La respuesta correcta es libertad
‘Las futbolistas que desafiaron a Mussolini’ contagia la emoción de aquellas pioneras que fundaron un equipo de fútbol em tiempos del dictador italiano
El entorno. Qué importante es. Por ejemplo, para una niña italiana de 16 años de principios del siglo XX que sueña con ser futbolista. Lo tiene todo en contra —un régimen totalitario emergente que se suma al machismo que viene de serie en cualquier sociedad, el rechazo comunitario a las novedades o la ausencia de referentes deportivos, por ejemplo— y, sin embargo, cuando llega a casa y le dice a su madre que le encanta jugar al fútbol y que quiere montar un equipo, esta le contesta: “¿Y es divertido?”. Con naturalidad. Sin enjuiciar. Sin extrañeza. Y entonces esa niña, cuando la persona del mundo que más la quiere le explica con su respuesta lo que es la libertad, decide seguir adelante y empezar a cambiar el mundo.
Las futbolistas que desafiaron a Mussolini (Altamarea), escrito por la periodista italiana Federica Seneghini, da forma de novela a la historia de un grupo de mujeres que decidió romper el statu quo y fundar un equipo de fútbol. Lo hicieron con la ayuda de todas las personas que estaban a favor del progreso. Y pese a los obstáculos que interpusieron todos y todas las que preguntaban qué hacían unas mujeres jugando al balompié, si eso era una cosa de hombres —Mussolini, al igual que casi todos los dictadores, vio en el deporte un interesante vehículo propagandístico de sus ideas—.
Un libro que tiene algo de épica cotidiana y que contagia la emoción que debieron de sentir aquellas pioneras cuando vieron publicada en los periódicos de la época la carta que habían enviado para buscar jugadoras. Y aún más cuando comprobaron la cantidad de mujeres que querían (que estaban deseando) jugar al fútbol. Que transmite la injusticia y la tristeza cuando una joven se acerca al local para sumarse al equipo y, ante la pregunta de si lleva consigo el consentimiento paterno, se da media vuelta llorando.
Y la pasión con la que pelearon por sacar adelante su suelo, concentrada en las palabras de Rosetta, una de las protagonistas: “…del fútbol me emociona todo: las dinámicas de grupo, los vestuarios, el objetivo, la unión para conseguirlo, solventar las dificultades, la comunicación. El partido, los entrenamientos, los considero una vida en pequeño. El fútbol es un deporte de relaciones. Quizás por eso me gusta tanto, porque veo en el fútbol una vida en miniatura, tal vez una incluso mejor que la que nos ha tocado vivir en estos tiempos”.
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