Superman López abandona el Giro de Italia antes de llegar al Etna

En la cima del Etna se esperaba el vuelo de Miguel Ángel Superman López, pero el extraordinario escalador colombiano no llegó ni a su base. Se descolgó del pelotón nada más partir de Avola la cuarta etapa del Giro de Italia. Aunque las primeras informaciones llegadas de la carrera informaban de que el ciclista de Pesca, Boyacá, se había visto envuelto en alguna de las dos caídas que se produjeron, su equipo, el Astana, precisó poco después que López sufría desde hace días dolores en la cadera. Antes de comenzar prácticamente la carrera, se retiró uno de los llamados favoritos del Giro sin favoritos.

En una de las caídas, en la travesía de la hermosa ciudad barroca de Noto, se vieron envueltos su compañero de equipo David de la Cruz y el inglés Simon Yates, otro de los grandes favoritos y ganador de la contrarreloj de Budapest. Poco después, Yates se descolgaba hasta el coche de los médicos, que le curaron la rodilla derecha, y siguió sin más problemas. La segunda caída, en la carretera que asciende hacia el interior escarpado de Sicilia y gira al norte de la isla, almendros azotados por un viento fuerte, la provocó una moto de la organización. López ya estaba entonces retrasado en compañía de su compañero y compatriota Harold Tejada, que esperaba para ayudarle si decidía continuar. Sin embargo, se bajó de la bicicleta y se montó en el coche de su director, Stefano Zanini. “Miguel Ángel venía sufriendo problemas musculares desde Hungría”, señaló Zanini a los micrófonos de la RAI. “Ha intentado seguir de cualquier manera, pero le era imposible pedalear”.

Como el veterano jugador de póker que parece, y todos los viejos directores deportivos ciclistas eran más que nada jugadores de póker, faroleros, mentirosos, impávidos ante la realidad que les desmentía, Beppe Martinelli, el jefe táctico del Astana, declinaba la víspera su catecismo táctico, todos los mandamientos del mundo que se resumen en uno. “Este Giro se ganará yendo a rueda”, decía Martinelli. “Hay muchos favoritos, pero ninguno es tan superior a los demás como para marcar diferencias. Y, vale, Superman es hombre de ataque, pero sabré convencerle de que no se puede atacar así como así todos los días. Así que hay que seguir siempre a rueda y tener siempre en la cabeza que después de una etapa siempre hay otra, siempre hay un día después”. No habrá día después para Superman, quien durante el desayuno, pocas horas antes de la etapa, se mostraba esquivo y poco hablador con el periodista que le quería sacar una frase redonda, hija de su decisión y determinación. No podía, claro, anticipar que solo daría cuatro pedaladas y se bajaría de la bicicleta.

Para López, que iniciaba una nueva etapa en su carrera con su regreso a su Astana de toda la vida después de interrumpir a los nueve meses su contrato con el Movistar, es el segundo abandono consecutivo en el Giro después del que protagonizó en el Giro de 2020, también en Sicilia, la isla que no le quiere, también un día de viento. Entonces se cayó él solo, en la gran avenida de Palermo, cuando una racha de viento le hizo perder el control de su cabra en la contrarreloj inicial. Sufrió graves heridas en el muslo, que retrasaron su preparación para la temporada de 2021, la de su debut y despedida del Movistar, equipo con el que no concluyó ni Tour ni Vuelta.

El Giro es, sin embargo, la carrera en la que ha conseguido sus mejores resultados. Terminó tercero en el de su debut, en 2018, y séptimo en el de 2019, en el que también fue protagonista cuando respondió con una agresión a aficionados eslovenos que le hicieron caer en los últimos kilómetros de la ascensión al monte Avena, en la penúltima etapa.

El veterano Vincenzo Nibali, siciliano, se queda como único líder del Astana.

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