Marc Márquez sufre un traumatismo craneoencefálico tras una fuerte caída en el GP de Indonesia

Marc Márquez (Cervera, Lleida; 29 años) salió volando durante la sesión de calentamiento matinal del GP de Indonesia y tuvo que ser evacuado al hospital. Era la mañana del domingo y el de Honda buscaba la manera de recuperar sensaciones con su moto, esa que tanto ha cambiado este invierno y con la que le cuesta entenderse. Tendría que salir a la carrera desde la 14ª posición de la parrilla tras un mal fin de semana, así que le tocaba poner de su propia cosecha lo que le falta a la máquina.

Pero la máquina pudo con el piloto, que fue expulsado bruscamente por su moto en plena curva: en el momento de abrir gas, el neumático trasero perdió el agarre, hizo un movimiento brusco y provocó una violenta sacudida de la Honda, que lanzó a Márquez por los aires. El impacto contra el asfalto fue bestial.

Pese a la terrible caída, Márquez se levantó del suelo por su propio pie. Podía caminar, pero se le veía muy aturdido. Fue evacuado en helicóptero al hospital, donde se le diagnosticó un “politraumatismo y un traumatismo craneoencefálico con consciencia inestable” que le impediría tomar la salida del segundo gran premio de la temporada.

“Márquez ha sufrido un traumatismo de alta energía”, explicaba el doctor Ángel Charte a los micrófonos de DAZN. “Después de las diferentes pruebas realizadas en el hospital, de acuerdo con el piloto y con el equipo, hemos decidido considerarlo no apto para la carrera”, añadía. Charte explicó que un traumatismo de esas características requiere que el paciente permanezca en observación entre 12 y 24 horas. De ahí la decisión de no competir.

El 93 tuvo así que ver por televisión cómo ganaba bajo la incesante lluvia un magnífico Miguel Oliveira. Fabio Quartararo y Johann Zarco acompañaron al portugués en el podio tras una carrera que tuvo que retrasarse más de una hora por las condiciones meteorológicas.

Pilotar la Honda distinto

La del domingo por la mañana fue la cuarta caída de Márquez en tres días en Indonesia. El viernes, perdió el control de su moto en la segunda sesión de entrenamientos. Y volvió a ocurrirle lo mismo durante la sesión de clasificación del sábado, cuando tuvo dos accidentes casi idénticos que le impidieron pelear por la pole position y le alejaron de los primeros puestos de la clasificación del sábado.

Aquellas tres caídas, sin embargo, fueron distintas, además de más leves. En esas tres primeras ocasiones, perdió el control del tren delantero cuando buscaba los límites de su moto; en la caída de este domingo fue el tren trasero el que cedió. Y la brutalidad del accidente fue mucho mayor. También sus consecuencias.

Los porqués, sin embargo, convergen en una misma explicación. El de Cervera no se siente cómodo con su nueva Honda. Desarrollada para convertirse en una moto más democrática y manejable, la transferencia de pesos se ha desplazado del tren delantero al tren trasero, lo que obliga al catalán a pilotarla de manera distinta a como lo hizo desde su debut en MotoGP.

Márquez empezó la temporada feliz por sentirse, al fin, recuperado de los problemas físicos que le lastraron los últimos dos años desde que sufriera una fractura del húmero del brazo derecho en julio del 2020. Una caída con un traumatismo craneal cuando practicaba motocross le provocó en octubre del año pasado una diplopía, un problema de visión doble. Le costó tres meses recuperarse de esa inflamación del nervio óptico. Y otro tanto ponerse en forma y no sentir dolor cuando empezó a acumular horas de entrenamiento en moto a finales de enero. Justo cuando empezaba a encontrarse bien físicamente, volvió a caer. Y a hacerse daño.

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