¿El mejor partido de fútbol de la historia?
‘El partido’ es una extensa crónica deportiva, política, social y económica de una época en que la situación de los tres países implicados juega un papel principal para dar contexto a todo lo que significó aquel encuentro
Hay instantes deportivos que marcan hitos en la memoria colectiva. Es bastante probable que todos los argentinos que lo vivieron recuerden dónde estaban el día en que Maradona regateó a varios jugadores ingleses y anotó aquel gol histórico —el que marcó con el pie, por si había dudas—. Que los hinchas franceses no olviden aquel Mundial en el que ejercieron de anfitriones, alzaron la copa y parecieron unir a todo un país. Que los seguidores españoles sepan en qué bar o casa y con quién estaban en el instante en el que Iniesta golpeó el balón para hacer a la selección española campeona del mundo por primera vez en su historia. Esos momentos definirán también la relación de los hinchas con sus equipos. No es lo mismo levantar la copa Jules Rimet con 12 años y toda una vida por delante que hacerlo ya con la experiencia de varios fracasos.
Esa, 12 años, era la edad que tenía Piero Trellini cuando su selección, Italia, y Brasil se enfrentaron en el Mundial de España de 1982. La victoria en aquel encuentro daba el acceso a la semifinal del torneo. En el equipo brasileño, Zico y Sócrates; en el italiano, Zoff y Rossi. El escenario, Sarrià. El resultado, 3-2 para la escuadra azzurra. Aquellos 90 minutos —que vistos desde la perspectiva del fútbol contemporáneo parecen jugados en un tempo que ya no existe— reunieron tal nivel de talento, belleza estética y diversión que ya las crónicas del momento auguraban que serían recordados durante mucho tiempo.
Trellini, hoy escritor, presenta en El partido (Debate) una extensa crónica deportiva, política, social y económica de una época en que la situación de los tres países implicados —España, Italia y Brasil— juega un papel principal para dar contexto a todo lo que significó aquel partido. El libro tiene también mucho de crónica sentimental de una época: Brasil era, por aquel entonces, la selección favorita; Italia, a priori, apenas contaba con opciones.
Trellini construye un apasionante y completo relato por el que van desfilando todos los personajes que tuvieron algún papel en aquella cita. Desde Abraham Klein, el colegiado israelí que arbitró el encuentro y cuya participación dependió de un telegrama, a Raimundo Saporta, que lideraba la organización del torneo gestionando además una tensa relación con la Federación Española de Fútbol en la que incluso tuvieron que mediar Samaranch y Havelange. Pasando por los protagonistas que saltaron al césped. Y con un relato del minuto a minuto del partido que permite volver a recrear aquel ritmo, aquellos regates, aquellos lanzamientos a puerta en los que el tiempo parecía detenerse mientras se quedaba grabado para siempre en la memoria de millones de aficionados al fútbol y, especialmente, en toda una generación de italianos.
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