El Levante doblega a la Real y se acerca a la orilla
El equipo de Alessio puede con el conjunto txuri-urdin y se arrima a una salvación que hace pocas semanas parecía imposible
Durante la semana, el mantra granota para el final de temporada ha sido ganar cuatro de cuatro. La permanencia pasaba por no volver a fallar en las jornadas que restan para llegar al final de curso. La tarea, épica, era una condena para un equipo que sólo había ganado cinco tristes partidos en 34 jornadas de liga. Su desesperada aventura para ganar la orilla de la salvación apuntaba a drama. El Levante, condenado al descenso desde la primera vuelta, donde sumó ocho pírricos puntos, se ha revuelto furioso en el tramo final contra su destino y su sentencia. A 10 puntos de la salvación hace 11 jornadas, el pelotón de Alessio durmió este viernes a tres puntos del mayor reto al que se ha enfrentado desde que regresó a Primera y queda a la espera de ver qué sucederá en los enfrentamientos Mallorca-Granada, Celta-Deportivo Alavés y Cádiz-Elche. Lo contrario le sucede a la Real, pues llevan una racha negra de dos puntos sobre los últimos 12 en juego y se alejan de la Liga de Campeones. No le fue mejor en el duelo ante el Levante, donde la delantera nórdica de la Real se estrelló contra Cárdenas y el travesaño.
Aunque divertida, la primera mitad se quedó sin goles. Cárdenas y Remiro, reinaron. La primera incursión vasca mostró la mejor versión de Isak, también la de Dani Cárdenas. El sueco, más bien un jugador de fútbol sala brasileño en esta acción, se cambió el balón de pie, lo pisó para sentar a un central y luego lo picó sobre la salida del meta, que, hecho un ovillo cuando iba al suelo, adivinó la intención del delantero, y sacó una mano para desviar a córner. Los metros a la espalda de la defensa adelantada del Levante fueron roídos por la potente delantera nórdica de Imanol. Los centrales granota, lentos para correr hacia atrás, sufrieron un partido tormentoso para detener a Isak y Sorloth, lanzados al espacio por los talentosos Silva, Rafinha o Merino. El gigantón Sorloth cabeceó al palo a la media hora de juego y dos minutos después Isak dejó temblando el travesaño de un potente disparo con pierna izquierda.
La Real dominaba, pero la exuberancia de sus atacantes no producía goles y el Levante, sometido, solo generaba peligro cuando Morales transitaba en dirección a Remiro. Antes de que el Comandante apareciese, Son sacó palos a un tiro de Gorosabel. Dos errores en salida de balón de la formación txuri-urdin alentaron al Levante. Las dos veces, las negó Remiro. Al Comandante le prohibió el gol el meta navarro cerca del descanso. Dani Gómez le entregó un gran balón, pero el capitán granota disparo muy centrado y Remiro lo rechazó, primero con el pie izquierdo y luego con la mano derecha. Morales, que continúa capitalizando toda la ofensiva azulgrana, se encontró de nuevo con el portero en el descuento, tras un error impropio de Merino. A su lado le faltaba el corazón de Roger, que acababa de salir de lesión y aguardaba, mordiéndose las uñas, en el banquillo.
Con Isak, Sorloth y Morales opositando a marcar, el gol lo consiguió un actor inesperado: Jorge Miramón. El lateral derecho granota, siempre muy alto, recibió de Campaña y marcó de disparo cruzado al segundo palo. Remiro llegó a tocar, pero no pudo impedir el tanto, primero en la temporada del defensor azulgrana. El segundo goleador del partido, por la ejecución del remate, tampoco se esperaba. De cabeza, oficiando de 9, David Silva, que regresaba al once tras cumplir dos partidos de sanción, empató tras un centro de Gorosabel precedido por otro disparo al travesaño de Isak. Cuando Isak, de espaldas, maldecía su suerte, por el otro lado, Silva cabeceaba a gol. El sueco, negado en el Ciutat de València, no vio el tanto de su compañero, que llegó cuando Alessio había retirado a Dani Gómez y Campaña para fortalecer el centro del campo.
Marcó Roger, ya en el campo, pero su gol fue anulado por fuera de juego de Morales. En el área contraria, Silva estrelló un balón en el pecho de Róber Pier con Cárdenas en el suelo. El nudo del Ciutat de València no se desenredó hasta que Alberola Rojas castigó con penalti un codazo de Diego Rico sobre Roger, en una acción protestada, por rigurosa, por la Real. Gonzalo Melero definió tranquilo y marcó un gol que acerca al Levante al reto más exigente al que se ha enfrentado jamás desde que volvió a Primera División.
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