Marc Márquez: “He vuelto a montar en moto porque mi visión está perfecta”
El piloto de Honda se entrena en una pista de motocross después de tres meses y confía en poder empezar la pretemporada en Malasia
Marc Márquez asegura estar muy contento. Está aliviado, pero, matiza, “con tensión”. El calvario de lesiones por el que ha pasado desde que en julio del 2020 se fracturara el húmero del brazo derecho, las tres operaciones por las que tuvo que pasar y la posterior lesión en el ojo derecho, donde sufrió un problema de diplopia (visión doble) que le impidió terminar la temporada, le hacen ser muy cauto. Con lo que dice. Y con lo que espera. Pero lo cierto es que a su habitual positivismo se añade ahora la confirmación médica: “Tengo la visión perfecta”, afirma.
El corredor de Honda, de 28 años, se conectó a la conferencia de prensa de los pilotos de Honda este mediodía después de participar también en la presentación de inicio de temporada de la fábrica japonesa por videoconferencia y desde su casa en Cervera (Lleida). Y todo lo que dejó fueron buenas noticias y buenas sensaciones. Siente que está recuperado. De su problema de visión y de su lesión en el brazo. Aunque sabe que debe cuidarse mucho e ir paso a paso.
La diplopia que ha padecido desde que sufriera un accidente cuando se entrenaba practicando enduro a principios de noviembre parece haberse solucionado con el tratamiento conservador por el que él y el doctor Bernat Sánchez Dalmau –el mismo que ya le trató cuando sufrió el mismo problema en 2011– apostaron al inicio. Tras comprobar en la última revisión esta misma semana la evolución de la dolencia, el oftalmólogo convino con el deportista que no sería necesaria una operación quirúrgica, como sí ocurrió la primera vez. Y le dio permiso, además, para volver a montar en moto, algo que no hacía desde que se cayó y sufrió el traumatismo craneal que le provocó esos problemas de visión.
“Elegí entrenarme en motocross primero porque fue la moto con la que me lesioné; y, en segundo lugar, porque es una moto y una pista realmente exigente. Hay muchos saltos y tienes que ser muy preciso”, explicaba. Nunca le gustaron las cosas fáciles.
Márquez tenía una parálisis del cuarto nervio del ojo derecho en la que estaba involucrado también el músculo oblicuo superior del mismo ojo. Exactamente, la misma lesión por la que se perdió, también el final de la temporada 2011. Entonces no regresó hasta la primera carrera del curso, en Qatar a mediados de marzo. En esta ocasión, parece que el corredor sí podrá estar en los entrenamientos de pretemporada.
“Ha sido un proceso muy lento, pero eso ya lo sabíamos cuando conocimos qué tipo de lesión tenía”, afirmaba Márquez. Ahora trabajará en la elaboración de un plan en el que la prioridad será siempre su estado físico, que sabe que debe cuidar al máximo. Su equipo está intentando organizar un entrenamiento con una Honda CBR de 1000cc o con una Honda RCB, máquinas de velocidad con las que testear su condición física en un circuito de asfalto. Quiere ponerse a prueba y ser capaz de rodar a 300 km/h, solo, durante toda una jornada, antes de confirmar que estará, como es su intención, en los primeros tests oficiales de la pretemporada de MotoGP en Malasia, el 5 y el 6 de febrero. A estos les seguirán los primeros entrenamientos del 11 al 13 de febrero en el circuito de Mandalika, en Indonesia, que se estrena este año en el calendario.
A partir de ahora, Márquez, se centrará también en preparar su hombro derecho para que pueda resistir toda la temporada, para evitar irritaciones e inflamaciones en un brazo que, asegura, hoy está mejor que como terminó el curso pasado.
“Desde el punto de vista mental este fue uno de los momentos más difíciles de mi carrera. Ya es el cuarto invierno que estoy mal, primero fue el hombro derecho, luego el izquierdo, de nuevo el brazo derecho y cuando parecía que empezaba a mejorar, después de ganar otra vez en Misano, de sentirme bien, llegó otra lesión”, concedía.
Márquez logró tres triunfos la temporada pasada. El primero en Sachsenring, el segundo en Austin, tras un podio en Aragón, los tres circuitos con mayoría de curvas a la izquierda, hasta que confirmó su mejoría en Misano, un trazado con más curvas a la derecha y más duro físicamente para él. Ganó. Señaló su brazo derecho. Había vuelto. O eso pensaba. Porque fue la última carrera en la que compitió. Unos días después, antes de las citas finales en Portugal y Valencia, se dañó el ojo.
“Cuando tienes este tipo de lesiones todo está sobre la mesa. Incluida la posibilidad de no volver a pilotar una moto”, confesó. Conocía la sensación, pues ya la vivió diez años atrás. Y fue igualmente compleja: “Es difícil, porque no sabes nada de tu futuro”.
Este último mes de enero, cuando seguía en el aire una posible intervención quirúrgica, empezó a notar una mejoría considerable. Volvió a montar en bici. Y en bici de montaña.
Este jueves se montó en moto por vez primera en tres meses.
Y ya solo trabaja en poder estar en plena forma a principios de curso. La primera carrera del año se celebra el 6 de marzo en Qatar.
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