La última batalla contra los Boixos Nois: alejarlos del estadio
Los Mossos buscan que los radicales tampoco puedan permanecer en las inmediaciones del Camp Nou. Un juez ya ha decretado la medida para cuatro de ellos
Los Mossos d’Esquadra han exportado las técnicas que aplicaron en su lucha contra los ladrones de carteras multirreincidentes que actuaban en el metro de Barcelona a los Boixos Nois, los aficionados radicales del Barça. Una vez son detenidos por un acto violento, presentan al juez y la fiscalía un informe donde especifican el pasado del acusado, su vinculación al grupo radical y cómo han hecho de las inmediaciones del Camp Nou, donde tienen prohibida la entrada, su particular campo de batalla. Igual que en su día lograron órdenes de alejamiento del metro de Barcelona, ahora un juez ha dictado la medida para cuatro boixos acusados de agredir a un aficionado del Eintracht de Frankfurt el pasado 14 de abril. No pueden acercarse a menos de 1.000 metros del estadio.
“Han convertido las inmediaciones del Camp Nou en su feudo, su zona tribal. Y es difícil de controlar”, lamentan fuentes policiales especializadas en la lucha contra los radicales en el deporte. Confían que la nueva medida permita rebajar los incidentes, que atemorizan a los aficionados del Barça y a quienes viven en la zona. “Organizan grupos de patrullaje por los accesos al transporte público para encontrar rivales. Territorializan los alrededores del campo de tal forma que los vecinos ya intentan no salir de su casa dos horas antes del partido”, lamentan. Ahora, si alguno de los cuatro sospechosos con las órdenes de alejamiento se aproximan a menos de 1.000 metros al Camp Nou, los Mossos los detendrán de manera inmediata por quebrantamiento de una orden judicial.
La medida pionera en el fútbol se aplica a cuatro de los seis detenidos por los incidentes del 14 de abril, donde además de agresiones a los aficionados del Eintracht, se lanzó pirotecnia contra los furgones policiales. Los seis arrestados suman más de 100 detenciones policiales. El que más, acumula 28, seguido de las 27 del segundo y las 24 del tercero, según fuentes policiales. Los Mossos detuvieron ayer lunes en el Vendrell al sexto sospechoso, que está pendiente de pasar a disposición judicial.
Los Boixos Nois cerraron la temporada pasada con un reguero de incidentes en las inmediaciones del Camp Nou -donde se producen la mayor parte de las peleas y enfrentamientos desde que tienen prohibido el acceso al estadio- que hace temer lo peor a los Mossos d’Esquadra a las puertas de la reanudación de la actividad futbolística. Empezó el 23 de noviembre, cuando diversos aficionados del Benfica atacaron el bar El Sabroso, uno de los lugares de reunión del grupo radical del Barça y atemorizaron a los vecinos de la zona. Boixos Nois se vengó el 28 de noviembre, atacando un bar tradicional de los aficionados del Espanyol, Los Cazadores, porque acusaban a uno de ellos de haber participado junto a los del Benfica en el ataque al suyo.
El 10 de marzo se dejaron ver de nuevo, en una agresión poco habitual a las fuerzas policiales. Diversos hooligans lanzaron pirotecnia en las puertas del Camp Nou, dirigida contra las furgonetas de la Brimo, los antidisturbios de los Mossos. El material, explican fuentes policiales, iba destinado a los aficionados del Galatasaray, pero como les impidieron encontrarse con ellos, lo tiraron contra la policía. Además, la Guardia Urbana encontró escondidos en unos matorrales de unos jardines de la zona, los Jardines Bacardi, unas lanzas caseras hechas con palos de madera y navajas y cuchillos atados en la punta. La intención, aseguran fuentes policiales, era también usarlas contra el equipo rival. La UEFA multó al Barça con 10.000 euros por esos incidentes porque se produjeron en las inmediaciones del Camp Nou.
El último de los episodios tuvo lugar el 14 de abril, contra los aficionados del Eintracht. Uno de ellos necesitó diversos puntos de sutura. Además, se repitieron los enfrentamientos con la policía. En este caso, los Mossos lograron contactar con la víctima en Alemania, que acabó declarando por lo ocurrido, lo que facilitó las detenciones.
Los Boixos viven un resurgir ya de antes de la pandemia. Sin público en el fútbol durante el confinamiento, protagonizaron altercados en una manifestación el 30 de octubre de 2020 en contra del cierre del ocio nocturno en el centro de Barcelona. “Fueron al cuerpo a cuerpo, tirando vallas contra la Brimo y atacando directamente a las unidades policiales”, explican fuentes de Mossos. La policía catalana identificó a 17 participantes en la agresión, de los que aseguran que forman parte de Boixos.
La Policía Nacional detuvo el pasado 2 de noviembre a 14 personas acusadas de formar parte del grupo y dedicarse al tráfico de drogas y a la inducción a la prostitución. Los Mossos también investigan algunos incidentes, como el ataque a un local de Vilanova y la Geltrú. La rama más violenta de los Boixos, los Casuals, acumula sentencias judiciales por extorsiones, asaltos a otros narcotraficantes y tráfico de drogas, entre otros. Una nueva rama de esa facción, según fuentes policiales, está especialmente activa en los últimos meses.
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