Por qué a Cristiano nunca le llamaron ‘blanco de mierda’
Vinicius estuvo en los titulares tras sufrir insultos racistas. Pero como sujeto activo. “Vinicius denuncia”, “Vinicius acusa”, “Vinicius señala”, “Vinicius carga”, “Vinicius estalla”. Como si fuese cosa suya
Vinicius estuvo después del partido Valladolid-Real Madrid en casi todos los titulares de los medios. Como sujeto activo. Los primeros en Google News: “Vinicius denuncia”, “Vinicius acusa”, “Vinicius señala”, “Vinicius carga”, “Vinicius estalla”. Como si fuese cosa suya. La razón, pública e inobjetable, es que el jugador negro del Real Madrid sufrió insultos racistas una vez más por parte de aficionados contrarios. Al salir del campo, Vinicus se quejó en Instagram de que los racistas seguían en los estadios y LaLiga continuaba sin hacer nada. “Al final, la culpa es mía”, remataba. La culpa no, pero los verbos de los titulares son suyos: no es una forma de culpabilizarlo, pero sí de crear un marco propicio para que se le culpe. Acusa, carga, estalla.
Hay muchos argumentos más sibilinamente ignorantes que racistas en acusar a Vinicius de que se le insulte. Uno de ellos es su actitud o su juego, que al parecer ofende. “¿Por qué no reciben insultos racistas Rudiger, Alaba o Mendy?”, se preguntan muchos para justificar el odio a Vini. ¿Por qué a Cristiano Ronaldo, que tantas simpatías despertaba en los estadios a los que iba, nunca le llamaron “blanco de mierda”? ¿Por qué cuando un jugador negro de la selección inglesa (o francesa, recientemente) tira un penalti se expone al doble de condena que si lo tira un blanco en caso de fallarlo? ¿Por qué cuando un racista se cruza con un imbécil negro en lo primero que repara, para insultarlo, no es en su imbecilidad, sino en el color de su piel?
Hace un mes se produjo una noticia impactante en relación a Vinicius. Era referida a los cánticos que le dedicaron semanas antes al delantero en el derby del Real contra el Atlético, cánticos que provocaron una denuncia (varios cientos de ultras atléticos cantando antes del partido “eres un mono, Vinicius eres un mono”) del Movimiento contra la Intolerancia. La Fiscalía Provincial de Madrid archivó esa denuncia. Como siempre, lo interesante del archivo fue su argumentación. Los cánticos fueron “desagradables”, “inapropiados” e “irrespetuosos”, pero se produjeron en el marco de un partido de fútbol “de máxima rivalidad” junto con otras alusiones “despectivas” o “burlonas” marcadas “por esa competencia deportiva”. Los cánticos no se volvieron a producir más que en dos ocasiones (¿una medalla?) “y duraron unos segundos”. “¿Alguien que asesina se tira dos horas apuñalando? ¿O dos minutos?”, le dijo Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia el Racismo y la Xenofobia, a Eleonora Giovio en este periódico.
Que la Fiscalía incluya los cánticos racistas con otras alusiones “despectivas” o “burlonas” demuestra que todavía hay alguien ahí dentro que no se ha enterado de nada. Que no sabe que nada tiene que ver con que te llamen “mono” al peor insulto salido de la cabeza de un aficionado verborreico, entre otras razones porque lo segundo no dejaría de ser un insulto y, lo primero, puro discurso de odio. Había una razón más que esgrimió la Fiscalía: efectivamente, los ultras cantaron “eres un mono, Vinicius eres un mono”, pero no se pudo reconocer a ninguna de las personas que realizaron los cánticos, “al tratarse de un número considerable de personas las allí congregadas”. Quiere decir eso que si alguna vez un neonazi quiere llamar mono a un negro, debe juntar a doscientos para cantarlo a la vez. Por dos razones: para estar seguro de que lo ha escuchado, y para que nadie lo acuse de nada. Y si ponen el cronómetro para no pasarse del tiempo estipulado por la Fiscalía, mejor.
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