno que le arrebató Djokovic a finales de enero y que engarzó por primera vez en septiembre, cuando conquistó Nueva York. Lo hizo a su manera, con sello propio. A lo grande, cómo no. “Tengo mi propia identidad jugando. Siempre intento hacer un tenis alegre, porque eso es lo que me caracteriza. Me considero una persona alegre y trato de transmitirlo también en la pista. Ahora el tenis es muy dinámico: subidas a la red, dejadas, grandes golpes. Intento disfrutar y que todo no sea demasiado monótono. Me gusta inventar, hacer algo raro o bonito que no se vea a menudo”, expone el gobernador de la ATP, de vuelta en Miami.

Regresa Alcaraz al punto exacto en el que se produjo la gran eclosión, donde los presagios se tradujeron hace un año en hechos y se destapó de manera definitiva. Lo hace con la obligación de ganar o ganar porque, de lo contrario, perdería el trono de nuevo en favor de Djokovic. En todo caso, el español acepta y asume el reto, que se hará extensible a la gira de tierra que comenzará en abril, puesto que la cosecha –títulos en Barcelona y Madrid– también fue prolífica durante la primavera. Lejos de arrugarse, saborea la condición de rey –un total de 21 semanas– y pretende ejercer a la altura. La primera experiencia en lo más alto estuvo acompañada de muchas curvas y la sombra de las lesiones, de modo que se autoimpone dar otro golpe de autoridad, gritar alto y claro un aquí estoy yo para abordar la estación sobre arcilla con otro mensaje intimidatorio.

“No te deja respirar”

Ante Bagnis, un veterano de 33 años que ocupa el puesto 100 en el ranking, el pulso no tuvo excesiva sustancia. Alcaraz mantuvo la línea del presente y embistió con decisión, mientras que el argentino (30 errores) se encogió desde el principio, como si supiera de antemano la que le venía encima. “Es un killer, no te deja respirar”, anticipaba Bagnis antes del duelo, tras haberlo sufrido previamente en un par de challengers y el año pasado en Umag. El sentir del argentino se expande. “Si pierdo así de nuevo, tendrá que cambiar algo”, admitía Daniil Medvedev a comienzos de esta semana, después del recital del español –citado el domingo con el serbio Dusan Lajovic (76º)– en la final de Indian Wells. El ruso no encontró una sola rendija.

“La belleza de su juego radica en que no tiene ninguna debilidad, y eso hace que los rivales no tengan ninguna opción, a menos que él tenga un mal día”, analizaba en Eurosport la histórica Chris Evert, número uno y ganadora de 18 majors, siete en París. “Otras figuras han sido brillantes, pero sentías que había alguna fisura en su juego. Con él no. Por cómo se defiende, cómo ataca… Ninguno hace las dos cosas tan bien. Tiene confianza y pasión. Nació para ser un campeón y brillar, tiene los recursos y los intangibles para serlo. Es increíble lo flexible que es, cómo se mueve, cómo improvisa y cómo se adapta a determinadas situaciones”, abunda la estadounidense, que entiende que su deporte está ante un punto de inflexión.

“Siempre piensas que has visto lo mejor, con Roger, Rafa y Novak… Pero parece que cada década llega un jugador que está a un nivel más alto todavía, y creo que esta va a ser una de esas décadas”, prosigue la estadounidense, a la que se suma el escocés Andy Murray. “Tiene un juego excelente, muy completo y que funciona en todas las superficies. Ataca mucho la bola”, le describía el escocés antes de marcharse de Miami; “sé por experiencia que es más fácil jugar así con 18 o 19 años, cuando todavía no tienes ninguna cicatriz, pero espero que pueda mantener este nivel porque es increíble verlo. Ya ha llegado muy lejos y está haciéndolo incluso mejor que la mayoría de los que llegaron antes que él en la última década. Muchos esperan que todos ganen más de 20 grandes, como si fuera algo normal; yo no predeciría nada así para nadie, pero imagino que él puede estar en lo más alto de este deporte tanto tiempo como quiera jugar”.

Y se suma a los elogios Simone Vagnozzi, el preparador del que teóricamente será el gran rival de Alcaraz a corto, medio y largo plazo, Jannik Sinner (21 años y 11º del mundo). “Si ves un partido de él con 15 años, compruebas que ya podía hacer más o menos todas las cosas que hace ahora: las dejadas, los tiros, la volea, el saque...”, apunta el técnico italiano; “pero a los 19 nadie jugaba así, ni siquiera los monstruos sagrados como Rafa, Federer o Djokovic. Nadie tenía la plenitud que él tiene a su edad”. Sentencia en declaraciones a L’Èquipe el entrenador Gilles Cervara, que asesora a Medvedev: “Es el Tyson del tenis por cómo golpea con la derecha. Había golpes que desplazaban a Daniil diez metros, con una potencia y una velocidad increíbles”.

DE LA NBA A LAS ZAPATILLAS

A. C. | Madrid

La fama de Alcaraz crece y crece, y no son pocas las personalidades que se interesan por él o se acercan a las pistas para observarle en directo. En Indian Wells, por ejemplo, le siguieron desde la grada la actriz Charlize Theron, el multimillonario Bill Gates o la cantante Pink.

Esta semana, el tenista pudo conocer a dos estrellas de la NBA como Dwyane Wade o Jimmy Butler, que se acercaron a él para saludarle durante el partido que enfrentaba a los Miami Heat con los New York Knicks. Allí se dio un baño de masas y recibió una camiseta con el 23  y su nombre a la espalda.

Dos semanas antes, el murciano quedó impresionado en su visita a la sede de la multinacional que le patrocina. Alcaraz se desplazó a Oregón y recibió por parte de la firma dos pares de zapatillas personalizadas: unas por su triunfo en el US Open y otras con la triple C que le ha inculcado su abuelo Carlos: Cabeza, Corazón y Coj…. .

Precisamente, las sneakers son una de sus debilidades, según comentó en Player’s voice. “La lesión me dio tiempo a profundizar en otra de mis pasiones. Siempre me han gustado las zapatillas, pero empecé a interesarme a este nivel de coleccionismo hace un año”.

Él acapara casi todos los focos en Miami, donde cedió Roberto Bautista (6-4 y 7-6 ante Emil Ruusuvuori) y progresó Alejandro Davidovich (6-3 y 7-6(5) a Brandon Nakashima). Otra de las noticias del día la deparó Alexander Zverev, derrotado por el japonés Tarol Daniel (6-0 y 6-4).

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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