_
_
_
_

Revancha contra la vida

‘Revancha’ (Anagrama), novela escrita por Kiko Amat, parte del odio atávico del mundo del fútbol y construye una historia de personajes destrozados que, sin saberlo, buscan una reparación

Pedro Zuazua
Revancha Kiko Amat
Portada de 'Revancha'.

No hace tanto tiempo, las gradas de los fondos de los estadios de fútbol españoles servían de altavoz para un alto porcentaje de personas con un profundo y constante interés en la violencia. Física o verbal. El deporte era, en realidad, una excusa. Las horas previas a los encuentros se convertían en un juego básico que consistía en o bien buscar a sus pares de la afición rival para intercambiar golpes y botellazos o bien enzarzarse con la policía en una coreografía de carreras, porrazos y contenedores volcados.

En aquellas gradas afloraban las esvásticas y los gritos racistas u homófobos. En realidad, no tenían nada que ver con el fútbol. Se trataba de la violencia por la violencia, del odio por el odio. Aquellos gritos y aquella violencia eran la última expresión de algo mucho más profundo que el amor por una camiseta o por un escudo. Eran —siguen siendo hoy— la salida que encontraban las múltiples circunstancias que se juntan en algunas personas. Esas circunstancias eran, en gran parte, traumas que venían desde la infancia o la adolescencia y que se traducían en un odio de apariencia irracional.

Revancha (Anagrama), novela escrita por Kiko Amat, parte de ese odio atávico y construye una historia de personajes destrozados que, sin saberlo, buscan una reparación. La que sea. Puede ser a través de la violencia o a través del amor. Amador pertenece a un grupo ultra del Fútbol Club Barcelona y se dedica a extorsionar, vender droga y pegar palizas. Oculta su homosexualidad. César, que jugó al rugby, se dedica a ajusticiar por encargo a pederastas o a conductores que atropellaron a alguien y se dieron a la fuga. Ambos verán como sus vidas se cruzan, llevándolos por un camino imprevisto para dos personas que solo buscaban venganza. Un libro cargado de violencia —también en el lenguaje—, de realidad y de odio contra todo y contra todos. Una revancha contra la vida.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pedro Zuazua
Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo, máster en Periodismo por la UAM-EL PAÍS y en Recursos Humanos por el IE. En EL PAÍS, pasó por Deportes, Madrid y EL PAÍS SEMANAL. En la actualidad, es director de comunicación del periódico. Fue consejero del Real Oviedo. Es autor del libro En mi casa no entra un gato.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_