La persistencia de España ante India vale unos cuartos del Mundial de hockey hierba
Las asiáticas comenzaron el duelo en combustión, pero las ‘RedSticks’ supieron rehacerse y madurar un partido en el que el único tanto del encuentro llegó a tres minutos del final
Aunque palideció de inicio, quizá porque es un equipo bien joven y nota la presión de jugar en casa (Terrassa), España supo rehacerse con el paso de los minutos y de las ocasiones, una persistencia que tuvo su recompensa en los compases finales del envite cuando ya amenazaba el fantasma de la rueda de los shoot-outs. Un zigzagueo de Clara Ycart y un remate oportuno de Marta Segú bastaron para que las RedSticks batieran a India 1-0 y se clasificaran para los cuartos de final del Mundial. Abrazos, besos, un coro con bailes y gritos de algarabía tras el duelo porque lo suyo le costó a España, premiada al fin por saber madurar el duelo a su favor.
Definida por su velocidad y verticalidad, India tenía mucha prisa por alcanzar las inmediaciones del área rival. Le valían los pases que saltaban líneas de presión y las conducciones hipersónicas de sus atacantes, carreras a toda pastilla que hacían recular a las españolas. Un ataque al abordaje que de inicio se le atragantó a las RedSticks, que apenas podían salir de la cueva. Circunstancia que se agravó con la tarjeta verde -expulsión de dos minutos- a Maialen García. Minutos de agobio que, sin embargo, India no supo materializar porque en el primer cuarto no le dio siquiera su tarjeta de presentación a la portera Melanie García. Por lo que a medida que se evidenció que al equipo indio le faltaba chispa en los metros finales, España cogió color y aire.
Le costó, en cualquier caso, construir desde la raíz porque la presión adelantada rival era tan valiente como efectiva, sobre todo porque también hicieron un marcaje individual sobre Gigi Oliva, la palanca y brújula que mueve a las RedSticks. Y sin Gigi no hay fiesta. Por lo que Xantal tiraba desde la defensa flicks -pases por arriba de más de cinco metros- que no encontraban destino; bolas perdidas y una España que era poco España porque no podía destilar esas posesiones largas y amplias para encontrar la profundidad. Pero bastó con un penalti-córner en contra ejecutado de mala manera por India para que las españolas salieran a la contra y se dieran cuenta de que podían poner en serios aprietos al oponente, pues tenían muchos metros para correr aunque con pocos obstáculos. Así llegó ese remate de Begoña García que no cogió puerta, esa conducción de Sara Barrios que pinchó Bea Pérez o ese penalti-córner que por poco no lo marca María López; incluso uno más que se convirtió en una triple ocasión desbaratada por la portera Savita, todo un muro.
Pero el envite era un correcalles y lo mismo hizo Mel bajo los palos y en otras dos ocasiones a los penalti-córner de Gurjit Kaur, además de un tiro torcido de Vandana para concluir la mejor jugada coral de India. Sudaba la gota gorda el seleccionador Lock, se azuzaban las españolas ante las dificultades y se lamentaban las indias. Aunque no había premio del gol. Algo que pretendió hacer Lucía Jiménez con dos remates a media vuelta, bolas que le guiñaban el ojo al larguero pero por arriba. Júbilo en la grada que veía como España le daba la vuelta al duelo, ahora mucho más gallarda en la presión, que también aguardaba con ilusión a que se escuchara Mi gran noche de Raphael, canción escogida para festejar los goles de las RedSticks. Pero se hacía de rogar porque España perdonó demasiado. Lo intentó con un chut Sara Barrios, persistió Lucía Jiménez con otro que solo el poste escupió, amenazó Gigi con un remate que desvió a tiempo la defensa india y, finalmente, se consiguió después de un eslalon fabuloso de Clara Ycart, de una asistencia que la portera repelió pero que Marta Segú completó en gol. España está en cuartos de final, el próximo miércoles contra Australia, que pasó a la ronda de forma directa al acabar primera de su grupo tras superar a Bélgica, Sudáfrica y Japón.
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