Tiger Woods no participará en el US Open
El campeón de 15 grandes, de 46 años, no se encuentra fuerte físicamente para jugar el tercer grande de la temporada
El cuerpo de Tiger Woods ha dicho basta. El campeón de 15 grandes no puede más. El estadounidense, de 46 años, ha confirmado este martes que no participará en el US Open, que se disputa la próxima semana en Brookline, en Boston, y en el que Jon Rahm defiende la corona que conquistó hace un año. “Mi cuerpo necesita más tiempo para fortalecerse para un grande. Espero estar listo para jugar en Irlanda y el Open Británico el próximo mes”, ha expresado Tiger, que tiene especialmente señalado el último major de la temporada, 150ª edición y en la cuna de Saint Andrews.
Tiger ha estirado su resistencia el máximo. Después de romperse la pierna derecha en un accidente de coche en los Ángeles a principios del año pasado, el mito reapareció por sorpresa en el último Masters de Augusta. Woods volvió a jugar 508 días después, precisamente desde el Masters de la pandemia, en noviembre de 2020, y aunque brilló con una primera ronda de uno bajo el par, firmó luego vueltas de dos arriba, más seis y más seis para bajar al puesto 47, la peor clasificación en su jardín de Augusta. Literalmente, terminó cojo, arrastrando la pierna y con evidentes gestos de dolor. Fuera de la lucha por la chaqueta verde, su concurso fue un homenaje continuo a lo largo de 18 hoyos de una afición que reconocía el sufrimiento de una leyenda. “He disfrutado de él como jugador y como espectador. Me he emocionado. Estando como está, es increíble que haya jugado cuatro días, cojeando. Se nota que en cada momento intenta todo lo que puede”, expresó Rahm, que compartió con él la última ronda.
El lunes siguiente lo pasó Tiger sumergido en baños de hielo para calmar un cuerpo machacado ya por cinco operaciones de rodilla y cinco de espalda. Y aun así aceleró otra vez para disputar en mayo el Campeonato de la PGA, segundo major del curso, en Southern Hills, en Tulsa, Oklahoma. Hasta que reventó. El sábado, después de firmar nueve golpes sobre el par en el día, se retiró por primera vez de un grande en su imperial carrera. “Es increíblemente resistente. Sufre en cada swing, pero es el mejor profesional. Si hubiera sido yo, me habría planteado retirarme e irme a casa, pero Tiger es diferente. Ha sido un esfuerzo monumental”, se rindió McIlroy, compañero de ronda los dos primeros días. La tercera resurrección seguida no ha sido posible. El Tigre cuida sus heridas para el Open Británico.
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