Nadal, más cerca de Wimbledon: “Las sensaciones de ahora me dicen que hay posibilidades de jugar”
El campeón de 22 grandes, que viajará el lunes a Londres y se probará en una exhibición, confía en que el pie “se reorganice” y llegar al grande británico
A diez días del inicio de Wimbledon, la presencia de Rafael Nadal gana enteros. El tenista, reciente ganador en Roland Garros y del Open de Australia a comienzos de año, continúa tratándose del pie izquierdo y probándose después de someterse a un nuevo tratamiento de radiofrecuencia que, “de momento”, dice, “está siendo satisfactorio. Me ha permitido entrenar y para mí esto ya es un avance”. No obstante, el mallorquín ni asiente ni niega. Su participación en el torneo británico (del 27 de junio al 10 de julio) cobra fuerza y la decisión final se retrasará hasta la próxima semana.
Nadal, de 36 años, cogerá el lunes un vuelo a Londres para disputar la exhibición de Hurlingham y, una vez realizado ese último ensayo, maniobrará en un sentido u otro. De momento, el pie izquierdo del balear, el mal que tantos quebraderos de cabeza le ha producido a lo largo de su carrera y especialmente en estos últimos tiempos, progresa en la buena dirección. Así lo confirmó este viernes el deportista, que durante los cinco últimos días se ha ejercitado en las instalaciones del Mallorca Country Club; un club que albergará a partir de mañana el Mallorca Championships (de categoría 250) y que cuenta con unas pistas de hierba idénticas a las de Wimbledon.
“No es una cosa cien por cien inmediata, pero se notan cambios. Los he notado. Las sensaciones son un poquito extrañas, si soy honesto; me ha bajado el dolor articular que no me dejaba apoyar, aunque ocurren cosas extrañas. Con este tratamiento, a veces se me duerme una parte del pie y a veces otra; tengo como rampas [calambres] en la planta, pero según parece, es algo normal; en teoría, al cabo de unas semanas el nervio se reorganiza y envía las señales adecuadas, así que confiemos en que cuando esto se reorganice todo vaya bien. Estoy contento, llevo una semana sin ir cojo. He sufrido dolores, diferentes de los que tenía, pero para mí ya es un avance”, respondió el balear a la pregunta de EL PAÍS.
En cualquier caso, Nadal opta por ser prudente dados los antecedentes y no decidirá hasta última hora. El tenista de Manacor viajó a Barcelona el 7 de junio, solo dos días después de elevar su 14º trofeo en París, y allí se sometió a una nueva técnica reparatoria en la clínica Teknon que consiste en “pulsiones sobre los nervios periféricos” con el objetivo de adormecerlos y reducir así el dolor. Posteriormente, repitió. Cabe recordar que Nadal sufre una lesión congénita en el escafoides (síndrome de Müller Weiss) desde los inicios de su carrera profesional; el curso pasado le obligó a parar durante más de medio año y en este le azotó con fuerza en Roma, la antesala de Roland Garros.
“Mi intención es intentar jugar Wimbledon si hay alguna posibilidad, y las sensaciones de esta semana me dicen que hay posibilidades. Mi intención es viajar allí y si viajo es porque tengo la intención de jugar; si a medida que pasan los días las cosas no van como esperamos, ya veremos lo que sucede”, afirmó el español, actualmente número cuatro del mundo; “pero esto no es una cosa matemática. En Medicina no todo es matemático al cien por cien, y yo solo puedo hablar de lo que tengo certeza; de lo que no sé, no. Se han hecho dos sesiones, y de momento la evolución, a mi modo de entender, está siendo satisfactoria; lo que pueda pasar dentro de cinco días…”.
Esta temporada, Nadal ha registrado 30 victorias y únicamente tres derrotas. Su 2022 se sintetiza en los títulos de Melbourne, Open de Australia, Acapulco y Roland Garros, además de la final que cedió en Indian Wells contra el estadounidense Taylor Fritz. Un duelo que disputó lesionado tras haber sufrido el día previo “una fisura de estrés del tercer arco costal izquierdo”.
“Cada día he ido mejorando a nivel de sensaciones tenísticas y el hecho de haber jugado bien en París te da confianza”, subrayó. “Y si todo va bien, me queda una semana de entrenamiento en Londres. En el caso de poder completarla, confío en llegar competitivo. La hierba es una superficie muy difícil, y cuando uno lleva los años que lleva sin jugar, como es mi caso [la última vez que compitió sobre el césped fue en 2019], cualquier ronda es complicada. El comienzo del torneo va a ser vital para mí. Se trata de coger ritmo y sobrevivir a las primeras rondas como sea. Me hace ilusión y confío en que las cosas vayan bien”, concluyó.
LA HIERBA, HOSTIL PERO NO TANTO
Tradicionalmente, la hierba es un terreno que ha afectado sobremanera a las rodillas de Nadal. Las posiciones y, sobre todo, la flexión a la que obliga el registro verde para golpear la pelota desde una posición baja han castigado sus articulaciones. Sin embargo, él no considera que deba perjudicar más al pie dañado que la tierra batida o el cemento.
“No creo que sufra más en el césped. Desde un punto de vista lógico, la hierba es más suave que otras superficies más duras. Los entrenamientos de esta semana han sido positivos y he podido tener continuidad durante estos días, así que el balance es bueno”, valora el tenista de Manacor, que confirmó la noticia adelantada esta semana por la revista ¡Hola!
“Si todo va bien, voy a ser padre”, afirmó Nadal, que en los últimos días apenas ha dispuesto de tiempo para el descanso —las visitas a Barcelona, el acto de graduación de los alumnos de su academia y los entrenamientos— y que es muy consciente de la imprevisibilidad de su deporte. Más aún del césped.
“En esta superficie, todo se magnifica. Suceden cosas más inesperadas”, matiza, a la vez que se refiere a la soberanía de él (36 años), Federer (40), Djokovic (35) y, esporádicamente, Murray (35), durante los últimos 15 años. “Se ha vivido una época un poquito más previsible, pero no es lo que ha pasado históricamente en nuestro deporte”, recuerda, mientras algunos periodistas le plantean la posibilidad de atrapar el Grand Slam; es decir, ganar los cuatro grandes en el mismo año.
“Si no me equivoco, el último tenista masculino que lo ha conseguido es Rod Laver [en 1969]. Estuvo cerca Djokovic el año pasado, pero si no lo ha hecho ninguno en no sé cuántos años, es difícil pensar que alguien con 36 años pueda hacerlo”, zanja.
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