Jimmy Butler arrolla a Boston y fuerza el séptimo partido de las finales del Este en la NBA
Una exhibición antológica del alero de Miami Heat (47 puntos) priva a los Celtics de avanzar a la lucha por el título, donde ya esperan los Golden State Warriors
Al término del encuentro, Udonis Haslem, mítico cuarentón de los Miami Heat, se acercó a los micrófonos de la televisión americana y, todavía con la equipación de partido, dio las gracias a Draymond Green. El ala-pívot de los Golden State Warriors no estaba en el TD Garden de Boston, ni siquiera en Massachusetts. Pero Haslem tenía sus motivos. Unas horas antes, tras certificar su pase a las finales de la NBA ante los Dallas Mavericks, Green había dado por hecho que su equipo, los Warriors, se enfrentaría a los Boston Celtics en la lucha por el título de la NBA. No pensó lo mismo Jimmy Butler, que, en una noche de expiación, rompió en mil pedazos el vaticinio de Green y forzó el séptimo partido de las finales de la Conferencia Este (103-111) con una exhibición sin precedentes (47 puntos, máxima anotación de su carrera en los playoffs).
Era la única posibilidad de los Heat, que llegaban a Boston con malas sensaciones, al borde de la eliminación —obligados a ganar— y sin Tyler Herro, baja por tercer partido consecutivo por unas molestias en la ingle. Los Celtics, muy favoritos en las apuestas, habían dejado a los de Erik Spoelstra en menos de 82 puntos en los dos últimos encuentros. Con todo, nada hacía presagiar que, ante una marea verde de 19.000 almas, Jimmy Butler obraría lo imposible.
En el único duelo de la eliminatoria igualado de principio a fin, el alero de los Heat se convirtió en el jugador con más partidos de 40 puntos en estos playoffs (cuatro), por delante de Luka Doncic y Giannis Antetokounmpo (tres). Acompañado por el acierto en el tiro de sus compañeros (43% en el triple), Butler se impuso a todas las predicciones, que, atendiendo a los dos últimos duelos de la serie, apuntaban a una victoria cómoda de los Celtics para llegar a sus primeras finales de la NBA desde 2010.
No fue así. Aunque Jayson Tatum hizo todo lo posible. El alero de los Celtics, lejos de su mejor nivel en las anteriores derrotas de Boston en la serie, selló una noche magnífica en lo individual (30 puntos), mejorando sus porcentajes en todos los apartados del juego: 75% en tiros de campo, 57% en el triple y 100% en tiros libres, donde anotó los ocho lanzamientos que intentó.
No fue suficiente ante el frenesí de Butler, que se echó el equipo a la espalda en un encuentro que llegó a los dos últimos minutos con empate en el marcador. Ahí, con la hinchada de Boston elevando el bullicio a decibelios insospechados, el ‘23′ de los Heat, ayer de blanco, miró el marcador y, ante la urgencia del reloj de posesión, entró a canasta como una exhalación para forzar un 2+1 ante la defensa inservible de Al Horford. Bam Adebayo, que esperaba ya bajo el aro, celebró con rabia la acción de su compañero. Pat Riley y Alonzo Mourning, trajeados, hicieron lo propio desde la grada.
Poco después, a falta de 46 segundos para la conclusión, los Heat disponían de un saque de fondo con solo dos segundos de posesión restantes. Todos los ojos, claro, apuntaban al mismo. Defendido por un correoso Marcus Smart, Butler recibió el pase bombeado de Max Strus y, tras un amago de reverso, se alzó ante el banquillo de Boston y convirtió la canasta sobre la bocina. Seis de ventaja para los Heat. Silencio.
Los Celtics recortaron distancias en la siguiente acción y, a 15 segundos para el final, gozaron de un ataque para servir un final no apto para cardiacos. Decidido, Jaylen Brown entró directo a canasta, pero no contó con la pillería de Victor Oladipo, que se petrificó bajo el aro para, revisión mediante, provocar una falta en ataque que sería definitiva. Gloria para Jimmy Butler y victoria, una más, para los Heat, que recibirán a los Celtics en Florida para decidir quién avanza a las finales de la NBA. Con todo, la sensación es que el verdadero ganador de la noche es el equipo que allí les espera: los Golden State Warriors.
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