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El momento Ansu Fati

El delantero ya juega sin miedo, da sentido al juego valiente del Barça y aumenta las expectativas españolas para Qatar

Ansu Fati remata delante de Zubeldia durante el partido entre la Real Sociedad y el Barcelona este domingo.
Ansu Fati remata delante de Zubeldia durante el partido entre la Real Sociedad y el Barcelona este domingo.AFP7 vía Europa Press (AFP7 vía Europa Press)
Ramon Besa

Apareció anoche Ansu Fati en Anoeta en el partido contra la Real Sociedad y cambió el partido en un santiamén para suerte del Barça y alegría tanto de Xavi como de Luis Enrique. Al igual que su equipo, el delantero internacional español ha sido hasta ahora un jugador de momentos, inédito incluso en la selección durante la pasada Liga de las Naciones, el mismo torneo en el que había disputado su último partido contra Ucrania en 2020. El reto es que el atacante de 19 años tenga por fin continuidad después de la media hora que ofició contra la Real. La sonrisa del jugador invita al optimismo y confirma las expectativas que anunció durante la pretemporada: “Ya juego sin miedo y me falta muy poco para estar al 100%”, declaró a TV-3. Y refuerza también la idea expresada por su entrenador antes de enfrentar al Rayo: “A Ansu le puede restar presión que esté Lewandowski”.

El ariete polaco celebró sus 34 años con dos goles en cuatro disparos a portería y una asistencia que propició el tanto de Ansu, cuya efectividad fue demoledora: le alcanzaron dos minutos para habilitar con un taconazo a Dembélé (1-2), cinco para dar continuidad a la jugada antes de caer al suelo a fin de que Lewandowski marcara su segundo gol (1-3) y un cuarto de hora para sellar el triunfo: 1-4. Los azulgrana pasaron del empate a la goleada desde la irrupción del futbolista nacido en Guinea Bissau.

Aunque Xavi está convencido de que Ansu puede marcar una época, “por sus increíbles capacidades y porque tiene mucho gol”, cuando se le preguntó si no había sido titular en San Sebastián había sido por cautela o por causas futbolísticas, respondió: “Un poco por las dos cosas y por las sensaciones en los entrenamientos. Importan los méritos; Ferran los ha hecho esta semana para estar en la alineación. El que trabaje bien y rinda va a jugar. Tenemos muchas opciones, mucha variedad y tiene que ser caro jugar en el Barça. La competencia es buena. Marca Ansu, marca Robert, marca Ousmane, Raphinha lo hace bien cuando sale y Ferran ha hecho un muy buen encuentro”, zanjó el técnico del Barça.

Ya no hay dudas sobre los cuatro delanteros que cuentan para Xavi y los que son prescindibles y a los que se debe buscar una salida inmediata para conseguir al menos la inscripción de Koundé en la Liga: Braithwaite, Memphis y Aubameyang. Los dorsales no engañan: el 7 para Dembélé; el 11, Ferran; el 9, Lewandowski; el 22, Raphinha y el 10 pertenece a Ansu desde la partida de Messi. Asumir el peso de la zamarra, después de firmar un contrato hasta 2027 con una cláusula de rescisión de mil millones de euros, ha sido tan costoso para el delantero como sobrellevar un martirio que le ha acompañado desde que el 7 de noviembre de 2020 sufrió la rotura del menisco interno de la pierna izquierda después de una entrada de Mendi en el Barça-Betis jugado en el Camp Nou.

Tardó 11 meses en regresar después de cuatro intervenciones, se lesionó también el bíceps femoral, se sucedieron las recaídas en la recuperación y en los partidos contra el Celta en noviembre y en enero pasado en San Mamés. Acabó tan dolido que descartó una quinta operación como le proponían los médicos después de la caída contra el Athletic y optó por un tratamiento conservador que parece haber funcionado si se atiende a su actuación en Anoeta después de sumar 486 días de baja y haberse perdido 82 partidos con el Barça.

La regresión había sido desmoralizadora para un delantero que había protagonizado varios récords de precocidad desde su debut con 16 años el 5 de agosto de 2019 con Ernesto Valverde frente al Betis. Ansu jugó 1.375 minutos en la temporada 2019-2020, bajó a 596 en 2020-2021 y a 505 en 2021-2022. Los 30 minutos del domingo contra la Real valieron por tanto tiempo de desazón y levantaron también el ánimo del Barcelona así como aumentaron las expectativas de la selección con vistas al Mundial de noviembre próximo en Qatar.

El equipo azulgrana encontró en Ansu al jugador que marcó las diferencias en un partido desbocado con dos protagonistas muy conocidos como son Pedri y Silva. A falta de juego colectivo, el Barça dio con los futbolistas precisos para cantar victoria en Anoeta. Xavi agitó al equipo antes y después hasta encontrar la solución cuando arriesgó con los cambios y apostó por Raphinha y Ansu. La intervención del técnico fue tan certera como discutible pareció la alineación: al no tener laterales fiables apostó por tres centrales y dispuso un cuadrado en el medio campo con un doble pivote en ausencia por sanción del medio centro Busquets.

No fue precisamente el mejor partido de Frenkie de Jong en la medular porque le gusta conducir la pelota y descolgarse en ataque y en defensa, errático en el gol de la Real y, en cambio, más asentado cuando a su lado compareció Pedri en lugar de Gavi. Al Barcelona le quemaba la pelota, no controlaba el partido, le podían las prisas y se mostraba poco sólido y perezoso en el repliegue, sostenido por un acertado Ter Stegen. El alemán parece haber recuperado su mejor versión y Lewandowski se estrenó como goleador en el segundo partido de Liga. El Barcelona fue mejor en las áreas que la Real en una cita que además dejó huella como acostumbra a pasar en Anoeta. No jugó ninguno de los cuatro capitanes: Piqué y Sergi Roberto son suplentes, Alba también estuvo en el banquillo y Busquets cumplió sanción por la doble tarjeta amarilla vista contra el Rayo.

El Barça necesita renovar sus liderazgos, un asunto pendiente y difícil de afrontar para Xavi porque los afectados fueron sus excompañeros y además en algún caso están señalados por la afición a causa de sus elevados contratos -la masa salarial se ha vuelto a disparar hasta superar los 600 millones-. La suplencia de las vacas sagradas contrastó con la eclosión de Ansu. Todo encajó y tuvo sentido desde la irrupción del 10. Volvió la luz y el fútbol azulgrana dejó de ser apresurado y disperso para recuperar la pausa y la efectividad sin perder la excitación que vive el Barça de Xavi, invicto en sus salidas: 15 victorias y 5 empates en la Liga. Mimado en la selección por Luis Enrique, Ansu vuelve a ser Ansu justo cuando ha llegado Lewandowski.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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