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Los Warriors y los Celtics empiezan con paso firme la nueva temporada de la NBA

El campeón y el subcampeón vencen con autoridad a los Lakers y los 76ers de la mano de Tatum y Curry

Stephen Curry, durante el partido de este martes de los Golden State Warriors contra Los Angeles Lakers.
Stephen Curry, durante el partido de este martes de los Golden State Warriors contra Los Angeles Lakers.JOHN G. MABANGLO (EFE)
Miguel Jiménez

El Chase Center de San Francisco fue este martes por la noche una fiesta. Los Golden State Warriors, que se alzaron con el título de la NBA de la temporada pasada, recibían sus anillos de campeones en el primer partido del nuevo curso. Es el cuarto triunfo en ocho años del grupo que ha liderado Stephen Curry desde la cancha y Steve Kerr desde el banquillo. Tras las celebraciones, el balón empezó a botar y los de San Francisco ganaron a los Lakers sin despeinarse (123-109). Por su parte, los Boston Celtics, finalistas el año pasado, despacharon a los 76ers de Filadelfia (126-117) con autoridad de la mano de Jayson Tatum y Jaylen Brown.

La NBA escenificó un arranque de temporada por todo lo alto en una doble sesión de baloncesto con dos duelos clásicos del Este y del Oeste entre equipos que suman 44 de los 76 títulos de la historia del baloncesto profesional estadounidense. Pese a la liga de verano y la pretemporada, se notó que los equipos están todavía rodándose, pero también que los Warriors y los Celtics mantienen las virtudes que les llevaron a la final hace solo unos meses.

La temporada se estrenó donde acabó la pasada, en el TD Garden de Boston donde el equipo local cayó derrotado en el sexto partido de la final. Los Celtics rendían homenaje a la fallecida leyenda Bill Russell y estrenaban entrenador tras la suspensión de Ime Udoka por una relación inapropiada con una empleada del club. El nuevo técnico, Joe Mazzulla, de 34 años, llevaba desde 2019 en la casa como ayudante. No triunfó como jugador y ahora, aunque con categoría de interino, tiene su gran oportunidad en el banquillo. De momento, sigue la partitura de su predecesor.

Con el bloque del año pasado, los Celtics y los 76ers jugaron un partido muy igualado en la primera mitad (63-63). Tatum y Brown encestaban sin parar en los Celtics, pero tenían la réplica en un James Harden en espectacular estado de forma en los de Filadelfia. El juego de ataque se imponía.

A los de Boston les bastó apretar las tuercas en defensa en el tercer cuarto para poner tierra de por medio. Mientras, Tatum y Brown completaron su recital encestador con 35 puntos cada uno y emergió como actor secundario destacado Grant Williams, que se reivindicó con 15 puntos en una serie impecable de tres triples y dos tiros de dos con un 100% de efectividad. Su único fallo fue uno de sus tres tiros libres. Malcolm Brogdon también ha demostrado que llega a Boston dispuesto a sumar y anotó 16 puntos.

En los 76ers, Harden también llegó a los 35 puntos, incluidos cinco triples y 12 de 12 desde la línea de tiros libres. Es su mayor puntuación desde que llegó a Filadelfia el año pasado a mitad de temporada y completó su actuación con 8 rebotes y 7 asistencias. Harden, que parece rejuvenecido a sus 33 años tras superar sus problemas de isquiotibiales, tuvo como principal aliado a Joel Embiid, con 26 puntos y 15 rebotes. Pero lo que los 76ers ganaban bajo los aros se les iba en pérdidas de balones que permitían contraataques fáciles de los Celtics. Tyrese Maxey y Tobias Harris aportaron en ataque lo que se espera de ellos, pero el equipo debe mejorar en defensa y evitar tantos descuidos para aspirar a competir con los mejores.

Una victoria sencilla

En San Francisco, los Lakers fracasaron en su intento de amargar la celebración del título de los Warriors. LeBron James va camino de convertirse este año en el mayor encestador de la historia de la NBA —superando los 33.387 puntos del mítico Kareem Abdul-Jabbar, que tiene el récord desde 1989— y aunque ya no es el que era, sigue asombrando a sus 37 años. Dejó algunas de las acciones más espectaculares del partido, anotó 31 puntos, capturó 14 rebotes y dio 8 asistencias. Pero solo Anthony Davis y Russell Westbrook le acompañaron en la tarea y la sensación general que dejó el equipo fue de impotencia.

Los Warriors, que parecían jugar a medio gas, continuaron la fiesta previa al partido cuando el balón se puso en juego. Stephen Curry firmó el año pasado una temporada redonda. Batió el récord de triples de la NBA, fue el mejor jugador del partido de las estrellas, ganó el título, fue también el mejor de la serie final y, por si fuera poco, en verano se licenció en filosofía por el Davidson College. En baloncesto se doctoró hace mucho y sin tener su mejor día fue de nuevo el máximo anotador del partido (33 puntos), alternando asistencias, entradas a canasta y tiros exteriores como pocos pueden hacerlo.

Jordan Poole, pese a no salir en el quinteto inicial, fue el mejor escudero de Curry en la primera mitad, en la que ni Draymond Green ni Klay Thompson estuvieron a su nivel. En la segunda, Thompson y Andrew Higgins afinaron el punto de mira. Jugando regular y casi dejándose llevar, los Warriors se impusieron a los Lakers por 14 puntos, lo que da una idea de la diferencia que hay hoy por hoy entre ambos equipos. Mientras los Warriors buscarán reeditar el campeonato, los Lakers tendrán que sufrir para no quedarse de nuevo fuera de los playoffs.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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