La adhesión de Ucrania a la candidatura de España y Portugal para organizar el Mundial 2030 está en el aire

La inclusión de Ucrania en la candidatura Ibérica de España y Portugal para organizar el Mundial 2030 está en el aire apenas cuatro meses después de que se anunciara en la sede la UEFA en Nyon su anexión al proyecto. La suspensión, solo en su país, de Andriy Pavelko, presidente del fútbol ucranio, es el principal argumento que exponen desde la Federación Española de Fútbol para poner en cuarentena la participación en el proyecto de la exrepública soviética. Pavelko está siendo investigado en Ucrania por facturar con sobrecoste la construcción de campos de hierba artificial ejecutada con dinero procedente de subvenciones.

“Las dificultades de Ucrania en la candidatura están en la injerencia gubernamental frente al presidente de la federación. Es un tema exclusivamente de gobernanza interna e injerencia gubernamental. Las federaciones de Portugal y España no tienen duda alguna que la injerencia cesará y Ucrania será parte de la candidatura”, explican desde la federación. Según este razonamiento, hasta la candidatura de España podría correr peligro si Luis Rubiales fuera condenado e inhabilitado por algunas de las causas por la que está siendo investigado en el caso de la Supercopafiles. Históricamente, tanto UEFA como FIFA amenazaban a los estados que interfirieran en los asuntos de las federaciones que las componen. El Gobierno de Volodímir Zelenski ya sabe que mientras Pavelko siga suspendido las opciones de ucranias de acoger la cita mundialista se reducen.

Desde la federación inciden en que el Gobierno español y el luso están al margen de la posible exclusión de Ucrania: “La conformación de la candidatura es un trabajo exclusivo de las federaciones de fútbol de Portugal y España en las que los gobiernos de ambos países no intervienen ni han tenido ninguna decisión al respecto. Ambos gobiernos entienden que esto son decisiones exclusivas y propias de las federaciones sin injerencia ni participación gubernamental”. Tanto el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, como el primer ministro portugués, António Costa, difundieron en sus redes sociales un mensaje conjunto cuando se oficializó la entrada de Ucrania en la candidatura el pasado 5 de octubre. “Ya hemos demostrado nuestra capacidad para organizar eventos de primer nivel. España y Portugal estamos preparados para albergar, junto a Ucrania, el Mundial de Fútbol de 2030. Queremos un campeonato para la paz, mostrar lo mejor del deporte, pero también los mejores valores de Europa”, escribieron ambos presidentes. Con la ofensiva de Rusia sobre Ucrania aún en pleno fragor, políticamente no resultaría fácil justificar la posible exclusión de la exrepública soviética de la candidatura Ibérica.

Al poco de conocerse la suspensión de Pavelko, este periódico hizo una consulta al departamento de comunicación de FIFA sobre si esto podía ser un motivo para excluir a Ucrania de la candidatura y la respuesta fue negativa. El mandatario del fútbol ucranio no ha sido suspendido por el momento por la UEFA, de la que es miembro de su Comité Ejecutivo, y no se descarta que esté presente el próximo 16 de marzo en el congreso en Kigali (Ruanda) de la FIFA, que tampoco le ha sancionado. En principio, no habría un impedimento legal para que Ucrania siguiera en la candidatura española y portuguesa, entre otras cosas porque el pliego de condiciones para presentar las candidaturas no se hará público hasta junio. En su momento, la entrada de Ucrania en la candidatura Ibérica se interpretó como un golpe de efecto definitivo para que la organización de la Copa del Mundo recayera en territorio español y luso y no en la opción sudamericana o en la aún no oficial, pero sí muy pujante, de Arabia Saudí, que incluiría también a Egipto y a Grecia.

La sede organizadora de la Copa del Mundo será designada mediante el voto de todas las federaciones que componen la FIFA (211) en la primavera de 2024. Normalmente, cada confederación continental vota en bloque y Arabia Saudí sumaría 101 votos de salida solo entre África (54) y Asia (47). España y Portugal contaban con mucho trabajo adelantado, lo que les había proporcionado una clara ventaja sobre sus competidores. Ahora han percibido la potencia de la candidatura de Arabia Saudí y esto puede precipitar la batalla geopolítica que condicionan los resultados de los sufragios para elegir las sedes de la Copa del Mundo. Ambas federaciones, según la española, han retomado la vía de Marruecos, que estuvo en el proyecto embrionario, en un intento de contrarrestar a la potente candidatura saudí dividiendo el voto africano. Como mínimo, según fuentes federativas, con la inclusión del reino alauita se trata de disuadir a Arabia Saudí de entrar en la carrera por organizar el Mundial 2030 y la posponga para cuatro años más tarde. Fuentes conocedoras del estado de las candidaturas no descartan que los saudíes acaben por optar al Mundial 2034. Desde la federación inciden en aclarar que “la posible entrada de Marruecos nos sustituye a Ucrania. Son acciones completamente diferentes e independientes”.

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