Roglic se retira de la Vuelta a España tras sufrir el martes una dura caída

Primoz Roglic no se ha recuperado a tiempo, magullado y con quemaduras importantes en el brazo, el hombro, la mano y el muslo derecho, secuelas de la caída que sufrió este martes en Tomares, cuando atacó al pelotón a falta de 2,8 kilómetros. Feroz, consciente de que la Vuelta pasaba por atacar y por hacer tiritar a un Evenepoel que suma 11 jornadas con el maillot rojo, el esloveno llegó a abrir brecha, estupendo arreón para enseñar la matrícula a todos menos a cuatro valientes que llegaron a meta ocho segundos por delante del pelotón. No ocurrió lo mismo con Roglic, que patinó sobre el asfalto cuando apenas le quedaban unas pedaladas para cruzar la bandera a cuadros, de bruces al suelo, gafas rotas y mono de trabajo con agujeros, sangre por doquier. Una caída que, superada la noche, le ha pasado la peor de las facturas porque no podrá seguir en la Vuelta. Así lo confirmó Jumbo, ausente ya el esloveno en la línea de salida de Aracena (Huelva). “Desafortunadamente, Roglic no estará en la salida de la etapa 17 como consecuencia de la caída”, confirmaba el comunicado oficial.

Aunque comenzó la ronda española un poco bajo de forma, Roglic fue de menos a más, combativo y batallador como pocos, porque tenía en el entrecejo conquistar su cuarto laurel consecutivo de la Vuelta, cosa que nadie logró nunca, por más que Roberto Heras sí consiguiera cuatro laureles durante su carrera. Así, el esloveno perdió tiempo en las primeras montañas del País Vasco y Asturias, también en la contrarreloj individual, pero después se plantó y dijo basta, capaz de recortarle más de un minuto a Evenepoel en las dos últimas ascensiones: Sierra de la Pandera y Sierra Nevada. También se ganó ocho segundos en el último esprint, por más que sus huesos dieran en el suelo. Pero ya no está de pie, sino que tendrá que conformarse con ver lo que queda de Vuelta desde la barrera, superado por las lesiones.

Varapalo para el esloveno, que completó sus siete primeras grandes vueltas —dos Giros, tercero en 2019; cuatro Tours, segundo en 2020; y dos Vueltas, laureles para él—, pero que suma tres abandonos en las últimas cuatro. Se retiró del Tour en 2021 después de una fuerte caída en la tercera etapa, por más que aguantó cinco jornadas más sobre la bici, cuando acumulaba minutos y minutos perdidos porque no podía rodar en condiciones. Lo mismo le ocurrió en el Tour de este curso, de nuevo otro topetazo sobre el pavés al punto de que se le salió el hombro. Y, aunque ayudó a Vingegaard, abandonó cuando quedaban seis días para cerrar la competición. Dolores y molestias que no le dejaron preparar bien esta Vuelta —de ahí sus pequeñas flaquezas en la primera semana—, que ahora se hacen insalvables, porque no continuará en el pelotón.

La marcha de Roglic, en cualquier caso, catapulta a Enric Mas (Movistar) a la segunda plaza del podio, a 2m y 01s de Evenepoel, único ya en la pelea para luchar por el maillot rojo. Pero, por extraño que suene, la marcha de Roglic no ayuda demasiado a Mas, que contaba con el poderío de Jumbo para poner en apuros a Remco en las etapas de montaña, pues Gesink y Harper eran capaces de desgastar al líder y a Quick-Step cuando la carretera se empinaba, cosa que Movistar no. Al mismo tiempo, en cualquier caso, se abre el abanico para el tercer cajón, ahora ocupado por Juan Ayuso (UAE) —19 años, el más pequeño del pelotón y su primera participación en una grande—, que le saca 27s a Carlos Rodríguez (Ineos), 21 años, también su primera grande. Por detrás, pide turno el colombiano Miguel Ángel López, Supermán (Astana), a tan solo 8s de Rodríguez. Podio abierto, pero ya no para Roglic. “¡Recupérate pronto campeón! Gracias por los maravillosos momentos ofrecidos en esta Vuelta. Tenías planes ambiciosos para los últimos días, pero tristemente no podrá ser”, señalaron desde Jumbo.

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