El doble reto de Marc Gasol con el Bàsquet Girona
El jugador, que disputará ante el Lleida las semifinales por el ascenso a la ACB, actúa de pívot en la cancha y de presidente fuera de ella
Aunque desde septiembre se iba sumando a los entrenamientos, Marc Gasol (Barcelona; 37 años) se lo comunicó al vestuario la noche antes, cuando noviembre tocaba a su fin. “Chicos, me uno al equipo”, soltó para alegría del Bàsquet Girona, entonces decimoquinto en la tabla y con cierta preocupación porque la categoría de LEB Oro se le estaba enredando. Desde entonces, las victorias se fueron acumulando y este fin de semana disputan la Final Four de ascenso a la Liga ACB, en la semifinal ante el Lleida (este sábado; 20.00 horas) y si pasa, contra el vencedor del Estudiantes-Palencia (17.30 horas). Doble motivo de satisfacción para Marc, pues no sólo es el pívot en la cancha sino que fuera es el presidente de la entidad que él mismo fundó en 2014 cuanto todavía jugaba en la NBA, en los Memphis Grizzlies.
Para Marc a los días le faltan horas porque se tiene que desdoblar, pues sabe cuándo entrará al parqué del Pabellón Fontajau pero no cuándo saldrá de las oficinas. “Me despierto muy pronto porque me gusta el silencio de las primeras horas, cuanto todos duermen, para poder visualizar cómo viene el día y prepararme para las reuniones o entrenamientos”, señala Gasol; “lo que pasa es que como jugador invierto mucho tiempo porque cada vez me hago más mayor y me cuesta engrasar la máquina, por lo que las jornadas se me hacen demasiado cortas después”. Trabajo no le falta porque a cada curso mejora el anterior. Fundó el club en 2014 con cinco equipos (dos infantiles, dos cadetes y un júnior), y ahora cuenta con 20, además del baloncesto 3x3 -en eso pone especial énfasis su hermano Pau, vicepresidente del club- y en silla de ruedas. “Estamos creciendo mucho como entidad”, reconoce; “con el primer equipo empezamos hace cuatro años ascendieron a la LEB Oro en 2019- y teníamos 150 aficionados. Ahora, organizamos una Final Four en la que las entradas se agotaron rápidamente, y contamos con 400 personas en la base, además de 70 formadores”, amplía con orgullo el presidente. Sucede, sin embargo, que en la cancha no actúa como tal.
“Consigue separar muy bien la presidencia del tema vestuario y nosotros lo hemos normalizado”, cuenta el alero Gerad Sevillano. “Es que es presidente cuando sale del vestuario”, añade el scolta Txemi Urtasun; “lo que no quita que de vez en cuando en plan de coña le llamemos presi o boss”. Interviene el base Albert Sàbat: “Aunque él acepta y hace bromas, tampoco le hacemos muchas porque le tenemos respeto, ¿eh? Y admiración por todo lo que hace por el club”. Así lo ve el técnico Jordi Sargatal, que le pone un poco de humor: “Bueno, broncas le puedo echar las justas… No, en realidad desde el principio es uno más y cuando se pone el mono de trabajo no es el presidente, sino que es Marc Gasol el jugador, que no es poco”. Aunque también se da la extraña situación de que deben resolver las primas en caso de ascenso -todavía no lo han cerrado-, donde Marc es parte y juez. “Seguro que se estira”, comentan divertidos los tres jugadores.
No es una tarea sencilla el ascenso, otro reto para un Marc Gasol hace pocos meses jugaba en el Staples Center. “Es uno de los mejores jugadores del mundo”, le reconoce Sàbat. Así lo explica su carrera, que tras ganar con el Akasvayu la FIBA Eurocup, ser designado el mejor de la Liga ACB en 2008 y superar el récord de Arvydas Sabonis al ser nombrado MVP en 11 jornadas, inició su carrera en la NBA con los Grizzlies. Fue tres veces All Star (2012, 2015 y 2017), fue el Mejor Jugador Defensivo en 2013 y ganó el título en 2019 con Toronto Raptors. Con la selección disputó 191 partidos y ganó por segunda vez el Mundial, en 2019, y también los Eurobaskets de 2009 y 2011, y las medallas de plata en los Juegos Olímpicos de 2008 y 2012 y en el Eurobasket de 2007. Ahora, sin embargo, viaja por toda España con autobús y se centra en subir a la ACB. “No es comparable con una final NBA. Pero cuanto más mayor me hago, más importancia le doy al presente porque tampoco me quedan muchos momentos así, de finales, de competición”, conviene Marc; “y mentalmente es lo mismo, pensar en el detalle, en el esfuerzo, en el trabajo que tienes por delante y disfrutarlo desde el sacrificio y el esfuerzo”.
En el equipo confían en él y su influencia en el juego. “No estuvo en Melilla y ese partido lo perdimos jugando bastante mal. Marc nos da cohesión, liderazgo y seriedad”, apunta Urtasun. “Nos da mucha confianza tanto en ataque como en defensa y aporta rigor y orden además de tapar los errores de los demás. Y encima, a pesar de quién es, no es nada egoísta y no le cuesta compartir el balón. Aunque está claro que en los momentos clave le buscamos a él porque marca las diferencias”, expone Sàbat. “Es el faro del equipo”, apostilla Sevillano; “por su juego y porque también nos ayuda mucho con sus consejos, incluso en las charlas tácticas. Es muy inteligente y ve más allá”. Sus números lo atestiguan, cinco veces MVP en jornadas de LEB Oro, con 23 partidos resumidos en 25,27 minutos, 14,8 puntos y 8,4 rebotes por encuentro.
Quedan dos partidos para saber si Gasol asciende con el Bàsquet Girona, aunque se resiste a desvelar si seguirá vestido de corto el año que viene. “No depende del resultado. Estoy centrado en jugar y la semana que viene será otra”, resuelve. “Cuando le hemos tanteado, tira balones fuera”, suelta Sevillano. “Espero que le haga ilusión seguir. Veremos después del fin de semana”, se suma Urtasun. “De momento no le apretamos, pero ojalá siga muchos años porque es una pasada tenerlo con nosotros”, remacha Sàbat. De presidente y de pívot.
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