Athletic: ante la duda, coraje
Es maravilloso llegar de tapado, sin sentirse ofendido porque los focos apuntasen en otras direcciones
Entre las dudas tal parecía que Athletic y Atlético querían llegar a la final de la Supercopa más por no perder que por ganar. Tan así estaba el asunto que el gol del Atlético apareció por la duda entre despejar (duda del defensa), blocar (duda del portero) o que lo haga mi compañero no vaya a ser que yo le moleste al hacerlo. Y entre el palo y la espalda de Unai Simón llevaron el balón 10 centímetros detrás de la raya de la portería del Athletic. Como me decía un entrenador que tuve en mis inicios en la portería, hay veces que es mejor hasta no tirarse y de ese modo ese balón hubiera llegado manso a las manos del portero bilbaíno. Pero el instinto de defender nuestra portería nos lleva a buscar esos balones imprevistos y el azar convierte un remate flojo en un gol que podía ser decisivo.
Y ante una situación de todo perdido el Athletic respondió con coraje, fiándolo a ir a buscar el resultado porque ya no quedaba nada que defender y a un recurso que la historia ha convertido en casi infalible ante situaciones desesperadas. Un recurso del que el Atlético hace nada sacaba petróleo para desatascar la situación más peliaguda. Se lo digo yo que vi cómo una Liga se nos iba por el desagüe de un córner y un remate de Godín.
Oblak se encargó de eliminar la primera opción, de cerrar la persiana sobre la línea y se diría que ya había pasado esa posibilidad que hasta en el día más negado todo equipo tiene para volver a un partido.
Pero el Athletic persistió, el Atlético se llenó de dudas y entre el pie de Muniain, la cabeza de Yeray y el interior preciso de Nico Williams mandaron al Athletic a la final y al Atlético a la lona.
Creo que era Iñigo Martínez quien decía al llegar a Riad que es maravilloso llegar de tapado, sin sentirse ofendido porque los focos apuntasen en otras direcciones y sabiendo que iba a ser el césped, y no otra cosa, quien decidiese el pase a la final.
Seguramente la experiencia y el éxito de hace un año le había servido de guía. Seguramente, es también un buen plan para la final del domingo frente al Real Madrid. Un poco menos de descanso, pero un equipo que solo quiere estar bajo los focos en el césped y sobre todo para levantar la copa. Con esas premisas el Supercampeón vuelve a la final. La segunda en dos años tras las dos finales de Copa. Cuántos hay que con menos hacen mucho más ruido.
Y ya puestos, y sin hacer mucho ruido previo, por qué no ganarla, ¿no?
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