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El Atlético sufre en el corazón de Galicia

Un gol de Pablo Barrios, un futbolista del filial, desbloquea una eliminatoria que el equipo de Simeone se complicó ante el Arenteiro, de Segunda RFEF

Atleti Copa del Rey
El centrocampista del CD Arenteiro, Marquitos, en una jugada con Marcos Llorente, del Atlético de Madrid, durante el partido de segunda ronda de la Copa del Rey, en el estadio de Espiñedo, en O Carballiño, este jueves.BRAIS LORENZO (EFE)

Una diana del novel Pablo Barrios a un cuarto de hora del final le dio un trabajadísimo pase al Atlético en una venenosa cita copera. Fuera de Europa, a trece puntos del líder en la Liga, el torneo del K.O. es el salvavidas de la temporada del Atlético. Lo mostró el Cholo al cantar con la pasión de las grandes citas los goles (1-3) que le dieron el pase a los dieciseisavos de final en O Carballiño, localidad orensana vecina al corazón de Galicia. Tuvo que remontar el cuadro colchonero ante el Arenteiro, un club que maneja un presupuesto de poco más de 800.000 euros y un equipo que se mueve con la convicción propia de quien tiene un plan: aprieta, encima y percute hacia el área rival. Le gusta hacerlo, además, sobre un escenario que domina y que remite a eso que se identifica con el fútbol de toda la vida, el norteño además. Pero puesto al día. Ahí el Arenteiro es un hueso.

Pico y pala, sudor y fango, césped roto, flancos pelados y encharcados, gradas provisionales para aumentar el aforo de una pequeña bombonera... La transición entre la cálida incubadora catarí fue demasiado abrupta para el Atlético, que alineó a seis mundialistas en su equipo inicial. Simeone, que cinco días atrás festejaba el título argentino en un lujoso palco de Lusail, se movió entre estrecheces en el angosto lateral del campo de Espiñedo. Tan espinoso le debió de parecer todo que ni siquiera se revistió con su elegante terno oscuro y optó por el chándal y las zapatillas. No era el escenario adecuado para calzar zapatos de 600 euros.

De Qatar a O Carballiño, del oropel a la modestia, al Atlético le costó solventar el pase porque, en el fondo, el fútbol de toda la vida ya no es el de nuestra vida. Los clubs de la élite pagan sueldos a greenkeepers y sus futbolistas no saben lo que es un terrón de césped. Además los astros colchoneros tenían enfrente a un buen equipo, el líder del grupo primero de Segunda RFEF, la cuarta categoría del fútbol español, y campeón de la Copa Federación, la competición para los modestos que además le dio el pase a la Copa del Rey, un torneo en el que ya había dejado atrás al Almería y se mostró también hace un año al exigir hasta los penaltis al Valencia. El Atlético se esforzó, quiso hacerse valer y lo consiguió a partir del buen trabajo de Morata, que por momentos sometió a los expertos centrales del Arenteiro. Pudo marcar Koke, excelente en la llegada a un centro de Lemar. Su remate se acható ante el meta Diego García, que también respondió con firmeza ante un nuevo intento de Morata.

Pero el que golpeó primero fue el Arenteiro, que había encontrado tras la espalda de Carrasco una autopista. Desde allí condujo el cuadro gallego hacia el gol de Markitos, un mediapunta forjado en el vivero del Celta, que se avivó para sacar fruto de una segunda acción ante la que Llorente se activó tarde para dejarle en fuera de juego. El gol llegó en el colofón de la primera parte, pero el Atlético minimizó daños con el empate antes del descanso, un penaltito cometido sobre Giménez que transformó Carrasco.

En esta apoteosis del fútbol de antaño por supuesto no hubo ni rastro del VAR. Así que cuando el árbitro González Fuertes, tras el receso, se fue de nuevo al punto de penalti tras una caída de Carrasco todo remitió a viejas tradiciones sobre grandes y modestos, a una de las eternas discusiones sobre la pelota. Fue Morata el que se fue a los once metros, no el belga, pero su lanzamiento fue nefasto, bien despejado en todo caso por el portero local. Nada se desmadró a partir de ahí, pero el Atlético empezó a sentirse más cómodo. El Arenteiro se desgastó, pero se mantuvo en pie porque jamás se desordenó. Apenas permitió una diagonal que parecía no ir a ninguna parte, una conducción de Barrios, que había comenzado el partido entre dudas y ya hacía bastantes minutos que llevaba la manija de su equipo. Él no estuvo en Qatar. Juega en Segunda RFEF con el filial y su zurda sacó de un lío monumental al Atlético. Luego puso la rúbrica Carrasco sobre la hora.

El cuadro colchonero estará este viernes a las 12,30 en el sorteo que se celebra en la Ciudad del Fútbol y en el que se integrarán también los cuatro equipos que jugarán la Supercopa y que han quedado exentos de las dos rondas previas. Real Madrid, Barcelona, Betis y Valencia se suman a una nómina de equipos de Primera en la que sólo ha quedado descabalgado en esta eliminatoria el Girona, superado por el Cacereño (2-1). Antes del parón ya habían caído Almería, contra el Arenteiro, y Cádiz. El cuadro gallego no pudo culminar la hazaña del cuadro de Cáceres y el Ibiza Islas Pitiusas, los dos equipos de Segunda RFEF que jugarán entre los 32 mejores de la Copa.

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