Luiz Henrique, a la estela de Vinicius y Rodrygo

Una de las sonrisas más brillantes en la expedición del Betis que partió hasta Arabia Saudí para jugar la Supercopa de España era la de Luiz Henrique. El joven extremo de 22 años fue decisivo en el triunfo de su equipo ante el Rayo con un gol y un juego que hizo frotarse las manos de los dirigentes béticos. Los mismos que el pasado mes de marzo se encontraron con la posibilidad de fichar a un atacante de Fluminense que había llamado la atención de muchos equipos de Europa.

El Betis estaba cerrando la contratación de Luiz Felipe, el central de la Lazio, cuando en las conversaciones surgió la posibilidad de hacerse con Luiz Henrique, un futbolista mucho menos consolidado que su compatriota. Antonio Cordón, director deportivo del club bético, manejaba ya buenos informes del futbolista y su gente de confianza de Brasil le animó para seguir adelante con una operación que, además, podía hacerse en unas condiciones económicas aceptables. Debido a los apuros económicos del Fluminense, Luiz Henrique llegó al Betis por 13 millones de euros (ocho de ellos al contado). El club andaluz se hizo con el 85% del pase de un futbolista con 40 millones de cláusula, 100 partidos en el primer equipo del Flu y un fijo en las selecciones inferiores de Brasil. El otro 15% sigue siendo del Fluminense, que podrá beneficiarse en un futuro traspaso. Señalado en los informes de la mayoría de los grandes clubes de Europa como un futbolista a seguir, el equipo andaluz tuvo la habilidad de atar hasta 2028 al extremo, con una cláusula de 100 millones de euros.

Lo primero que se encontró Luiz Henrique en el Betis fue el apoyo de Luiz Felipe y Willian José, los otros brasileños del equipo. También una situación inesperada por los problemas económicos de la entidad y su imposibilidad de inscribirlo hasta la tercera jornada al tener traspasado su límite salarial. Luiz Henrique no lo pasó bien. Venía en un gran estado de forma porque no había parado de competir con el Fluminense y se encontró con un inesperado parón. Y también con un entrenador, Manuel Pellegrini, que le preparó para la dura exigencia de una Liga como la española.

Luiz Henrique debutó como titular en la quinta jornada, ante el Villarreal, donde dio el pase del gol del triunfo bético a Rodri. Al brasileño le faltaba jugar al espacio (siempre la pedía al pie), meterse más por el medio cuando la ocasión lo requería y, sobre todo, ayudar en defensa y entender conceptos tácticos como hacer coberturas, perfilarse para los despejes y ser, en definitiva, un futbolista más completo. Luiz Henrique lleva jugados un total de 21 partidos con el Betis en tres competiciones, ayudado también por las lesiones de Fekir y Juanmi en el primer tramo de la competición. Ante el Rayo hizo su primer gol liguero (lleva dos más en la Liga Europa frente al Ludogorest y la Roma) y completó su actuación más sólida en el Betis. Contra el Athletic, justo después del parón por el Mundial, fue uno de los más destacados. Un paréntesis que le ha sentado muy bien al brasileño, que incluso llegó a estar en una lista previa de Brasil para Qatar de 55 jugadores.

Pellegrini y su cuerpo técnico han trabajado de forma específica con Luiz Henrique y los resultados han llegado. El futbolista, además, tuvo la madurez de sobreponerse a la muerte de su padre el pasado 27 de diciembre. Por eso, el jugador lo honró poniéndose de rodillas y señalando al cielo después de marcar ante el Rayo. Un gol que mostró todas las virtudes de este futbolista: velocidad, regate y golpeo de balón. Jugador zurdo, su gol con la derecha fue, sin embargo, exquisito.

”Luiz Henrique está en un gran momento”, reseñó su compañero Canales a la conclusión del choque en Vallecas. “Era un jugador que cometía errores lógicos de concepto al inicio. Lo mantuvimos porque le veíamos mucho potencial en sus cualidades técnicas”, aclaró Manuel Pellegrini. Seguido por el Madrid con la intención de incorporarlo al Castilla, en el Betis se espera que la evolución del futbolista le permita seguir la estela de sus compatriotas Vinicius y Rodrygo. Palabras mayores para el verdiblanco, que tiene en la Supercopa un magnífico escaparate.

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