El dispositivo defensivo del Real Madrid tiene grietas
El equipo blanco, que recibe al Cádiz antes del parón, solo ha completado dos partidos de Liga sin encajar y pierde fiabilidad defensiva
Hace un mes, cuando el Madrid solo había cedido un empate en todo el curso, contra Osasuna en casa (0-0), Carlo Ancelotti advirtió: “La llave del éxito de la pasada campaña fue la defensa. En los últimos tiempos, hemos perdido algunos duelos y el equipo no siempre está compacto”. Lo dijo con un balance casi impoluto. El lunes, tras el bajonazo de Vallecas (3-2) y un expediente ya no tan inmaculado, en su análisis aparecieron argumentos parecidos: “Nos faltó la contundencia del rival y concentración en duelos individuales”, apuntó el italiano.
El año “fantástico e inolvidable” de Carletto se cierra este jueves contra el Cádiz en el Bernabéu (21.30, Dazn; Benzema sigue de baja) con las tuercas del sistema defensivo, al menos, no tan apretadas como la temporada anterior. Más allá de las curvas recientes en los resultados blancos, el balance hasta el parón mundialista muestra más grietas en su dispositivo de contención.
En estos tres primeros meses, solo ha dejado la portería a cero en cinco de los 20 encuentros (Getafe, Elche, Leipzig, Celtic y Eintracht) y en Liga, en apenas dos de 13 choques, su peor registro desde la 2013-14, también con Ancelotti al frente. La pasada campaña no encajó en el 42% de los duelos del torneo y en esta, solo en el 15%. Sus 13 tantos en contra quedan lejos de las cifras del Barcelona (actual líder), eficaz en España (cinco recibidos con una jornada más) aunque también muy vulnerable en Europa (12).
Detrás de los datos absolutos se esconden algunos parámetros que ayudan a explicar por qué ha aflojado su rendimiento hacia atrás. Recupera menos balones por partido (57,1 frente a los 52,8 de la campaña anterior), intercepta menos (8,8-8,2) y su portería no para tanto: 71% de éxito en sus intervenciones (séptimo en el ranking de la Liga) frente al 76,3% del curso precedente (primero en este apartado). Courtois, que se perdió seis encuentros por un ataque de ciática y ante el Rayo dejó dos estiradas de mérito, ofrece de momento unos números inferiores: 66,7% de paradas, nueve puntos menos que la temporada anterior.
Las causas son colectivas, como ya señaló en octubre Carlo Ancelotti, pero en este curso tan experimental, con el Mundial en mitad del calendario, todavía se desconoce hasta dónde llegan los posibles problemas estructurales del Madrid y dónde empieza la previsible dispersión del vestuario ante la inminencia de la cita de Qatar. En los despachos, las últimas actuaciones (dos derrotas, un empate y una victoria) han generado malestar porque se considera que las cabezas de muchos jugadores han empezado a pensar en Doha antes de tiempo, mientras el preparador blanco, al menos en público, niega la mayor. “Los jugadores no tiran atrás la pierna. En los entrenamientos se juega en campo reducido y las entradas son más frecuentes que en un partido. Hace un mes estábamos bien y el Mundial también estaba cerca”, defendió este miércoles. Por su parte, en Mánchester, Pep Guardiola secundó la opinión de la mayoría. “Los jugadores tienen un ojo en el Mundial. Es normal, a mí me pasaría igual”, admitió este martes.
Cambio en el eje
Las explicaciones públicas de Carletto sobre el bajón de los suyos en las últimas semanas tienen que ver con lo físico, con la falta de frescura por la acumulación de compromisos. La estadística, al menos en eso, le da la razón: tras el Cádiz, serán cinco choques más que la temporada pasada a estas alturas. “Ha bajado la intensidad por disputar muchos partidos. Esto se nota contra equipos, como el Rayo, que no están en Europa y pueden jugar a un nivel más alto”, apuntó este miércoles el italiano, que en el global dice que han cumplido los objetivos para este tramo.
En el apartado puramente defensivo y más allá de opiniones (y posibles realidades) sobre la contaminación del Mundial, el conjunto blanco también presenta alguna diferencia respecto al curso anterior. Casemiro, pivote que rara vez abandonaba su lugar, se marchó y llegó Tchouameni, con más recorrido y que, como avisó este miércoles Carletto, todavía le queda por aprender a la hora de posicionarse. La apuesta innegociable por el Casemiro-Kroos-Modric en bloque bajo fue el movimiento que terminó de cuadrar al Madrid el año pasado y el que le disparó en Liga. Ahora, debe adaptarse a otro paisaje: por el trueque en el eje y porque las rotaciones, hasta ahora al menos, han resultado más habituales.
A falta de que se pase la espuma del Mundial, el balance pre Qatar del Madrid habla de unos jóvenes que aliviaron lo que parecía imposible, la ausencia tan continuada de Benzema (nueve encuentros completos), pero también de la pérdida de fiabilidad del engranaje defensivo. Esto último, según Ancelotti, fue la llave del éxito hasta mayo.
“Parece que Vinicius es un provocador, pero es quien recibe más faltas, bofetadas y empujones”
Uno de los más extraviados en Vallecas fue Vinicius, protagonista y víctima al mismo tiempo de trifulcas continuas con Ivan Balliu, que confesó después que había recurrido al “otro fútbol”, a “truquitos”, para marcar territorio y que el brasileño “tuviera en la cabeza que había salido la lista de Brasil [para el Mundial]” para hacerle ver que esa noche no le convenía ir al choque con él. Una cuestión sobre la que Ancelotti tenía un mensaje: “Parece que Vinicius es un provocador, pero la realidad dice que es el jugador que recibe más faltas, bofetadas y empujones. Hay una palabra que no es muy común en los países latinos: fair play. Es la más importante del fútbol”, expuso. ¿Debería aprender de ello?, le preguntaron después al italiano. Primero respondió que sí, que tal vez, que era joven todavía. Pero luego se lo pensó mejor. “¿Qué tiene que aprender? La provocación no es habitual. Uno no puede enseñar a evitar las provocaciones porque piensa que no las hay”, subrayó.
Sobre la nueva ausencia de Benzema, aseguró que “no había sido capaz de volver de la pequeña molestia”. “El primero que está decepcionado es Karim. Llega al Mundial como Balón de Oro y con pocos minutos en las piernas para tener una buena condición. Es una tontería decir que se ha borrado. No ha sido un problema grave. No ha parado, porque se ha seguido entrenando de forma individual, pero las sensaciones no eran buenas”, zanjó.
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