El Sevilla sobrevive a una agonía turca
El rey de la Europa League, chato en lo futbolístico, sufre un calvario para hacer valer su ventaja ante el Fenerbahçe
El rey de la Europa League sigue en el camino hacia el hito de un séptimo entorchado. No lo tendrá sencillo este Sevilla chato para el que cada partido es un calvario, pero al menos de Estambul salió indemne de un mal trago en el que hizo valer su ventaja de dos goles construida en el Sánchez Pizjuán. La renta le sirvió para entrar en cuartos de final tras un partido bravo, de poco ritmo y juego que se complicó hasta la agonía, un ejercicio de supervivencia ante un rival tenaz apoyado por una hinchada apasionada que incluso se pasó de la raya cuando lanzó una moneda que golpeó en la cabeza al meta Dmitrovic.
Todo comenzó con más ruido que nueces, pero al Sevilla le lastró su incapacidad para ir más allá de un plan que consistiese en intentar que nada pasase. Porque noventa minutos en el Şükrü Saracoğlu son muy largos, por más que el Fenerbahçe se pase la primera media hora sin tirar a gol. De la nada obtuvo un penalti, uno de esos engendros que propicia el sobrearbitraje y que penalizó un encontronazo de la pelota con uno de los brazos de Álex Telles. El ecuatoriano Enner Valencia no dudó desde los once metros y abrió otro partido, incluso con el descanso por medio.
El Fenerhbaçe se lanzó al ataque, generó más fútbol, superó a un Sevilla que con el paso de los minutos se empequeñeció aún más, incapaz de acercarse al área rival. El técnico luso Jorge Jesus retiró del campo a Enner Valencia y a su joven mediapunta Arda Güler en una decisión arriesgada, pero que le dio un segundo aliento a su equipo. El exceltista Emre Mor estuvo cerca del gol. El meta Dmitrovic y la zaga se multiplicaron para achicar balones y el Sevilla encontró espacios para al menos temporizar en ataque. Reclamó también penalti sobre Suso antes de que Lamela obligase a lucirse al meta Altay en una recta final electrizante de balones al área y dientes apretados antes de la explosión de alegría final. “El partido fue una de las mejores expresiones del equipo en crecimiento defensivo, de estar agrupados, saltando al momento justo”, resumió el entrenador sevillista, Jorge Sampaoli.
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