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Hansi Flick ultima el despegue de Alemania

El gran rival de España en Qatar suma 13 partidos invicto y gana en versatilidad y buen juego de la mano del técnico

Flick charla con los jugadores de Alemania en Bolonia.
Flick charla con los jugadores de Alemania en Bolonia.ALBERTO LINGRIA (REUTERS)
Diego Torres

Durante décadas los aficionados al fútbol de Alemania recordaron a Hansi Flick como el hombre que asistía impotente al gol de Rabah Madjer. La secuencia era un estándar del folclore bávaro. El argelino recibía de espaldas a la portería del Bayern y liberaba el taconazo más puro de la historia del torneo antes de que el balón rodara como un tiro junto a un rubio espantado que solo atinaba a mover la pierna derecha en un gesto convulsivo sobre la raya de gol. El 1-1, antesala de la victoria del Oporto en la final de la Copa de Europa de 1987, retrató a Flick como el antihéroe. Viva imagen del perdedor en un país obsesionado con el espíritu de victoria.

Flick es hoy una de las personalidades más queridas de Alemania. Si el sextete que conquistó con el Bayern le proporcionó una reputación nueva, su mudanza a la selección ha generado optimismo. El empate 1-1 contra Inglaterra, el martes en la segunda jornada del Grupo C de la Liga de Naciones, no apagó la felicidad de la hinchada ante la evolución de una selección que acabó el Mundial de 2018 eliminada en la fase de grupos. El nuevo entrenador de la Nationalmannschaft salió del campo declarando su fe tranquila tras un resultado más relacionado con la casualidad —el penalti a Kane— que con la producción futbolística. “Jugamos al fútbol tal y como nosotros lo imaginamos”, dijo. “Y fue espectacular”.

Impasible, sin aparente gracia, pero provisto de un don para inspirar confianza en el prójimo, Flick constató lo que se hizo evidente en el Allianz Arena. Que Alemania, gran rival de España en la fase de grupos del Mundial de Qatar que arranca en noviembre, amenaza con despegar como un cohete después de un lustro de herrumbre. En los 13 partidos que lleva disputados —invicto—tras la dimisión de Joachim Löw el sucesor ha demostrado ser muy capaz de elevar el juego del equipo por encima de las limitaciones que presenta la sequía de grandes talentos que los ojeadores atisban en la cantera nacional.

No hay a la vista un Matthäus, ni un Möller, ni un Rummenigge, ni tampoco un Lahm, un Kroos o un Özil. Tampoco el Bayern ofrece la clase de dinastía dominante que consolidó al equipo nacional cada vez que le acompañó el éxito. Ante Inglaterra solo se alinearon tres jugadores de campo del club bávaro —Kimmich, Musiala y Müller— y, sin embargo, Alemania desplegó un juego que por momentos resultó abrumador. “Si jugásemos una liga de diez partidos contra Inglaterra, ganaríamos casi todos”, dijo Müller, quitándole importancia al empate y destacando el “buen lenguaje corporal” que detectó en sus compañeros, asombrosamente cómodos en el 3-4-3 que organizó Flick contra su costumbre de formar defensas de cuatro.

”Centrales estables”

”Si tienes centrales estables te puedes plantear jugar con defensa de tres”, dijo el técnico, que apuntalándose en Klostermann, Rüdiger y Schlotterbeck, subsanó la carencia de volantes puros y laterales de primer nivel en el concierto de la Bundesliga.

“¿Cómo construyes tu equipo de fútbol si eres un entrenador de verdad y no el comercial de una idea?”, se pregunta Raúl Caneda, que entrenó a la Real Sociedad y al Almería, y durante años ha hecho informes para clubes de la Premier. “Miras dónde están tus mejores jugadores: si tienes tres centrales extraordinarios tienes que ponerlos a jugar, porque la táctica no depende de tus gustos, sino de tus mejores jugadores. Cuando tienes centrales capaces de darle ventajas a las jugadas, haces lo que hace el Liverpool: acabar con los dos laterales al mismo tiempo como los hombres más avanzados. Y si consigues ser dominador con un 3-4-3 frente a un adversario que presenta un sistema con defensa de cuatro, puedes provocar grandes desequilibrios. Lo vimos en el 4-2 de Alemania contra Portugal en la última Eurocopa”.

Contra Inglaterra, en muchas fases del partido los alemanes más profundos fueron los carrileros, Raum y Hofmann, utilizados como verdaderos arietes bajo la dirección de Havertz, que ofició de falso nueve. La circulación fue tan fluida que Alemania finalizó las jugadas casi siempre por dentro y sin necesidad de colgar centros. Si España en esta Liga de Naciones suma 16 centros en dos partidos, Alemania no pasa de ocho.

Cuando perdieron el balón, los mismos Raum y Hofmann saltaron a presionar a los centrales ingleses en un arrebato de osadía del más puro estilo Flick. “Estoy muy orgulloso de mi equipo porque hemos presionado a Inglaterra y los hemos forzado a lanzar en largo y tirar balones fuera”, celebró el técnico. “Estos partidos nos servirán para saber en qué camino estamos en la preparación del Mundial”.

Puede que Alemania deba encontrar la senda. Hansi Flick no tiene dudas de que la suya comienza y acaba en Bammental, su pueblo y su lugar de residencia, en Baden-Wurtemberg, patria chica del hombre que ya casi nadie identifica con el taconazo de Rabah Madjer.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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