Shelly-Ann Fraser-Pryce se lleva el oro en el 100m del Mundial de Atletismo y Jamaica completa un triplete inédito
La vencedora bate el récord de los campeonatos y se convierte en la primera persona en ganar cinco Mundiales, mientras que sus compatriotas Sherley Jackson y Elaine Thompson-Herah obtienen plata y bronce
Es Eugene el territorio perfecto para las tiranías. En su pista, la de Hayward Field, se apropiaron los velocistas estadounidenses del podio del 100m este sábado. Y solo unas horas después, en la tarde dominical, son las jamaicanas quienes consuman el 1-2-3 en la misma distancia, un hito nunca antes logrado en categoría femenina. El oro, por quinta vez, más que nadie en la historia de los mundiales, es para Shelly-Ann Fraser-Pryce, que además borra del listado el récord de los campeonatos de la estadounidense Marion Jones para implantar el suyo propio: 10,67s. Se suman a la fiesta Sherley Jackson (10,73s) y la campeona olímpica en Río y Tokio, Elaine Thompson-Herah (10,81s).
Llegaban las tres jamaicanas con las mejores marcas de las ocho finalistas y la vitola de favoritas y aspirantes a repetir el triplete de los Juegos Olímpicos de Tokio. Pero todo podía pasar en una final de nivel, con dos eliminadas con marcas por debajo de los 11 segundos, marcas de altura, y el peligro latente que representaban tanto la británica Dina Ashier-Smith, como las estadounidenses Melissa Jefferson y Aleia Hobbs, especialmente motivadas por correr en casa.
El guion, sin embargo, imitó al de los Juegos de Tokio, solo que con las posiciones cambiadas. Fraser-Pryce tuvo la cuarta velocidad de reacción más rápida de las participantes, pero eso no fue determinante, desde la calle 6 volvió a tomar el mando, y se destacó claramente junto a su compatriota Jackson, que corría por la calle 3, y Thompson, la que más sufrió, no aguó la fiesta.
A sus 35 años, Fraser-Pryce sigue demostrando ser la más fuerte, y suma su segundo entorchado mundial desde que fuera madre por medio de una cesárea en 2017.
La retirada, a tenor de sus palabras, no parece cercana. “Mientras esté sana voy a competir. Estoy motivada y siempre creo que puedo correr más rápido. No voy a parar hasta que deje de creer eso”, dijo al acabar. Pese al triunfo, la campeona reconoció que no fue un 100m redondo para ella. “No fue una carrera perfecta”, dijo Fraser-Pryce, que admitió que no se encuentra en la mejor forma de su vida, pero que el resultado no pudo ser mejor.
“El secreto detrás de mi éxito es que soy una competidora. Un campeonato siempre es impredecible, pero te alegras de salir con una victoria”, afirmó. También aludió a su condición de madre. “Espero ser una inspiración para las mujeres al ser capaz de hacer esto a los 35 años, de seguir adelante tras tener un bebé”, dijo.
Quizá se esperaba algo más de la doble campeona olímpica Thompson-Herah, bronce en Hayward Field. Sobre todo, teniendo en cuenta que el año pasado en Eugene corrió el 100 metros en el segundo tiempo más rápido de la historia (10,54s). La atleta culpó a sus lesiones en el hombro y el aquiles de no haber podido hacerlo mejor, dado que hizo que perdiera muchas sesiones de entrenamiento en su preparación al Mundial.
Se les resiste a las jamaicanas así uno de los récords del mundo más longevos de la historia del atletismo, el de la estadounidense Florence Griffith Joyner, que dura ya más de 34 años. La prueba reunía todos los ingredientes para intentar fijar una nueva cota: el nuevo tartán del estadio Hayward Field, que se sometió a una renovación que duró dos años y terminó en la primavera de 2020, cuenta con un material sintético de más calidad, la revolución de las zapatillas ha influido para bien en las marcas, y el plantel de atletas garantizaba la lucha.
La dura refriega entre las jamaicanas, sin embargo, no llegó a ese nivel, aunque sirvió para que Shelly-Ann Fraser-Pryce batiera el récord de los campeonatos y asentara aún más un dominio que tiene su reflejo en un dato: en lo que va de siglo las jamaicanas han ganado seis de los once mundiales celebrados. Antes, en los siete precedentes, no consiguieron ni uno solo. Otra estadística: en los últimos ocho mundiales, solo las estadounidenses han podido romper su monopolio de la velocidad. Sucedió dos veces: en Daegu 2011 y en Londres 2017, el año que Fraser-Pryce no pudo participar por su embarazo..
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